
A propósito del crimen organizado y las cárceles de máxima seguridad: la experiencia de EE.UU.
En Colorado, mirando hacia las montañas rocosas, se encuentra ADX Florence, una mole de concreto, con celdas de 2 x 3 metros y camas de cemento, que alberga a un recluso por cada una de las 490 celdas. Construida en 1994, cada habitante permanece hasta 23 horas al día encerrado.
En nuestro país, a propósito de la penetración del crimen organizado, se han alzado voces solicitando la construcción de cárceles más seguras y que impongan formas de encierro más rigurosas, y ante ello es interesante revisar la experiencia estadounidense, donde han asumido que el ideal de rehabilitación cede ante la existencia de condenados cuyas motivaciones van unidas a objetivos irrenunciables.
En el caso del crimen organizado, el camino es sin retorno, pero el problema es que, desde las cárceles comunes, este continúa su expansión, corrompiendo el sistema y permitiendo que los presos se comuniquen con el exterior, pues no existe crimen organizado sin la complicidad o participación de miembros del Estado, insertos en algún nivel decisorio, de cualquiera de los tres poderes, pero la experiencia indica que la policía, las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial, la Fiscalía o los encargados de prisiones, especialmente, son la primera línea de la penetración de las organizaciones.
El ejemplo más cercano de crimen organizado operando desde la cárcel es el Tren de Aragua, nacido en el recinto de Tocorón, Venezuela, en el Estado que da nombre al grupo.
Ante ello, en Estados Unidos decidieron que no es posible que sujetos con un alto compromiso delictual cumplan prisión preventiva o condenas con los presos comunes, aquellos que no forman parte de las organizaciones.
De ese modo, en Colorado, mirando hacia las montañas rocosas, se encuentra ADX Florence, una mole de concreto, con celdas de 2 x 3 metros y camas de cemento, que alberga a un recluso por cada una de las 490 celdas. Construida en 1994, cada habitante permanece hasta 23 horas al día encerrado en la celda insonorizada, donde cada puerta tiene un pequeño agujero a través del cual se entrega la comida.
El taburete y el escritorio también son de concreto y una ventana de 1 metro de alto por diez centímetros de ancho deja entrar la luz natural, pero no hay nada que ver, excepto paredes. Una hora diaria en la jaula adyacente, de dimensiones similares a la celda, solo permite ver el cielo.
Entre los presos no existe contacto social, pero quien se porta bien puede tener una TV en blanco y negro donde se proyectan algunos programas de carácter religioso. Dependiendo del comportamiento, podrían tener derecho a una llamada de 15 minutos al mes, monitoreada, y libros de la biblioteca. Además, hay cámaras en todas partes, incluidas las celdas.
En ADX Florence se encuentran algunos de los individuos más peligrosos de Estados Unidos, entre ellos, Terry Nichols (cómplice de Timothy McVeigh en el atentado de Oklahoma City en 1995, que resultó en la muerte de 168 personas); el líder del cartel de Sinaloa, Joaquín “Chapo” Guzmán; Ramzi Yousef, terrorista convicto por su papel en el atentado del World Trade Center en 1993 y otros complots terroristas; Zacarias Moussaoui, el único miembro del comando de Al Qaeda del 9/11 que fue apresado; Dzhokhar Tsarnaev, uno de los responsables del atentado en la Maratón de Boston, en 2013; y también pasó allí casi toda su condena, antes de morir el año pasado, Ted Kaczynski, más conocido como el “Unabomber”, autor de una serie de ataques con bombas durante casi dos décadas en contra de universidades y líneas aéreas en Estados Unidos.
¿Un modelo a seguir?
El modelo “Florence”, como sistema penitenciario, es el más duro de que se tenga registro actualmente en los regímenes democráticos e, incluso, se aparta de todos los conocidos hasta ahora, que son:
- Sistema Pensilvania o Filadélfico: Se basa en el aislamiento completo de los reclusos para promover la reflexión y la penitencia. Aunque ya no se usa en su forma original, fue pionero en el enfoque de aislamiento.
- Sistema Auburniano: Desarrollado en Auburn, Nueva York, este sistema permite a los prisioneros trabajar juntos durante el día, pero requiere aislamiento total y silencio en sus celdas por la noche. Fomenta la disciplina a través del trabajo en grupo y la segregación durante los períodos de descanso.
- Sistema Progresivo o de Etapas: Implementado por primera vez en Irlanda, este sistema permite a los prisioneros ganar privilegios y eventualmente la libertad condicional a través de un sistema de puntos basado en su comportamiento y progreso. Es un modelo enfocado en la rehabilitación.
- Modelo Rehabilitatorio: Este modelo se centra en transformar al delincuente en un ciudadano productivo a través de la educación, terapia y programas de trabajo. Es el modelo predominante en países como Suecia y Noruega.
- Modelo Restaurativo: Busca reparar el daño causado por el crimen involucrando a la víctima, al delincuente y a la comunidad en el proceso de justicia. Este enfoque es menos centrado en el castigo y más en la mediación y la reconciliación.
- Modelo de Justicia Retributiva: Enfocado en el castigo como una forma de disuasión y retribución. Este modelo es prevalente en muchos sistemas jurídicos, donde el castigo proporcional al crimen se considera fundamental para mantener el orden social.
- Sistema de Encarcelamiento Masivo: Predominante en Estados Unidos, este sistema se caracteriza por altas tasas de encarcelamiento con un enfoque significativo en la seguridad y el confinamiento a largo plazo.
- Sistema Abierto: En algunos países europeos, existen prisiones sin medidas de seguridad tradicionales, donde los reclusos tienen responsabilidades y libertades considerables, promoviendo la confianza y la responsabilidad personal como parte de la rehabilitación.
Sin embargo, claramente la tendencia actual apunta hacia el endurecimiento del régimen carcelario y esa es una discusión que, sin lugar a dudas, tendrá que desarrollarse prontamente en el país, a la luz de lo que hemos visto en materia de crimen organizado y la búsqueda de soluciones al respecto.
*Texto originalmente publicado en el Substack del autor.
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