En una municipalidad con recursos y que marca la pauta nacional con tecnologías como cámaras y drones para el control de la delincuencia, llama la atención que el registro de estas horas extras se haga en un libro, a mano.
Recientemente, en una entrevista, el exalcalde Joaquín Lavín justificó la abultada cantidad de horas extras pagadas en Las Condes durante su administración y la de la alcaldesa Peñaloza, sosteniendo que estas “son para los vecinos”, dado que la municipalidad funciona 24/7.
Las investigaciones de América Transparente y los informes de Contraloría muestran una realidad distinta. La definición de horas extras establece que se trata de algo extraordinario. De hecho, el límite legal es de 40 horas diurnas. En 2021, en América Transparente revelamos que, durante el último año como alcalde del señor Lavín (2020), se gastaron $7.800 millones en el pago de horas extras. Las horas extras no fueron extraordinarias sino la norma: 92% de los funcionarios municipales, incluyendo a la actual alcaldesa, reportaron realizarlas.
Más aún, las horas extras no solo superaban el límite legal, sino que muchos funcionarios de la Municipalidad de Las Condes registraban trabajar seis días a la semana, de 8:00 a 21:00 horas, sin descanso, durante todo el año. Por cierto, esto no se trata solo de horas extras en el contexto de la pandemia. Durante 2019, un año normal, los jefes y directivos del Departamento de Compras Públicas hicieron, en promedio, 116 horas extras mensuales, cada uno. La cifra se repite también en el Departamento de Tesorería. ¿Acaso los jefes de Compras y los de Tesorería trabajaron todo el día, todos los días del año, sin feriado alguno?
No parece razonable. De hecho, curiosamente, antes de publicar nuestra investigación sobre las horas extras de 2020 en la comuna, llamamos a la municipalidad para pedir entrevistas. Nos respondieron que el administrador municipal no trabajaba a esas horas los días viernes. Esto, pese a que el funcionario registraba hacer horas extras de forma constante.
Cabe recordar también que “Mega Investiga” documentó en video cómo funcionarios que supuestamente trabajaban de 8:00 a 21:00 horas todos los días (incluidos los fines de semana), en cámara se retiraban pasadas las 6 de la tarde, durante toda una semana.
No hay que olvidar que el impacto de las horas extras en el sueldo es notorio. A modo de ejemplo, una directora de Tránsito en la comuna, con un título de administradora pública, gana 6 millones de pesos al mes. Al sumar sus horas extras, esa cifra se eleva sobre los 8 millones mensuales, igualando a ministros de Estado. Casos como este se repiten en diversas reparticiones de la municipalidad.
A pesar de lo documentado por la Contraloría, o del revuelo causado por distintas investigaciones, en Las Condes las horas extras no son registradas con un reloj biométrico ni con ningún sistema moderno de control. En una municipalidad con recursos y que marca la pauta nacional con tecnologías como cámaras y drones para el control de la delincuencia, llama la atención que el registro de estas horas extras se haga en un libro, a mano, y los horarios de ingreso y salida de los funcionarios suelen, extrañamente, ser los mismos todo el tiempo: de 8:00 a 21:00 horas, en forma infalible.
Esta mala práctica se ha mantenido a pesar de numerosas solicitudes de la entidad fiscalizadora, en este y en anteriores periodos edilicios. Solo hace unos meses, y luego de que la Fiscalía iniciara una investigación por fraude al fisco por la realización de horas extras presuntamente fraudulentas, se anunció que se iniciará un plan piloto con un reloj de control digital.
En este contexto, es clave aclarar que en América Transparente no nos oponemos a que un municipio cuente con turnos de atención extendidos. Sin embargo, sí nos oponemos a que se gaste dinero público en pagar horas extras que muchas veces no se trabajan, en vez de usar esos recursos en directo beneficio de los vecinos y vecinas.