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Redes sociales: amenazas, pero sobre todo oportunidades para la salud pública Opinión

Redes sociales: amenazas, pero sobre todo oportunidades para la salud pública

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Macarena Peña y Lillo
Por : Macarena Peña y Lillo Académica Facultad de Comunicación y Letras UDP Investigadora CICLOS UDP
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En materia de salud pública, las redes sociales ofrecen enormes oportunidades para mejorar la salud de individuos y poblaciones. Pero las redes sociales no están exentas de amenazas para la salud de las personas.


El 30 de junio se conmemoró un nuevo Día de las Redes Sociales. Establecido en 2010, en este día se reconoce la importancia que las redes sociales tienen en nuestra vida. Llevamos 14 años conmemorando esta ocasión, y ya son varias las generaciones para las cuales las redes sociales no son ya nuevos medios, sino parte de la infraestructura comunicativa existente, así como la televisión a color lo fue para la generación de adultos actuales.

Las redes sociales son espacios digitales caracterizados por la interactividad. A la vez, los contenidos disponibles en ellas son creados por los propios usuarios, y la estructura de red fomenta la creación de comunidades y grupos afines.

En materia de salud pública, las redes sociales ofrecen enormes oportunidades para mejorar la salud de individuos y poblaciones. En primer lugar, ocupan un espacio preponderante en el consumo informativo actual de las personas y permiten una difusión de información expedita. Los costos de transmisión son menores que en los medios tradicionales. Además, las redes sociales permiten segmentar mensajes e incluso crear mensajes a la medida de los usuarios, según las características que ellos mismos entregan en sus perfiles, lo cual puede ser de enorme beneficio para campañas de salud pública que buscan promover hábitos saludables entre segmentos específicos de la población.

La interactividad es también un gran capital que se puede aprovechar para los objetivos de salud pública, en la medida que las personas pueden plasmar sus preguntas y obtener respuestas de especialistas que pueden ayudarlos con sus problemas. En las redes las personas enfrentando problemas de salud pueden encontrar a otras que están experimentando situaciones similares, apoyarse y compartir recursos que en otros contextos podrían ser muy difíciles de compartir, debido a limitaciones geográficas, entre otras.

Pero las redes sociales no están exentas de amenazas para la salud de las personas. Muy en boga está la discusión acerca de los efectos del uso de redes sociales en la salud mental, sobre todo de niños, niñas y adolescentes.

Otra amenaza es la desinformación y la circulación de noticias falsas. El poder difusor de las redes no solo funciona para los contenidos que queremos que las personas reciban, sino también para aquellos que contravienen objetivos de salud. La desinformación en temas de salud puede ser atribuida en parte a la falta de conocimiento científico y la desconfianza en este tipo de saber, pero no se puede descartar la búsqueda de beneficios económicos particulares a costa de la salud de la población, y sobre todo de las personas en posiciones más vulnerables.

La sobrecarga informativa, la saturación de contenidos, la exposición selectiva y, por cierto, los algoritmos también son elementos que hay que tener en cuenta cuando pensamos en cómo las redes sociales podrían funcionar a favor o en contra de los objetivos de salud pública.

Finalmente, y a pesar de que los espacios digitales pueden ofrecer enormes oportunidades para mejorar el acceso a contenidos de salud, la posibilidad de acceder a cuidados de salud y ponerse en contacto con otros individuos, no podemos desconocer que, como todo capital, el capital digital está desigualmente distribuido en la sociedad.

Persisten brechas de acceso entre personas mayores y personas más jóvenes, o entre personas con mayor o menor nivel educacional o poder adquisitivo. Pero sobre todo existen brechas en las habilidades digitales y en las capacidades de usar el potencial que las redes tienen para mejorar y promover la salud de las poblaciones.

Las redes sociales están aquí y se quedarán. Es importante, por ende, que quienes tienen la responsabilidad en materias de salud pública y se rijan por los estándares éticos de la profesión médica tomen el liderazgo de la comunicación de la salud en los espacios digitales. Las instituciones responsables de la salud deben usar activa y estratégicamente las redes, considerando las amenazas, para sacar el máximo provecho posible a las oportunidades de estos espacios digitales que llevamos 14 años celebrando.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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