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Cuidar y restaurar los suelos: un mantra de supervivencia Opinión

Cuidar y restaurar los suelos: un mantra de supervivencia

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Catalina Lagos Carrillo
Por : Catalina Lagos Carrillo Líder Optimización del uso de agua y suelo, Agrosimbiosis CSB-UNAB
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La salud de los suelos es fundamental para la vida en la Tierra.


El lema del Día Mundial del Medio Ambiente y de las acciones para todo este año es: “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración”. Al escucharlo resuena como un llamado urgente a restaurar los suelos, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia frente a la sequía, uno de los efectos más notorios del cambio climático en Chile.

La salud de los suelos es fundamental para la vida en la Tierra. Un impresionante 60% de todas las especies vive en ellos, convirtiéndolos en el hábitat más biodiverso del planeta. Según el Programa de Medio Ambiente de la ONU, cada cinco segundos se erosiona una superficie de suelo equivalente a una cancha de fútbol, mientras que la formación de apenas tres centímetros de tierra vegetal puede tardar cientos de años.

El “Informe País: Estado del Medio Ambiente en Chile” (2020), menciona que los principales problemas de suelos en Chile son: la degradación física (erosión, compactación, anegamiento); degradación química (acidificación, salinización, contaminación); y degradación biológica (pérdida de materia orgánica y de biodiversidad).

Cada una de estas degradaciones son señales de alerta para las múltiples funciones que cumple el suelo. Entre ellas, el secuestro de carbono imprescindible para mitigar efectos del cambio climático y la función adaptativa, en que retiene carbono y mantiene la humedad, contribuyendo a resistir la erosión y a enriquecer la biodiversidad de los ecosistemas. Por eso, el cuidado de los suelos es una acción estratégica para favorecer su resiliencia ante eventos extremos, como sequías e inundaciones.

En este contexto, es fundamental incrementar la investigación que brinde soluciones sostenibles a la agroindustria. En Agrosimbiosis, un Programa Tecnológico de Adaptación al Cambio Climático financiado por Corfo y liderado por el Centro de Biotecnología de Sistemas de la Universidad Andrés Bello (CSB-UNAB), trabajamos en esta dirección, impulsando estrategias que mejoran la salud de los suelos. 

Entre estas destacan la promoción de prácticas agrícolas sustentables, el empleo de herramientas biotecnológicas para conocer y mejorar la biodiversidad de los suelos cultivables y la transformación de residuos agrícolas en bioestimulantes y abonos agrícolas. Todo esto permite mejorar la calidad de los suelos, aumentar el secuestro de carbono y reducir la emisión de gases de efecto invernadero asociadas a la quema de rastrojos y de residuos agrícolas. 

También es crucial avanzar en la aprobación del proyecto de ley que establece un Sistema de Incentivos para la Gestión Sostenible de Suelos Agropecuarios (SIGESS), ya ratificado por la Cámara de Diputadas y Diputados. Este modelo permitirá que los agricultores adopten prácticas de gestión sostenible de suelos promoviendo el desarrollo de actividades que permitan mantener y mejorar su capacidad para producir alimentos. Para ello contempla incentivos y capacitaciones, que permitan mejorar las propiedades químicas, físicas y biológicas de los suelos.

La gestión eficiente del suelo permite preservarlo como un valioso patrimonio para la seguridad alimentaria. Restaurar y cuidar nuestros suelos es, en definitiva, un imperativo para la supervivencia y un compromiso con nuestro futuro común.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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