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Choque de trenes: lecciones de un accidente para la salud y seguridad laboral Opinión

Choque de trenes: lecciones de un accidente para la salud y seguridad laboral

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Dentro de las lecciones que podemos obtener de este caso, está el entender que el paro es síntoma de un colectivo que evidencia la necesidad que existe de abordar el tema de las condiciones de trabajo, salud y seguridad laboral, como una causa común y que nunca son el problema de un solo individuo.


El pasado jueves, un choque frontal entre un tren de la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE), que realizaba pruebas de maniobra, y otro de carga, de Ferrocarril del Pacífico S.A. (Fepasa), en San Bernardo, no solo resultó en la muerte de dos trabajadores ferroviarios y nueve heridos, sino que terminó en un paro de los trabajadores de la empresa estatal que se extendió por tres días y afectó a miles de personas que dependían de este servicio para sus traslados cotidianos.

De acuerdo con la información hasta ahora recabada por la Fiscalía, el accidente se habría producido luego de que, cerca de la medianoche, el conductor del tren de prueba solicitara cambiar de vía, olvidando el desplazamiento y ubicación del tren de Fepasa, que transitaba por el mismo riel. El conductor tardó más tiempo del necesario en concretar la maniobra, lo que generó finalmente la colisión de ambos trenes. Sin embargo, también han salido a la luz algunos mensajes y declaraciones de los involucrados que señalan tres aspectos que resultan claves para poder analizar y comprender el accidente desde una perspectiva psicosocial en materia de salud y seguridad laboral.

El primer antecedente, es que esta comunicación se dio a través de mensajes de WhatsApp y no necesariamente mediante radiotransmisores especializados, puesto que estos no estaban operativos, hecho que se vincula con las demandas de los maquinistas que se encuentran en paro, quienes apelan a la falta de inversión de la empresa en materia de seguridad. Este tema no es menor si consideramos que, quienes deben estar alerta frente a imprevistos y tomar decisiones que impactan en la vida de otras personas, es fundamental que cuenten con los recursos necesarios para poder realizar bien su tarea.

Esto nos remite al tema de las condiciones de trabajo y al modo en que las personas terminan poniendo parte de sus propios recursos al servicio de la tarea, con el objetivo de cubrir la brecha que existe entre lo prescrito y lo real en el enfrentamiento de la labor. En este caso, busca una solución “parche” que no necesariamente permite asegurar las condiciones de atención flotante que esta labor requiere.

El segundo, es que el operador asocia el descuido a encontrarse sometido a un importante nivel de carga mental, que le impidió reaccionar a tiempo. Según los estudios de Gunn Johansson, quien aborda el tema de la monotonía en las tareas de trabajadores de salas de control, aquellos trabajos que implican la repetición constante de tareas o la falta de eventos significativos, pueden llevar a un deterioro en su capacidad de detectar signos de problemas y tomar decisiones acertadas bajo presión.

En ambientes de carga de trabajo monótona sin eventos, como es el caso, la capacidad de las personas de detectar signos comienza a declinar en menos de media hora. Sumado a una gran presión emocional que dificulta tomar una decisión acertada y sensata, los trabajadores pueden llegar a sufrir una parálisis temporal que incluso les impida tomar una decisión con la información disponible.

El tercero, refiere a los mensajes que enviaron los involucrados, que dan cuenta de la presión a la que estaba sometido el operador, a propósito de los problemas de comunicación y la responsabilidad que debe asumir: “Nos van a cuestionar todo, pero el condoro mayor lo tiene el controlador…”. Esto último incide en la carga mental de quien opera los cruces, pero de manera menos visible respecto de su tarea, puesto que, además, es algo más difícil de elaborar, dado que lo sitúa en una experiencia paradójica: debe asegurar la condición de posibilidad de su tarea de forma segura, sin seguridad.

En consecuencia, este trabajador debe cargar con la presión y culpa que deriva de la sobrerresponsabilización del individuo, quien debe hacerse cargo de las tensiones y contradicciones propias de su tarea y sus consecuencias.

Dentro de las lecciones que podemos obtener de este caso, está el entender que el paro es síntoma de un colectivo que evidencia la necesidad que existe de abordar el tema de las condiciones de trabajo, salud y seguridad laboral, como una causa común y que nunca son el problema de un solo individuo. Aquí hay una organización social del trabajo que, por diversos motivos, está generando condiciones laborales inseguras y déficits importantes en la comunicación y coordinación del grupo. El desafío hoy está en entender el riesgo psicosocial en la base de este tipo labor y abordarlo de manera colectiva, sin caer en la psicologización y culpabilización individual.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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