Ahora el examen es mucho más pesado y fuerte: el martes ante Francia, contra algunos de los mejores jugadores del mundo. Será un parámetro muy importante para medir y seguir trabajando la confianza y la idea de juego.
El debut fue auspicioso. No solo porque comenzar ganando en todo proceso de un nuevo seleccionador es importante, sino también porque, a pesar de los pocos días de entrenamiento de Gareca con la selección, ante Albania hubo pasajes muy claros de la idea que tiene el entrenador.
Su idea parte con un esquema 1-4-2-3-1. Su piloto de ataque fue Eduardo Vargas, quien marcó el primer tanto y llegó a los 41 con la Roja. Fue una de las decisiones más cuestionadas por gran parte del medio en la nómina de Gareca, pero el segundo goleador histórico de la selección respondió a la confianza que el estratega depositó en él.
Claudio Bravo no solo fue capitán, sino que también su líder dentro y fuera de la cancha. Para el Tigre, la experiencia del meta es fundamental. Eso ya quedó plasmado y, además, el portero del Betis tuvo un juego sin grandes contratiempos.
En general, el equipo mostró actitud y mucha voluntad para trabajar el partido. Tal como lo señaló Alexis Sánchez terminado el partido, “los jóvenes mostraron ganas y actitud. Todos corrieron y eso nos hacía falta”.
Tampoco hay que sobredimensionar la victoria. Se le ganó a un rival que viene en alza, pero lo más trascendental es que, ante la nueva mano técnica, los jugadores ejecutaron el plan de juego y se comprometieron.
Dávila y Osorio hicieron un partido tácticamente impecable. Cuando el equipo atacaba y los laterales generaban amplitud, ellos pasaban a ser volantes interiores, para darle más peso al ataque chileno.
Punto aparte fue la actuación de Alexis Sánchez. ¡Qué jugador más competitivo! Hace mucho tiempo que no jugaba casi un partido completo y estuvo siempre enchufado, conectándose con los externos y especialmente con Vargas.
Buen rendimiento el de Igor Lichnovsky, que respondió de manera correcta junto a Paulo Díaz.
Ahora el examen es mucho más pesado y fuerte: el martes ante Francia, contra algunos de los mejores jugadores del mundo. Será un parámetro muy importante para medir y seguir trabajando la confianza y la idea de juego.
La simpleza pero profundidad de Gareca, desde el trato hasta la forma en que enfrenta los partidos, pueden darle a Chile un nuevo aire. Puede entregar una nueva energía para enfrentar el desafío de intentar llegar a un nuevo mundial. El primer paso fue interesante, pero la verdad llegará en Copa América y el retorno de las clasificatorias.