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Salud: el vagón de cola de la economía Opinión

Salud: el vagón de cola de la economía

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Jaime Calderón Riveros
Por : Jaime Calderón Riveros Ingeniero Comercial
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¿Qué nos pasó que abandonamos a nuestros enfermos?


Según informes de la Subsecretaria de Redes Asistenciales tenemos más de sesenta mil patologías Ges no cumplidas por el Estado, millones de pacientes en lista de espera y lo más grave, más de quince mil pacientes con cáncer no atendidos. Esto sucede a pesar de haber duplicado el PIB per cápita en salud entre 1990 y 2012 del 1,6% al 3,5% y aumentado el gasto real un 9% en este período según informes de la Dirección de Presupuestos (Dipres). En este período el crecimiento de Chile ha sido notable donde se triplicó el PIB per cápita del U$ 5400 a U$ 14.000, se quintuplicó la matrícula universitaria, la más moderna red de autopistas entre otros ¿Qué nos pasó?

Para avanzar en salud hay que tener una visión de Estado y sentarnos a conversar “como si no sé nada para entender lo que el otro quiere decir” nos enseñaba el filósofo Jorge Millas de la Universidad de Chile. Un problema serio en salud son los dogmatismos, las improvisaciones, los parches, los voluntarismos, el creer que somos los dueños de la verdad. Los expresidentes de Chile en un seminario de la UC nos hablan de que no hay atajos, tener visión de Estado y una colaboración publico y privada (Eduardo Frei Ruiz-Tagle). Si somos capaces de establecer un ámbito de tareas concretas, habremos dado un paso muy importante en el desarrollo de Chile (Ricardo Lagos Escobar). Priorizar una mirada de país de largo plazo más allá de un gobierno (Michele Bachelet Jeria). Encontrar la ecuación de la libertad, equidad y progreso (Sebastian Piñera Echeñique).

El objetivo de un sistema de salud es que todos los pacientes tengan acceso igualitario y oportuno a los servicios de salud, sin restricciones de ningún tipo; ni económicas ni preexistentes. Vivimos el inicio de una nueva era donde la tecnología juega un rol sustantivo y las enfermedades evolucionan, y en Chile tenemos un significativo cambio etario de nuestra población. Para avanzar debemos poner al paciente en el centro de toda política pública en salud con una visión de Estado y resolver ciertos “nudos”.

Un primer nudo es que este es un trabajo multidisciplinario de médicos, enfermeras, matronas, tecnólogos, profesionales de la salud, arquitectos, ingenieros, economistas. Medicina y salud son dos conceptos distintos que tienden a confundirse. Medicina se refiere a “sanar”, conjunto de herramientas para tratar y sanar enfermedades. Salud se refiere a equilibrio orgánico o ausencia de enfermedades. Un problema grave en salud es tener una visión muy parcial de problemas que tienen muchas aristas. No hay que confundir medicina con salud.

La modernización del Estado en salud es otro nudo importante que no se avanza. Se necesitaría un ministerio de salud con una visión macro, asesorado por un comité consultivo de alto nivel pensando en el crecimiento de la población, la evolución de las enfermedades, la inmigración, la tecnología usando las herramientas de la administración y economía modernas. La organización del ministerio debe estar de acuerdo con los tiempos actuales con vicepresidencias ejecutivas independientes y autónomas con planes quinquenales, decenales en todas las áreas de la salud. Hospitales con gerencias y directorios, captando recursos privados y de las sociedades de beneficencia. Licitar mediante sistema de concesiones, exceptuando a los profesionales de la salud, toda la red pública hospitalaria.

La modernización del Estado en salud es sustantiva, y en mi opinión, el trabajo que está desarrollando la Comisión de Productividad va en el sentido correcto. La ficha universal única debe ser el mayor proyecto informático en décadas insumo esencial para el hospital digital. Se debe implementar la modernización de Fonasa constituyéndolo en un seguro público y un sistema independiente de licencias médicas. Se necesita mucha gestión e ingeniería en salud.
Otro nudo que debemos resolver es definir qué se entiende por seguridad social y si esta necesariamente debe ser resuelta por el Estado o en un sistema mixto.

Seguridad social es la protección del individuo en la salud del paciente. Hay una escuela de salubridad pública nacida en los 50´s, que privilegia el rol del Estado en los servicios de salud. De ahí nace el concepto de fondo único donde el Estado provee los servicios estableciendo diversos planes por intermedio de Fonasa. Me pregunto, que es más eficiente en la asignación de recursos ¿un fondo único donde el Estado asigna los recursos? o alternativamente ¿planes mixtos garantizados públicos y privados, financiando directamente a los pacientes? El sistema Sleep en educación es un ejemplo que demuestra que asignar recursos por el Estado no resuelve el problema de la educación y pasa lo mismo en salud. En mi opinión, debemos privilegiar un sistema mixto con participación pública y privada para que los pacientes puedan elegir libremente el prestador. Debemos legitimar un sistema mixto en salud. El gran problema en Chile es el monopolio del Estado sobre los pacientes. El paciente es el centro de toda política pública en salud.

En prevención debemos actuar “en grande” donde tenemos una enorme tarea pendiente. Concesionar un sistema nacional preventivo en salud entre los centros de salud familiar (Cesfam), mutualidades y hospitales donde se debe focalizar el gasto. La milenaria cultura china nos habla de actuar antes que se produzca la enfermedad. En Chile tenemos graves problemas de obesidad infantil, alcoholismo juvenil, drogadicción, salud mental, prevención del cáncer. La medicina familiar ayuda a
priorizar y es un apoyo para disminuir el colapso de los consultorios. Un buen sistema preventivo produce importantes ahorros para el Estado.

Hay nudos que resolver mejorando la coordinación en el sistema de compras públicas entre los diversos organismos del Estado (inversiones, Central de Compras, Chile Compra) donde hay una enorme fuga de recursos públicos. Una política de Estado en la capacitación médica y de profesionales de la salud y la distribución de los campus clínicos con la participación de las Facultades de Medicina. Rol de las sociedades científicas y transparencia en el financiamiento de congresos médicos. Establecer un seguro catastrófico universal obligatorio y un estatuto de los trabajadores de la salud que los proteja de las agresiones son herramientas de una adecuada política pública en salud.

No quiero terminar este artículo sin mencionar la gravedad de la Sentencia de la Tercera Sala de la Corte Suprema que afectó severamente las políticas públicas del ejecutivo en salud que es un grave atentado a la democracia como lo hizo ver el Observatorio Judicial. El fallo afecta a los incumbentes y no genérico como se estableció. En los 2000 el ejecutivo no corrigió graves falencias de la ley de seguros privados como lo hicieron ver varios ministros de la Corte que dio origen a la Resolución del Tribunal Constitucional del 2010 que abrió las puertas a la judicialización del sistema que hizo colapsar a la Corte y fue el origen de la Sentencia. La precipitada acción de la Superintendencia en interpretar el fallo y falta de liderazgo político en acusar a jueces que se extralimitan en sus funciones dio origen a una inédita y grave crisis en salud.

Considerando en los miles de pacientes que se mueren figurando en las listas de espera para una cirugía o la gravedad de no atender oportunamente a los pacientes con cáncer nos hace reflexionar, y ojalá encontremos entre todos un sistema de salud que sea un orgullo para Chile, que es un gran país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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