Lo cierto es que nuestra historia compartida demuestra que mayoritariamente ambos pueblos esperamos que la agenda bilateral chileno-argentina se desarrolle y complete con contenidos de integración y desarrollo conjuntos.
Escribir sobre Chile y Argentina no es una tarea fácil, considerando que el hito fundacional de esta relación se remonta a la empresa de la batalla independentista de Maipú el 5 de abril de 1818, en la que el Ejercito libertador formado por rioplatenses y chilenos comandados por José de San Martín, en que participaron entre otros Antonio González Balcarce, Juan Gregorio de las Heras, Domingo Torres Mascarenhas, Bernardo O’Higgins, Manuel Blanco Encalada, Ramón Freire y Manuel Rodríguez, junto a destacados oficiales y soldados derrotan a las fuerzas realistas comandadas por Mariano Osorio, fundando nuestra independencia como Estados republicanos.
Recordar que la estrategia de la liberación de las colonias de América del Sur de la metrópoli española formó parte de un proceso liberador que se articuló a partir de la Logia Lautaro, fundada por Francisco de Miranda en Londres el año 1797, en homenaje al Toqui Lautaro, entre cuyos principales miembros se cuentan José de San Martín, Manuel Belgrano, Bernardo O’Higgins y Ramón Freire, entre otros.
En consecuencia, Chile y Argentina se encuentran unidas en sus destinos desde la independencia, a inicios del siglo XIX, en la fundación de los nuevos Estados de América del Sur, compartiendo un mismo ideario político y cultural de largo aliento de manera permanente.
No es casualidad que ambos países compartamos como hitos urbanos en nuestras ciudades plazas, avenidas con nombres comunes y monumentos en esta historia compartida, que no ha estado exenta de roces y desavenencias mayores, que han sido superadas mediante tratados y laudos, especialmente referidos a limites y fronteras.
Por ello el affaire de los paneles solares instalados en un Puesto de Control y Vigilancia de una base Argentina, sobrepasando el eje del límite territorial y aéreo en Magallanes en el Hito 1 de Tierra del Fuego, calificado como un involuntario error material por la Cancillería argentina, hecho que motivó una fuerte protesta del Presidente Boric y de nuestra Cancillería que se escuchó fuerte y claro en la Casa Rosada, paneles solares que fueron rápidamente removidos el 14 de junio por la Armada Argentina.
Lo cierto es que nuestra historia compartida demuestra que mayoritariamente ambos pueblos esperamos que la agenda bilateral chileno-argentina se desarrolle y complete con contenidos de integración y desarrollo conjuntos, dejando atrás estos eventos que pueden parecer anecdóticos, pero que no constituyen un aporte a nuestro destino común, especialmente enfocados en una agenda compartida de desarrollo y agilización de las aduanas y puestos fronterizos y que se articule en mejorar la infraestructura de las aduanas, abrir grandes carreteras, túneles que están largo tiempo en lista de espera, para comunicar nuestras ciudades, puertos, pueblos y culturas.
La gesta independentista de Maipú merece un mejor homenaje y tributo permanente de nuestras autoridades políticas y ciudadanos, abriendo las fronteras para un desarrollo de integración fraterno de nuestros pueblos con mirada de siglo XXI y sus desafiantes requerimientos de protección de nuestros recursos naturales y fomento de un crecimiento inclusivo.