Opinión
BBC
Consolidar un once es clave para la tarea que tiene el Tigre. Lo contrataron para llegar al Mundial y eso comenzará en septiembre. Pero en la Copa América, si bien no tiene obligaciones explícitas, lo mínimo es avanzar a la siguiente fase.
Queda menos para el inicio de la Copa América en Estados Unidos. Chile llegará con un solo partido en el cuerpo, antes del debut frente a Perú. Poco, para una competencia que es exigente, ya que se juegan tres partidos en nueve días.
Gareca es un técnico de la vieja escuela, de aquellos que tienen un mensaje directo y sincero, sin enredarse en tantos conceptos actualizados o llenos de nombres excéntricos. Eso lo valora mucho siempre el jugador: no marearlos con tantos videos. Todo pasa por cancha y, en eso, la claridad que ha mostrado el argentino ya se sabía desde su estadía en Perú y ahora lo está demostrando en Chile.
En los partidos ante Albania y Francia, más allá de los resultados, Gareca buscaba funcionamiento. Y lo fue logrando rápidamente. Ante Paraguay, seguramente, volverá a colocar en cancha a la escuadra que tiene en mente para el debut en el certamen continental.
Uno puede pensar en Bravo; Isla, Díaz, Maripán o Lichnovsky y Suazo; Echeverría y Pulgar; Osorio, Sánchez y Dávila, así como en Vargas. No creo que diste mucho de lo que usará Gareca, tomando como base las formaciones en los partidos de Europa.
Consolidar un once es clave para la tarea que tiene el Tigre. Lo contrataron para llegar al Mundial y eso comenzará en septiembre. Pero en la Copa América, si bien no tiene obligaciones explícitas, lo mínimo es avanzar a la siguiente fase. El grupo lo debería comandar Argentina, pero Chile –en el papel– debería superar a Perú y Canadá.
Un traspié en Copa América podría significar un retroceso en el plan Gareca y provocar algo de ruido antes de retomar las clasificatorias. Tener un buen papel en Estados Unidos no solo implica bienestar para todo el país, sino que también blindar el coraje y el ánimo para la lucha por los cupos mundialistas y, de paso, cambiar la imagen ante los rivales, de un país que parecía grave, a otro que se recuperó y da la lucha.
Veremos qué pasa en las tierras del norte, donde Chile tiene excelentes recuerdos, pues allí se levantó la segunda Copa América de la historia. Ojalá sigan esas sensaciones positivas desde el 21 de junio.
