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Bolivia entra al Mercosur Opinión

Bolivia entra al Mercosur

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Sergio Arancibia
Por : Sergio Arancibia Doctor en Economía, Licenciado en Comunicación Social, profesor universitario
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La incorporación de Bolivia al Mercosur tendrá implicancias para la Comunidad Andina, que se verá enfrentada al dilema de expulsar a Bolivia de su seno, por la eventual incompatibilidad de pertenecer al mismo tiempo a dos proyectos subregionales distintos.


El día 4 de julio recién pasado el Parlamento de Bolivia –haciendo un alto en las tensiones políticas que complican hoy en día a ese país–  aprobó por unanimidad el ingreso al Mercosur. Esa decisión estaba pendiente de la aprobación parlamentaria por parte de Bolivia, después de que ya había sido aprobada en los parlamentos de los 4 países miembros y fundadores de ese pacto subregional, es decir, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Al día siguiente, el presidente Arce firmó la ley correspondiente, con lo cual se culminan todos los trámites institucionales y políticos para hacer realidad esa incorporación que estaba pendiente desde 2015. 

Hay varias razones que explican esa decisión tan unánime. Bolivia, desde el punto de vista de su comercio exterior, está mucho más relacionada con el Mercosur que con la Comunidad Andina. En el año 2023, Bolivia exportó hacia el resto de los países de la Comunidad Andina –Perú, Ecuador, Colombia– mercancías por un valor de 1.804 millones de dólares, mientras que al conjunto de países del Mercosur –Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay– canalizó mercancías por un valor de 2.640 millones de dólares. La mayoría de estas últimas exportaciones fueron hacia Brasil (1.380 millones de dólares) y de ese monto el elemento predominante fue el gas.

Bolivia tuvo a lo largo del siglo XXI un período de auge de sus exportaciones de gas –las cuales se canalizaban y se siguen canalizando hacia Brasil y parcialmente hacia Argentina–, lo cual permitió al presidente Evo Morales llevar adelante un Gobierno bastante generoso socialmente, por decirlo en la forma más elegante posible. Hoy en día la producción y las exportaciones de gas han disminuido en forma significativa, lo que explica en alta medida las limitaciones económicas de Bolivia y del Gobierno del presidente Arce.

A eso se agrega que Argentina está próxima a convertirse en un exportador importante de gas a partir de los yacimientos de Vaca Muerta, en el sur del país. Esa situación deja a Bolivia imposibilitada no solo de seguir vendiendo gas a Argentina, sino que es altamente probable que dicho país compita con Bolivia en el suministro de gas a Brasil. Parece ser que los bolivianos asumen que esa situación complicada con dos países del Mercosur se soluciona mejor estando dentro de esa agrupación subregional, y no fuera. 

Bolivia está, por lo tanto, más inclinada hacia el Mercosur que hacia la Comunidad Andina –de la cual no es mucho lo que se puede esperar– y, en ese contexto, el gas tiene una importancia sustantiva. El gas es el primer producto de exportación de Bolivia, con un monto, en el 2023, de 2.074 millones de dólares, canalizándose hacia Brasil 1.375 millones de dólares, a lo que se agrega el hecho de que con ese país hay la correspondiente red de gaseoductos funcionando. 

Todas estas circunstancias que mueven a Bolivia a integrarse como socio de pleno derecho en el Mercosur tendrán implicancias positivas para esta asociación subregional, que pasará a ser la agrupación de mayor peso económico, geográfico y poblacional en América Latina. Esa situación puede incrementarse más aún si Venezuela retorna al Mercosur después de superar las circunstancias que movieron antaño a su separación, lo cual lo convertiría en un poderoso polo de atracción del resto de los países de la América del Sur.

Esa situación se complementa con la existencia de un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y Chile, que ya tiene varios años de vigencia y de consolidación. Sobre los actuales países del Mercosur recaería, por lo tanto, la inmensa responsabilidad de poner término a sus disputas parroquiales y personalistas, y asumir el liderato del proceso de integración regional. 

La incorporación de Bolivia al Mercosur tendrá implicancias para la Comunidad Andina, que se verá enfrentada al dilema de expulsar a Bolivia de su seno, por la eventual incompatibilidad de pertenecer al mismo tiempo a dos proyectos subregionales distintos, o de mantenerla como parte de dicha agrupación. Si la Comunidad Andina camina en esta última dirección, Bolivia podría convertirse en un puente y en un precedente que juegue en favor de los procesos de convergencia de las agrupaciones regionales de integración que existen hoy en día en América del Sur, convirtiéndose así, la decisión actual, en un paso de alta importancia no solo para la propia Bolivia, sino también para el conjunto de la región. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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