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Temucuicui, militares, el Gobierno y el Censo Opinión

Temucuicui, militares, el Gobierno y el Censo

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Es verdad que no todas las comunidades indígenas en la macrozona sur tienen la misma posición: la gran mayoría no ha rechazado participar del Censo.


Se ha sugerido, por recomendación de algunos parlamentarios, que el Censo en Temucuicui debería realizarse con protección militar. Esta idea tiene por fin que los militares amaguen los episodios de violencia que podrían generarse como consecuencia de la negativa de ciertas comunidades indígenas a censarse.

El hecho de que esta medida aparezca hoy como la única opción viable para realizar el censo, se debe en parte a la incapacidad del Gobierno para idear otros mecanismos que permitan sacar adelante este proceso. Tales mecanismos deberían considerarse antes de acudir a opciones que son de ultima ratio y que generan mayor tensión en la región.

Para ello debe considerarse primero el motivo que lleva a un grupo a no querer censarse. Las razones varían según el grupo. Por ejemplo, la oposición al Censo puede tener motivaciones diferentes en una toma o campamento, al rechazo en el seno de una comunidad indígena. En este último caso, el boicot se enraíza en la desconfianza histórica del Estado, debido a su incapacidad para dar respuesta a ciertos problemas, que siguen presentes incluso hoy en día: problema de tierras, falta de reconocimiento, ausencia de desarrollo económico, problemas culturales y educación –por lo mismo hay otra comisión presidencial en curso–.

Es verdad que no todas las comunidades indígenas en la macrozona sur tienen la misma posición: la gran mayoría no ha rechazado participar del Censo. No obstante, esta desconfianza que se da en estas comunidades nos exige esfuerzos por innovar en las formas en que bajamos los procesos institucionales si queremos lograr los objetivos.

Para mostrar un ejemplo de lo mencionado, se puede ver PECAM, un proyecto que fue impulsado por Balloon Latam, Empresa B liderada por Sebastián Salinas, e iniciado en el Gobierno anterior. Este programa tuvo por objetivo construir caminos en sectores de alta ruralidad, en colaboración con el sector privado y el MOP. Ante la imposibilidad de crear caminos en zonas de conflicto, se innovó a través de un proceso de diálogo con las comunidades, donde los mismos indígenas participaron en su construcción. El resultado fue exitoso: una nueva forma de relación, donde los indígenas son los protagonistas. “Conectividad a través del diálogo”.

Este proyecto fue tan exitoso que, a días de dejar el cargo como ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno visitó en persona a comunidades indígenas para entregar una veintena de camiones Tolva. Dicha visita tuvo lugar, irónicamente, una semana antes de la fallida visita de Izkia Siches, a las mismas comunidades indígenas en Temucuicui, pero a diferencia de ella, sin cámaras, sin performance –como le gusta al actual Gobierno–, y respetando los protocolos de las comunidades. Una vez más, el Gobierno anterior ofrece, al actual, ejemplos que le pueden servir para lidiar con su propia incapacidad.

Una lógica similar se replicó con el Centro de Estudios Públicos. Balloon los apoyó para realizar la Encuesta CEP en zonas de conflicto. El mismo resultado: se pudo encuestar sin violencia.

¿Por qué no pensar en lógicas similares para realizar el Censo? Para ello quizás sería buena idea replicar esta metodología e iniciar conversaciones con Balloon Latam.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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