La presión que enfrentan los agricultores chilenos para mantenerse a flote no es menor.
La agricultura chilena enfrenta un escenario complejo: los productores nacionales de maíz y trigo luchan por cubrir los costos de producción en un contexto donde los precios de mercado apenas compensan sus esfuerzos. En paralelo, otras industrias optan por importar granos producidos en países donde la biotecnología está ampliamente adoptada. Esta realidad económica pone en jaque la sustentabilidad a largo plazo del sector agrícola y la seguridad alimentaria de Chile, exigiendo un replanteamiento en la manera en la que se abordan las políticas agrícolas, en específico, el papel que la biotecnología podría jugar en este entramado.
Ante tal escenario, surge el argumento económico de peso para la creación de una Comisión Nacional de Biotecnología que sea el ente que equilibre las necesidades inmediatas y a largo plazo de la agricultura chilena, ofreciendo una estrategia viable para aumentar la competitividad de los productores nacionales. Esta comisión tendría la tarea de evaluar la adopción de cultivos transgénicos específicos, caso a caso, cultivo a cultivo y producto a producto, con una perspectiva de aumento de la eficiencia productiva y de reducción de costos, sin perder de vista la seguridad alimentaria y el respeto al medio ambiente.
La presión que enfrentan los agricultores chilenos para mantenerse a flote no es menor. Los productores nacionales se encuentran en una carrera desventajosa contra aquellos de países que aprovechan las bondades de la ciencia y la innovación en la agricultura. Chile ha pasado a ser un importador neto de granos, dadas las ventajas competitivas de otros países y al retraso en la adopción de la biotecnología en nuestro país.
Una Comisión Nacional de Biotecnología se presenta como una medida estratégica, como un faro que ilumine el camino en la tormenta económica de la agricultura chilena, para responder a la crisis actual en la producción de maíz y trigo, y como una inversión en el futuro de nuestra agricultura, evaluando y facilitando a los agricultores chilenos las herramientas necesarias para competir en igualdad de condiciones en el mercado global. La misión de esta comisión es garantizar un escenario equitativo, donde la innovación tecnológica se use como un puente hacia una agricultura más productiva y sostenible, beneficiando tanto a los productores como a la economía nacional en su conjunto.