Opinión
Chile es un país que alberga una rica biodiversidad marina, y a lo largo del mar nacional existen rutas migratorias a través de las cuales muchas especies se desplazan.
A fin de consolidar la protección del océano y la biodiversidad que alberga, se ha creado un número importante de Áreas Marinas Protegidas (AMP). Así ocurrió en 2023 con la creación del Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos (AMCP-MU) “Archipiélago de Humboldt”, y solo el pasado 11 de marzo, mediante el Decreto N°22/2023 del Ministerio del Medio Ambiente, se declaró el AMCP-MU “Mar de Pisagua”, la primera del Norte Grande, y entre sus objetivos de conservación se encuentran los bosques de macroalgas, aves marinas, el lobo fino austral y la tortuga verde. Esta última, al igual que las ballenas, es una especie migratoria que actualmente se encuentra catalogada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como en peligro de extinción.
Las tortugas verdes cumplen un papel muy importante en el equilibrio y la conservación de la biodiversidad marina, ya que es uno de los pocos animales que comen pastos marinos, los cuales necesitan cortarse constantemente para mantenerse saludables. A su vez, los pastos marinos son importantes porque proveen áreas de crecimiento y desarrollo para muchas especies de peces, medusas y crustáceos, producen oxígeno y secuestran una importante cantidad de dióxido de carbono desde la atmósfera.
En Chile, las tortugas verdes pueden ser vistas en Rapa Nui y en el norte del país, en sectores como Pisagua, y destaca principalmente la Bahía Chascos, ubicada al sur de Copiapó, que alberga una población de tortugas verdes, las cuales llegan desde Islas Galápagos justamente para alimentarse de los pastos marinos existentes en la zona.
Este sitio cuenta con una importancia ecológica invaluable, ya que se ha constatado la presencia del pasto marino denominado Zostera chilensis, y se constituye como la más grande de las únicas dos poblaciones que existen actualmente en el país. Además de las tortugas verdes y pastos marinos, en Bahía Chascos se encuentra el mayor bosque marino de huiro flotador del país, sitios de alimentación de aves marinas como el Pingüino de Humboldt, y forma parte de las rutas migratorias de cetáceos como ballenas y Delfines Nariz de Botella.
Lamentablemente, desde hace años Bahía Chascos y la biodiversidad marina que alberga han enfrentado graves amenazas que comprometen su conservación. Proyectos como la Termoeléctrica Castilla y Andes LNG, han intentado instalarse sin éxito. Actualmente existe otra amenaza. Se trata de la instalación del megaproyecto portuario denominado Copiaport-E, cuyo propósito es instalar un puerto para la recepción, almacenamiento, recuperación y embarque de graneles limpios, descarga de fertilizantes, transferencia de contenedores y carga general, la construcción de un muelle flotante, así como la construcción de una planta desaladora.
Diversas organizaciones civiles se han manifestado en contra de este proyecto, ello en consideración a los graves impactos que su instalación y desarrollo provocará sobre las diversas especies que transitan y se desarrollan en este ecosistema marino único, así como la afectación a los medios de vida de las comunidades locales.
En atención a la importancia y valor ecosistémico de Bahía Chascos, la Municipalidad de Copiapó ha solicitado declararla un AMCP-MU, a fin de lograr un equilibrio entre el uso de recursos naturales y la protección de los ecosistemas. Además, el programa del actual Gobierno incluye el establecimiento de una red de AMP con énfasis en el norte y centro sur del país, contemplando, entre otras, a Bahía Chascos.
Sumado a lo anterior, es importante recordar que diferentes especies migratorias y sus hábitats, como lo son las tortugas marinas, se encuentran protegidas por diferentes instrumentos internacionales que han sido ratificados por Chile. Entre ellos se encuentra la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (CIT), que promueve la protección, conservación y recuperación de las poblaciones de tortugas marinas y de los ecosistemas de los que dependen. También se encuentra la Convención sobre Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), con la cual Chile adquirió la obligación de preservar y restaurar los hábitats de las especies migratorias, para hacer frente a los obstáculos en sus rutas migratorias y prevenir, eliminar, reducir o controlar los factores que las amenazan.
A pesar de los esfuerzos realizados por los distintos actores sociales, a la fecha no se ha concretado la creación del AMP Bahía Chascos, y en atención a la importante biodiversidad marina que transita y se desarrolla en este sitio, así como el ecosistema que los alberga y las recurrentes amenazas a que se encuentran expuestos, es de vital importancia acelerar y concretar la creación de un AMP que limite el desarrollo de cualquier actividad que coloque en riesgo la conservación y supervivencia de las especies marinas presentes, como lo son las tortugas verdes.
Es más, se ha determinado que entre las mayores amenazas que afectan a las poblaciones de tortugas marinas, se encuentran la contaminación marina, la urbanización costera y la pérdida de hábitat para anidar y alimentarse.
En consecuencia, así como ocurrió con el Archipiélago de Humboldt y Mar de Pisagua, el pronto establecimiento de un AMP en Bahía Chascos permitirá cumplir con los compromisos nacionales e internacionales adoptados por Chile en materia de conservación de las poblaciones de especies marinas, así como la protección efectiva de sus hábitats en el norte del país. Finalmente, se impedirá de forma definitiva que este valioso sitio se convierta en una zona de sacrificio.
