En el otro extremo, el lado agraz del IPC mensual fue encabezado por la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas que registró en el mes un alza de 1,3% (la mayor alza de las 13 divisiones) con una incidencia de 0,287 pp
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio a conocer recientemente el Índice de precios al consumidor (IPC) correspondiente al mes de junio 2024, que registró una variación mensual de -0,1%, acumulando un 2,4% en lo que va del año y un alza de 4,2% en 12 meses. El IPC mide la inflación, esto es, el alza generalizada y sostenida de los precios de bienes y servicios de una economía. En este caso, la variación del IPC de junio indica que en promedio ponderado los precios registraron una caída de 0,1% en comparación al mes anterior. El hecho que el nivel de precios haya bajado marginalmente respecto al mes anterior, estaría indicando en términos generales algo positivo para las familias chilenas, puesto que señala una leve mejoría del poder adquisitivo de sus ingresos. Sin embargo, para una mejor interpretación del índice, es recomendable un análisis un poco más detallado, ahondando en los orígenes y características de esta variación mensual negativa del IPC.
La canasta del IPC se compone de 283 productos clasificados en 13 divisiones. A su vez, cada producto y cada división tiene una ponderación distinta en base a su importancia relativa en el presupuesto de gasto de un hogar promedio, lo que hace que tengan también incidencias distintas en el resultado final. Por ejemplo, a nivel de productos, el pan tiene una ponderación de 2,22% mientras que zapatillas infantiles tiene una ponderación de solo 0,19%; luego entonces, aunque el precio de ambos productos suba 10%, la incidencia en el IPC (y en el gasto del hogar) será mayor en el caso del alza del pan dado su mayor peso relativo. Algo similar ocurre a nivel de divisiones, por ejemplo, la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas es la de mayor importancia en el IPC con una ponderación de 22,15%; en tanto que la división de Vestuario y calzado tiene una ponderación de solo 2,90% la segunda más baja entre las 13 que conforman el IPC. En consecuencia, variaciones de precios en los alimentos golpearán de mayor manera a las familias en comparación a variaciones de precios en vestuario y calzado por su mayor ponderación. Por tanto, es importante evaluar las magnitudes, pero también el origen de las variaciones de precios para evaluar su impacto.
Así, cada mes el IPC tendrá un lado dulce (productos que bajan de precio) y un lado agraz (productos que suben de precio).
¿Cuáles fueron las divisiones y productos que más subieron y bajaron de precio en junio y que explican la variación de -0,1% en el IPC? … vamos a los datos: para el mes de junio, 103 productos registraron alzas, 140 anotaron bajas y 40 no registraron variación. En cuanto a divisiones, 6 de ellas registraron alzas, 6 marcaron bajas y una no tuvo variación.
El lado dulce del IPC de junio provino en primer lugar por la división de Vestuario y calzado que registró una variación mensual de -6,1% y una incidencia de -0,167 puntos porcentuales (pp.) en el resultado del mes, siendo la división de mayor incidencia negativa en la variación mensual del IPC. En esta división se observaron importantes bajas de precio en productos como zapatillas de mujer (-10,3%); zapatillas infantiles (-8,4%); pantalones, faldas y vestidos para mujer (-6,5%). En segundo lugar, la división de Equipamiento y mantención del hogar anotó una variación mensual de -2,2% y una incidencia de -0,134 pp. en el índice mensual; a nivel de productos de esta división se destacaron bajas en: camas (-9,8%); muebles para living (-7,6%) y refrigeradores (-4,8%) entre otros. En tercer lugar, se ubicó la división de Transporte que anotó una variación mensual de -0,9% con una incidencia de -0,115 pp. destacando disminuciones de precios en gasolina (-2,2%); transporte aéreo internacional (-10,7%); y automóviles nuevos (-0,6%). Un elemento para considerar en este lado dulce del IPC es la influencia que tuvo el cyberday realizado a principios de junio, donde las ofertas en vestuario, calzado, tecnología, equipamiento del hogar, deportes y outdoor entre otros contribuyeron en buena parte al IPC negativo del mes.
Adicionalmente, otro efecto “dulce” que trae un IPC negativo, es la disminución del valor de la Unidad de Fomento (UF) que se mueve de manera directa con el IPC. Es así como luego del dato de inflación de junio, la UF registrará una disminución de $37 entre el 9 de julio y el 9 de agosto próximo, lo que significa un alivio para pagos de bienes y servicios expresados en UF como arriendos, colegiaturas, planes de salud, seguros y otros.
En el otro extremo, el lado agraz del IPC mensual fue encabezado por la división de Alimentos y bebidas no alcohólicas que registró en el mes un alza de 1,3% (la mayor alza de las 13 divisiones) con una incidencia de 0,287 pp. A nivel de productos, destacaron en esta división alzas de: tomates (+ 21,8%); lechugas (+ 15,8%); y aceite de oliva (+ 9,2%). Las alzas de precios también vinieron en segundo lugar por la división de Vivienda y servicios básicos que anotó alza de 0,6% en el mes con una incidencia de 0,107 pp. en el IPC, influenciada principalmente por aumentos en los productos: suministro de electricidad (+ 7,2%); gastos comunes (+ 1,4%) y arriendo (0,1%). Cabe mencionar que las 2 divisiones que encabezaron las alzas e incidencias positivas en el IPC de junio son las 2 de mayor ponderación (Alimentos y bebidas no alcohólicas con 22,15% junto a Vivienda y servicios básicos con 16,76% respectivamente). Esto último hace que signifique un duro golpe a la economía familiar de muchos hogares, ya que se trata de alzas en productos y servicios de primera necesidad para las familias: alimentos y servicios básicos, ante las cuales no pueden hacer mucho. El impacto negativo es aún mayor en las familias más vulnerables que destinan una mayor proporción de sus ingresos a estos bienes básicos y que tienen menor capacidad de defenderse ante estas alzas. Una familia del primer quintil de ingresos destina más del 30% del gasto a productos de alimentos, por lo que esta alza le afecta de sobremanera.
Tema aparte merece el alza de 7,2% registrada por el suministro de electricidad en junio, que se transformó en el producto de mayor incidencia positiva para el IPC entre todos los productos de la canasta, aportando con 0,155 pp. al resultado global del sexto mes del año, y afectando nuevamente a las familias de menores ingresos mientras recién se discuten las fuentes de financiamiento para los subsidios. Y debemos recordar que en junio solo apareció el alza correspondiente al componente de distribución, y a partir de julio comenzará a considerarse la generación eléctrica, el que tiene un mayor peso en el valor de la cuenta, por tanto, cabe esperar alzas aún mayores en el servicio en los siguientes meses, y que por cierto impactarán en el IPC.
En resumen, desde el punto de vista del origen de las alzas y bajas de precios y de sus impactos en los hogares, el balance del IPC de junio parece inclinarse más hacia lo agraz que a lo dulce, a pesar de que el resultado neto es negativo marginalmente.
En definitiva, la variación mensual de -0,1% en el IPC se explica por la compensación casi perfecta que hubo entre las divisiones que registraron alzas con las que registraron bajas, pero no significa en ningún caso que los precios estén bajando de manera generalizada y sostenida, ni que el grueso de las familias esté mejorando su poder adquisitivo.