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Evelyn Matthei y la responsabilidad de cargar con el destino electoral de la derecha tradicional Opinión

Evelyn Matthei y la responsabilidad de cargar con el destino electoral de la derecha tradicional

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Rodrigo Espinoza Troncoso
Por : Rodrigo Espinoza Troncoso Doctor en Ciencia Política PUC. Director Escuela de Administración Pública Universidad Diego Portales.
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Evelyn Matthei, a pesar de ser la candidata mejor posicionada en las encuestas, todavía no logra convencer a la totalidad de su propio partido.


Las primarias ya son cosa del pasado y ahora hay que colocar la mirada en las próximas elecciones. Esa es la actitud que han asumido los partidos de Chile Vamos, a sabiendas que muy pronto tendremos las elecciones de Gobierno Regional y las municipales. La premisa basada en que las elecciones municipales son un diagnóstico para medir la fuerza electoral de los partidos y coaliciones de cara a las presidenciales no es nueva, por lo que no resulta sorprendente que, una vez conocidos los resultados de las primarias en la derecha tradicional, el Partido Republicano haya declarado su intención de competir tanto en municipios como a nivel regional.

Si mantenemos como verdadera la anterior premisa (al menos la evidencia así lo indica), entonces, tan importante como tener nombres competitivos para ocupar el máximo cargo a nivel local, lo es también el contar con potenciales cartas presidenciales que sean capaces de mejorar el desempeño electoral de su sector. En este plano, Chile Vamos tiene al menos un nombre claro: Evelyn Matthei.

Si bien la todavía alcaldesa de Providencia es la mejor aspectada en las encuestas de opinión pública, es preciso señalar que su camino para intentar llegar a La Moneda no será fácil, debido a los múltiples obstáculos que asoman al interior de su partido, en su propia coalición y también en la derecha radical. 

En lo relativo a su propio partido, Rodolfo Carter hizo público su deseo de competir en una primaria, dejando en claro que no todos al interior de la UDI están satisfechos con el nombre de Matthei, motivo por el que podríamos asumir que no es una candidatura de unidad al interior del gremialismo, haciéndonos recordar la pasada primaria presidencial donde se daba por sentada la candidatura de Joaquín Lavín, pero una parte no menor de la colectividad terminó apoyando a Sebastián Sichel (siendo desechado posteriormente por José Antonio Kast en plena primera vuelta). 

Al interior de su coalición conviven dos dimensiones. La primera de ellas es la relación con la bancada parlamentaria, mientras que la segunda es la relación con las cúpulas de los partidos que componen la coalición.

Respecto a la primera dimensión, opiniones divididas han surgido tras su llamado a buscar un acuerdo para la reforma de pensiones durante el próximo Gobierno. En respuesta, voces como las de Diego Schalper, Jorge Guzmán y Ximena Ossandón han señalado que es importante dejar cerrada la reforma durante el actual Gobierno, dejando entrever que Matthei no ha consolidado un liderazgo transversal dentro de la bancada UDI-RN-Evópoli. A nivel de cúpulas, especialmente al interior de RN, han sido enfáticos en esperar las municipales para levantar algún nombre en lugar de acoplarse automáticamente.

La amenaza de la derecha radical es palpable, a pesar de que José Antonio Kast no ha logrado crecer en las encuestas. No es antojadiza la declaración del Partido Republicano de querer competir con nombres propios a nivel municipal y regional, lo que podría suponer la división del voto de derecha, de no mediar pactos por omisión, dejando en claro que dicho partido está más concentrado en absorber electoralmente a la derecha tradicional en lugar de buscar ser Gobierno. Si no se logra un acuerdo entre las dos derechas, esto podría ser aprovechado por el oficialismo, llevando a la oposición a un desastre electoral, especialmente en los municipios que desean recuperar, como lo son Maipú, Estación Central, Santiago, Recoleta, Ñuñoa, Valparaíso y Viña del Mar, todos vitales si es que Chile Vamos aspira a ser Gobierno.

En síntesis, Evelyn Matthei, a pesar de ser la candidata mejor posicionada en las encuestas, todavía no logra convencer a la totalidad de su propio partido. La bancada parlamentaria UDI-RN-Evópoli tampoco se ha alineado en un 100% con sus dichos, sumado esto a que el Partido Republicano representa una amenaza electoral que puede conducir a una potencial derrota en municipios estratégicos. En el caso de que Chile Vamos no recupere al menos Estación Central, Santiago, Recoleta, Ñuñoa, Valparaíso y Viña del Mar, inmediatamente surgirán las voces que responsabilizarán de la derrota a su principal abanderada presidencial.

De ocurrir este escenario, no serán pocos los que pidan bajar su candidatura tras no mejorar el desempeño electoral de su sector. Tal vez, el mejor momento para lanzar su candidatura haya sido tras las elecciones del presente año. Por ahora, el destino electoral de la derecha tradicional carga sobre sus hombros, pero en una coalición cuyos integrantes se encuentran en una constante disputa por el control del sector tras la muerte de Sebastián Piñera. Si la apuesta de Matthei rinde o no frutos, solo los resultados en las urnas lo dirán. 

        

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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