Son demasiados y muy importantes en la historia de nuestro partido los militantes a quienes agravia tan injustamente. El Partido Comunista de Chile se enorgullece de haber tenido en sus filas a numerosas personas de origen judío que, en algunos casos, entregaron su vida por la noble causa.
Días atrás tuvo lugar el lanzamiento del libro titulado Sionismo. La ideología que extermina, escrito por Pablo Jofré. Una de las personas que presentó el libro fue nuestro camarada Daniel Jadue, alcalde de Recoleta.
Hemos recibido una grabación de su intervención en la cual afirma textualmente lo siguiente: “De hecho, yo siempre discuto, con muchos de mis amigos que son judíos de izquierda, en una discusión muy fraternal, que para mí es una contradicción ser de izquierda y asumirse judío, porque ser judío parte de una concepción que tiene que ver con la concepción supremacista de ser parte de un pueblo elegido; entonces, si ya sois parte de un pueblo elegido, no creéis en la igualdad de todos los seres humanos ante nada, ¿no? Bueno, aquí estamos ante una ideología que yo creo que es lo más nazi que he visto en mi vida”.
Esta afirmación nos resulta inconcebible en alguien que conoce a muchas personas de origen judío, con quienes ha compartido tantas luchas y a quien le consta que carecemos de los prejuicios inaceptables que nos atribuye.
Son demasiados y muy importantes en la historia de nuestro partido los militantes a quienes Jadue agravia tan injustamente. El Partido Comunista de Chile se enorgullece de haber tenido en sus filas a numerosas personas de origen judío que, en algunos casos, entregaron su vida por la noble causa que asumieron a lo largo de la vida.
Nos referimos, por ejemplo, al ingeniero David Silberman, gerente general de la División Chuquicamata de Codelco, quien fue secuestrado de la Cárcel Pública de Santiago, por esbirros de la DINA el año 1974 y permanece desaparecido hasta nuestros días. No menor es el asesinato de Carlos Berger, esposo de Carmen Hertz, cometido por la siniestra Caravana de la Muerte en 1973, tras ser sometido a horrorosas torturas.
Han militado en nuestras filas personas de origen judío, como el ilustre médico y antropólogo Alejandro Lipschutz, a quien Neruda llamó “el hombre más sabio de mi país”; también el escritor laureado con el Premio Nacional de Literatura, Volodia Teitelboim, por largo tiempo miembro del Secretariado del Comité Central y en los últimos años presidente de nuestro partido. Mencionemos a su hermano Sergio, quien, en plena dictadura, promovió la creación del Comité de los 24, una de las primeras organizaciones de resistencia al régimen militar.
Uno de los primeros diputados del PC fue Natalio Berman. Durante el Gobierno del Presidente Allende, fueron varios los compañeros o compañeras de origen judío que asumieron altas responsabilidades, tales como David Baytelman, presidente de la CORA (Corporación de la Reforma Agraria); Moisés Bedrak, director de Planificación del Ministerio de la Vivienda; Anita María Barrenechea Grunwald, Miguel Lawner y Yolanda Schwartz, altos funcionarios del Minvu.
No olvidemos en el campo de la cultura a Nissim Sharim, actor y director del célebre Teatro Ictus, y al actor Gregory Cohen. Otros aceptaron peligrosas responsabilidades en la resistencia, como Jacobo Rozemblum, su esposa Raquel Berstein, así como Cecilio Scherman y su esposa Lily Filler, a quienes sucede en la actualidad su hijo: Moisés Scherman. Recordamos a Esther Lawner, pionera en Chile defendiendo a la Revolución cubana. Finalizamos esta enumeración, donde con certeza hemos olvidado a más de alguno, mencionando a Raúl Pellegrin Friedmann, comandante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y a su madre Tita Friedmann.
Numerosas otras personas de origen judío mantuvieron en su vida concepciones claramente de izquierda, como es el caso de Jacobo Schatan, recientemente fallecido, quien fuera ministro de Agricultura durante el Gobierno de Allende, a cargo, nada menos, que de culminar el proceso de la Reforma Agraria. Por último, recordemos a Paulo Slachevsky, director de la empresa editorial LOM. Estamos seguros de omitir a muchos. Como quiera que sea, ninguno ha tenido contradicción alguna en ser judío y asumir la militancia en partidos políticos de izquierda y, menos aún, atribuirles concepciones supremacistas.
El juicio emitido por Daniel Jadue nos resulta sorprendente. Bajo el patrocinio de la Agrupación de Judíos Progresistas que lleva el nombre de Diana Arón, acabamos de suscribir una declaración pública de chilenas y chilenos de origen palestino y judío en contra del genocidio y a favor de una paz justa, firmada por 50 figuras de ambas colectividades, como son, entre otras, el propio Daniel Jadue, junto a Camilo N. Brodsky, Diamela Eltit, Faride Zerán, Héctor Soto, Marcos Maldavsky, Michel Bonnefoy, Miguel Littin, Pablo Brodsky Baudet, Paul Walder, Paulo Slachevsky Chonchol, Rodrigo Karmy, Sergio Trabucco Zerán y Tania Melnick.
La declaración concluye afirmando lo siguiente: “La memoria de nuestras historias de dolor cobra toda su fuerza y sentido cuando nos permite empatizar y ponernos en la piel de las y los perseguidos, cuando defendemos y luchamos por la justicia y dignidad propia y la del otro, cuando somos a la vez judíos y palestinos una sola humanidad. No permitamos que una nueva página de duelo se sume a los anales de la historia en la apatía. Debemos enfrentar con firmeza toda vulneración a los derechos humanos y al derecho internacional, independientemente de donde venga. Es hora de exigir justicia, así como la inmediata aplicación de las resoluciones de la Naciones Unidas en relación con los dos estados, terminando con la ocupación y represión del Estado de Israel en Cisjordania y Gaza. Es hora de aplicar sanciones a quienes no respeten el derecho a la vida y la paz. Es hora de enfrentar el negocio y dominio de las armas y la muerte”.
Comprenderán que nos resulta paradójico, extraordinariamente contradictorio y agraviante, escuchar las palabras emitidas por nuestro camarada Daniel Jadue, afirmando que considera una contradicción ser judío y sostener ideas de izquierda.
En nombre de tantos militantes del Partido Comunista y de la izquierda chilena, que hemos entregado nuestras vidas a la noble causa de buscar un mundo mejor para todos, cualquiera que sea su condición social, su credo político o religioso, exigimos a nuestro camarada Daniel Jadue rectificar opiniones tan injustas, vertidas públicamente.