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El fútbol está secuestrado DEPORTES

El fútbol está secuestrado

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Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Definitivamente estamos en una crisis enorme y profunda. El fútbol chileno está al borde del precipicio y nadie hace nada para evitar la debacle. Todos tenemos claro quiénes son vándalos, sin embargo, la justicia los deja libres, y fútbol como organización tampoco hace nada.


El fútbol chileno está secuestrado. Y por un grupo pequeño de vándalos y malandrines, que lo único que quieren demostrar es que son los dueños del espectáculo.

Lo sucedido en la final de la Supercopa, donde 14 responsables, con nombre y apellido, generaron los incidentes y al otro día, la ilustre justicia chilena, más preocupada de tener autos de alta gama, los dejó libres. 

Pero también, la autoridad del fútbol, la mesa liderada por Pablo Milad, optó por un silencio increíble, mientras todo el mundo era testigo de los desmanes y no hubo reacción inmediata. La reacción debió ser ese mismo día, no horas después. Eso es reflejo del momento que vivimos, donde quienes dirigen el fútbol no tienen control. Y aunque les duela y moleste, no son operativos ni resolutivos. Están más preocupados del lobby con los clubes y las frases hechas. Una completa crisis.

No hay voluntad política. La decisión de la Delegada Presidencial de autorizar un lienzo, que no es lo determinante, es una señal malísima de quienes detentan el poder. Están más preocupados por las redes sociales, que de hacer lo que corresponde.

Todas las señales hace rato están erradas. ¿Tanto cuesta reconocer los errores? ¿Tanto cuesta asumir que se han tomado pésimas decisiones? Por eso no hay voluntad ni ganas de reparar y corregir. Han llevado al fútbol a ser una actividad penosa y peligrosa. Aforos limitados, no hay condiciones de espectáculo, entradas caras y además la pobreza de los que se ve en la cancha. 

No se engañen con estadísticas livianas o números que constantemente quieren hacer creer que somos una liga potente, lo cual es una mentira enorme. Basta de esas argucias.

Uno espera que jugadores de la talla de Arturo Vidal y Marcelo Díaz, jugadores que conocen de sobra las grandes ligas, esas que se destacan todos los fines de semana; no estuvieron a la altura en los momentos más álgidos. Declaraciones equivocadas y fuera de contexto. Ellos también debían dar una señal clara y alentadora. No sumirse a estos grupos.

Definitivamente estamos en una crisis enorme y profunda. El fútbol chileno está al borde del precipicio y nadie hace nada para evitar la debacle. Todos tenemos claro quiénes son, sin embargo, la justicia los deja libres, pero el fútbol como organización tampoco hace nada.

Ir a algunos estadios hoy es un peligro enorme. No hay garantías ni seguridad. La gente prefiere otro tipo de opciones y el fútbol sigue viendo pasar los hechos sin reaccionar.

El fútbol está secuestrado. 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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