Durante el año 2023 el ejecutivo retiró esta indicación, revirtiendo de modo explicable la decisión prácticamente consensuada de incluir en los beneficios de la ley a dichos estudiantes de escuelas especiales.
La llamada “ley SEP”, que creó la Subvención Escolar Preferencial el año 2008, nació con el propósito de nivelar la cancha para los estudiantes con mayor grado de vulnerabilidad. De ese modo, esta importante política pública ha reconocido la necesidad de contar con mayores recursos para entregar mejores apoyos a aproximadamente dos millones de estudiantes calificados como preferentes o prioritarios, por su condición de vulnerabilidad.
Inexplicablemente, la aplicación de esta ley ha excluido de sus beneficios a los estudiantes en situación de discapacidad con necesidades educativas especiales de carácter permanente (déficit visual, déficit mental, déficit auditivo, entre otros), que estudian en colegios especiales, que tal vez son los que enfrentan la cancha más dispareja y que, por tanto, tienen las mayores necesidades de apoyos adicionales.
Frente a esta lamentable situación emerge una muy buena noticia que dieron a conocer los senadores integrantes de la comisión de educación al comunicar el compromiso que hiciera el Presidente de la República, Gabriel Boric, de incorporar a los estudiantes con discapacidad que estudian en Escuelas Especiales como beneficiarios de la SEP.
¿Cuál es el origen de este compromiso?
Desde el año 2019 se ha estado tramitando en el Congreso un proyecto de ley que busca modernizar la ley SEP. En el año 2021, en el marco de su tramitación, a solicitud expresa del pleno del Senado, se ingresó una indicación que establecía en forma clara la incorporación de estudiantes con Necesidades Educativas Especiales de carácter permanente como beneficiarios de esta ley. Sin embargo, durante el año 2023, el ejecutivo retiró esta indicación, revirtiendo de modo explicable la decisión prácticamente consensuada de incluir en los beneficios de la ley a dichos estudiantes de escuelas especiales.
El compromiso del Presidente, de materializarse, permitirá restablecer la citada indicación y continuar la tramitación de este proyecto de ley, que esperamos sea aprobado con prontitud pues se trata de un anhelo demasiado postergado que, más allá del apoyo financiero siempre necesario, hace al fin más visible el rostro de los 40 mil estudiantes con necesidades educativas especiales de carácter permanente que ha estado tristemente poco presente en las preocupaciones del Estado.