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Chile necesita más mujeres científicas Opinión

Chile necesita más mujeres científicas

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Vania Figueroa Ipinza
Por : Vania Figueroa Ipinza Directora InES Género y CTGénero, Universidad Autónoma de Chile.
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Las nuevas tecnologías están transformando el trabajo y la economía global. El cambio ocurre a un ritmo tan vertiginoso que el refrán “el que pestañea, pierde” se queda corto para ilustrar la presión y urgencia que tiene Chile para enfrentar este futuro.


Las habilidades relacionadas con las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) son imprescindibles para la fuerza laboral del futuro, dado que las nuevas tecnologías están transformando el trabajo y la economía global. El cambio ocurre a un ritmo tan vertiginoso que el refrán “el que pestañea, pierde” se queda corto para ilustrar la presión y urgencia que tiene Chile para enfrentar este futuro.

La capacidad de anticipación de nuestro país se ve desafiada por dos elementos. En primer lugar, ¿cómo prepara el sistema educativo a niños y niñas que, al completar su educación formal, enfrentarán empleos que en la actualidad ni siquiera existen? En segundo lugar, ¿cómo superamos la baja participación de mujeres en carreras STEM, que constituye solo el 19% de la matrícula de primer año, según datos de la Subsecretaría de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación?

Afortunadamente, el país está trabajando en ello a través de la nueva política “Más Mujeres Científicas (+MC)”, impulsada por el Ministerio de Educación y en la que participarán 39 de las 45 universidades adscritas al Sistema de Acceso, proporcionando una nueva vía de ingreso a carreras STEM, disponiendo de 2.358 vacantes adicionales para mujeres en 410 programas.

Esta política, al fijar metas para la representación femenina en STEM, desafía el statu quo y obliga a las organizaciones a abordar de manera activa las barreras sistémicas que obstaculizan el progreso de las mujeres en estos campos, como estereotipos y prejuicios arraigados que perpetúan las disparidades de género. Esto contribuirá a crear ambientes educativos más inclusivos, impactando positivamente en el sistema escolar y abriendo posibilidades futuras, especialmente para las niñas.

La falta de diversidad de género en STEM supone un obstáculo para la creatividad e innovación. Por ejemplo, la baja participación de las mujeres en STEM tiene implicaciones importantes para tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial (IA). Los sesgos en sus algoritmos, reflejo de la mano de obra predominantemente masculina, pueden perpetuar la discriminación de género y resultar en productos y tecnologías que pasan por alto las diversas necesidades de la población.

Políticas como +MC actúan como catalizador para equipos diversos, promoviendo un entorno que fomenta la creatividad y garantiza la utilización plena de todo el espectro de talentos. No solo abordan la visible brecha de género, sino que también impulsan un cambio cultural en las instituciones de educación superior, encaminándose hacia un futuro STEM más inclusivo, innovador y equitativo, ¡sin pestañear!

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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