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Ley de plásticos de un solo uso: menos desechos en el ambiente Opinión

Ley de plásticos de un solo uso: menos desechos en el ambiente

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Tamara Ortega
Por : Tamara Ortega Directora Fundación Basura
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Con todo lo anterior es posible afirmar que nos encontramos en un punto crítico y es urgente abordar la contaminación y la generación de residuos en el país, porque finalmente el gran perjudicado es el medio ambiente y, por consecuencia, la calidad de vida de nuestra sociedad.


La Ley N° 21.368, que regula la entrega de plásticos de un solo uso y las botellas plásticas, comenzó a regir en agosto de 2021, y su objetivo es la protección del medio ambiente y la disminución en la generación de residuos. Esta ley se sitúa en un periodo crítico, en donde la contaminación por plásticos alrededor del mundo tiene repercusiones a diferentes niveles, potenciando la pérdida de biodiversidad, el cambio climático y la contaminación de los océanos.

Actualmente, se estima que la producción global y anual de plásticos es de 460 millones de toneladas anuales. Si no se toman medidas radicales para frenar su demanda, la producción podría aumentar a cerca de 1.231 millones de toneladas anuales para el año 2060.  Lamentablemente, los plásticos son el principal contaminante en los océanos, estimándose el ingreso de a lo menos 15 millones de toneladas de ellos cada año. En efecto, el 85% de todos los desechos que se encuentran en el océano son plásticos y las estimaciones señalan que, frente a un escenario de inacción, la acumulación de este tipo de desechos podría llegar a los 145 millones de toneladas en 2060.

Si bien gran parte de los plásticos son en teoría reciclables, no ocurre lo mismo en la práctica. Frente a la alternativa del reciclaje, es importante considerar que hay productos que difícilmente serán reciclados porque son pequeños o livianos, tienen bajo valor económico, o limitado volumen, pero los costos de su recolección, clasificación y reciclado son elevados. Por este motivo, estudios internacionales estiman que cerca de un 30% de los plásticos debe ser reemplazado por otros materiales, ya que no se reciclarán.

Una serie de países han regulado los plásticos de un solo uso, un producto que perdura en el ambiente por cientos de años y que no se justifica que sea utilizado de forma desechable. El plástico debe emplearse para aquellos casos en que sus características lo justifiquen, y su reutilización y reciclaje sean efectivos.

A su vez, el incremento sostenido en la producción de residuos, y en particular de plásticos, es uno de los principales desafíos que Chile debe enfrentar. Mientras más alto es el producto interno bruto de los países, más alta es la generación de basura y, en la actualidad, sobre la base de este indicador, Chile es de los países de la OCDE que más basura genera, de acuerdo con un estudio de Fundación Chile. A su vez, el país produce más residuos sólidos municipales per cápita que México y Brasil, a pesar de que estas naciones lo superan ampliamente en el tamaño de sus economías. Por esto, Chile debe prevenir la generación de basura plástica y todo tipo de residuos.

Con todo lo anterior es posible afirmar que nos encontramos en un punto crítico y es urgente abordar la contaminación y la generación de residuos en el país, porque finalmente el gran perjudicado es el medio ambiente y, por consecuencia, la calidad de vida de nuestra sociedad.

Chile ha dado pasos importantes en la materia y se ha transformado en ejemplo mundial al implementar normativas como la Ley de Plásticos de un solo uso, regulando la entrega de plásticos y desechables, que, en agosto de este año, dará un paso significativo al prohibirse la entrega de ciertos insumos desechables en los locales de expendio de alimentos, fortaleciendo la retornabilidad en el mercado de los bebestibles.

Atajar la contaminación por plásticos en el mundo es una tarea ambiciosa pero posible, y Chile se encumbra en ese escenario global como un ejemplo por el cual debemos seguir trabajando y uniendo esfuerzos desde todos los sectores políticos, empresariales y de la sociedad civil.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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