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Protagonismo y desafíos de nuestros océanos Opinión

Protagonismo y desafíos de nuestros océanos

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Sergio Palma Silva
Por : Sergio Palma Silva Biólogo marino e ingeniero civil industrial, Vicepresidente del Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia. Director de Environmental Defense Fund (EDF) Chile.
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Las zonas costeras deberían ser nuestra próxima prioridad, así como el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental. Con la ayuda de la información científica disponible y los esfuerzos colaborativos de todos los actores involucrados, se puede responder a los compromisos asumidos por Chile a nivel internacional, tanto en el marco de la Meta 11 de Aichi y, más recientemente, al apoyar el objetivo de proteger el 30% del mar al año 2030, a escala global (acuerdo de la COP15), con el fin de abordar las tres crisis de biodiversidad más importantes que enfrentamos: el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y el acceso desigual a la naturaleza.


La percepción que tenemos sobre los océanos va cambiando a medida que vamos avanzando en edad. Cuando niños tenemos una sensación de un océano inmenso, gigante, en donde nuestra vista se pierde en el horizonte y, por lo tanto, creemos que su extensión, así como los recursos que él contiene, son prácticamente infinitos. Con el paso de los años, adquirimos nuevos conocimientos y vamos también comprendiendo que ese inmenso océano no era como suponíamos, ya que sí tiene límites y sus recursos, si no los protegemos, no solo no son infinitos, sino que además los estamos dañando.

Desafortunadamente, a pesar de entender lo que está ocurriendo, son escasas las oportunidades en la que nos sentamos a pensar en que ese océano que nos entrega una serie de beneficios se agota por nuestro propio accionar. Solo ocasionalmente lo pensamos; nos preocupa, pero no nos estamos ocupando del problema.

A pesar de que nuestro país tiene más de 4600 kilómetros de costa lineal, no ha tenido una vocación orientada hacia el océano, como un socio estratégico que nos permita encontrar un desarrollo integral de los ecosistemas que él baña. Sin embargo, no debemos desconocer que en los últimos años se ha avanzado en algunas áreas. Por ejemplo, podemos destacar que hoy en día contamos con una Política Oceánica, también se han creado Planes de Desarrollo Sustentable de los Océanos, además de Políticas sobre el uso de los plásticos con el fin de evitar la contaminación, tanto de los océanos como de las especies marinas que en él se desarrollan.

Chile, merecidamente, ha logrado un protagonismo a escala global gracias a sus ambiciosas decisiones en materia de protección marina, que lo han llevado a convertirse en uno de los países del mundo que cuenta con mayor cantidad de kilómetros de áreas marinas protegidas con el 43% de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) bajo algún grado de protección.

Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrentamos hoy es lograr una implementación efectiva de dichas áreas, para lo cual es necesario disponer de financiamiento sustentable.

Por otro lado, aún existe una gran brecha en cuanto a la representatividad biológica de la superficie protegida, ya que tiende a sobrerrepresentar maritorios oceánicos con relativamente baja influencia antropogénica.

Las zonas costeras deberían ser nuestra próxima prioridad, así como el fortalecimiento de la institucionalidad ambiental. Con la ayuda de la información científica disponible y los esfuerzos colaborativos de todos los actores involucrados, se puede responder a los compromisos asumidos por Chile a nivel internacional, tanto en el marco de la Meta 11 de Aichi y, más recientemente, al apoyar el objetivo de proteger el 30% del mar al año 2030, a escala global (acuerdo de la COP15), con el fin de abordar las tres crisis de biodiversidad más importantes que enfrentamos: el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y el acceso desigual a la naturaleza.

Hoy en día, además, estamos expectantes a que el órgano administrador de los recursos pesqueros y acuícolas, así como de la planificación de los espacios marinos, prontamente presente un borrador de una nueva Ley General de Pesca y Acuicultura, la que nos brindará una gran oportunidad para ocuparnos de nuestros océanos y de las comunidades que viven y dependen de él.

Asimismo, no podemos dejar de mencionar que hoy el sector pesquero y nuestra corriente de Humboldt nos entregan un potencial nutricional increíble, que no debemos y no podemos desaprovechar. Y es justamente por la seguridad alimentaria y por los desafíos que nos imponen los efectos del cambio climático que debemos pensar más en nuestros océanos, no solo durante el día o mes en que los celebramos, sino como un agente que nos permitirá, si así nos ocupamos, hacer frente de mejor manera y de forma adecuada a los desafíos actuales y futuros de nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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