A priori, me parece una idea interesante, puesto que, dados los altos niveles de inflación que hemos visto, de la mano de un aumento en la tasa de desempleo y la contracción económica, hay muchas familias que actualmente están con problemas de morosidad, tal y como indican las cifras.
En trámite se encuentra el paquete de medidas anunciado por el Gobierno, cuyo objetivo es evitar el sobreendeudamiento de las familias, con foco en los grupos más vulnerables y clase media. Según datos de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la carga financiera representa casi el 32% de los ingresos.
Sin embargo, si se hace una bajada a los hogares con ingresos inferiores a 500 mil mensuales, este número aumenta a un 38%. En esa misma línea, al analizar hogares con sobreendeudamiento, vale decir, con niveles peligrosos de deuda, la carga financiera aumenta a un 66% en una mirada general y a casi un 77% para familias con ingresos inferiores a 500 mil. En función de esta información, se hace completamente pertinente cualquier medida tendiente a mitigar esta situación.
La iniciativa consiste en que las personas puedan refinanciar sus deudas con garantía estatal, de tal manera que, a través de esta instancia, puedan acceder a mejores tasas de interés. Para esto, se deben cumplir ciertos requisitos como, por ejemplo, tener ingresos brutos mensuales iguales o inferiores a 1,5 millones, lo que equivale a casi 76 mil personas, según estimaciones oficiales. Se podrá refinanciar un máximo de 160 UF, vale decir, casi 6 millones de pesos. También hay requisitos sobre el límite de endeudamiento y el plazo en mora, que no puede ser superior a 90 días.
Según datos oficiales, los grupos con menores ingresos tienen deudas en torno a los 3 millones de pesos y los tramos superiores, vale decir, con ingresos entre 1 y 1,5 millones, tienen deudas de alrededor de 10 millones, como mediana.
La idea es que el Estado avale el 50% de la deuda. De esta manera, se podrían disminuir las tasas de interés de estas repactaciones, por la sola presencia del Estado en la transacción.
A priori, me parece una idea interesante, puesto que, dados los altos niveles de inflación que hemos visto, de la mano de un aumento en la tasa de desempleo y la contracción económica, hay muchas familias que actualmente están con problemas de morosidad, tal y como indican las cifras. Sin embargo, hay que tener precaución, puesto que, en ciertos grupos, el sobreendeudamiento puede ser endémico, es decir, ha sido una constante a lo largo del tiempo.
Hay estudios que indican que una gran parte de las personas, al repactar una deuda, en el mediano plazo, vuelve a caer en la misma situación de sobreendeudamiento, por tanto, el foco no debe estar solo en buscar soluciones para hacerse cargo de las deudas, que me parece pertinente de todas maneras, sino que invertir en educación financiera, tema en el cual las familias están al debe.
Parafraseando el refrán, esto podría ser solo darle pescados a alguien, pero no enseñarle a pescar, vale decir, no intervenir el tema de fondo, que es la educación financiera en las familias y las personas en general. Sería interesante evaluar, por ejemplo, la obligación de tomar un taller sobre educación financiera a todas las personas que tomen el beneficio de la garantía estatal, de esta manera se previene la aparición de nuevas obligaciones.