La situación actual obedece al sentimiento muy generalizado que pone el énfasis en los derechos sociales, olvidando las obligaciones cuando existen compromisos a cumplir. Este cambio moral y cultural aleja al país del progreso.
El Crédito con Aval del Estado (CAE) se originó en 2006 y se aprobó su modificación en el Gobierno del expresidente Lagos, a causa de las características onerosas que ocurrían, especialmente porque operaba como un endeudamiento usual del sistema bancario. La principales innovaciones del cambio fueron las siguientes:
Se mantuvo la garantía estatal en caso de no pago al acreedor financiero.
Por otra parte, se creó la Comisión Ingresa, estatal, a cargo de la administración del sistema, incluso la relación con los bancos.
El CAE posibilitó un cambio fundamental en la Educación Superior (ES), ya que la matrícula creció hasta 1.440.000 estudiantes, permitiendo el ingreso de familias de escasos recursos, que anteriormente no podían costearla. Además, las entidades crecieron de una manera notable: muchas universidades privadas se crearon, como también Institutos Profesionales (IP) y Centros de Formación Técnica (CFT). Además, aumentaron las sedes de esas instituciones, especialmente en regiones.
La matrícula en las universidades creció entre 1984 y 2018 desde 114.000 a 751.000, mientras los Institutos Profesionales lo hicieron desde 62.000 a 375.000 y los Centros de Formación Técnica desde 45.000 a 137.000 entre los mismos años.
La realidad actual es distinta a la de entonces, en especial por el incumplimiento de las expectativas iniciales:
Aparte de lo anterior, lo más grave fue la promesa presidencial, ya planteada antes de la elección que se condonarían las deudas, lo cual no se ha podido cumplir, no solo por la insuficiencia de recursos fiscales, sino por el fuerte incremento de los deudores impagos estimulados por ofrecimientos de la autoridad.
En la actualidad existen 410.000 créditos con más de tres cuotas impagas y los bancos acreedores, después de demandar a los estudiantes, cobran las garantías estatales. El 33,5% es desertor de sus estudios superiores y el 64,3% ya egresó de sus carreras. De las garantías cobradas al fisco, el 52% pertenece a IP y CFT, y el 41,5% a universidades que no son miembros del CRUCH. Las estatales y las pertenecientes a esa entidad tienen un porcentaje menor.
A pesar de la garantía estatal, varios bancos se han salido del sistema a causa de la incertidumbre creada.
Con la promesa de la condonación del CAE los deudores impagos han crecido con mucha intensidad, lo cual ha creado serios problemas:
El 30,3% de los créditos en etapa de pagos está al día, aunque ha decrecido desde el anuncio de la condonación por motivos obvios. Además, el 5,6% pagó por completo su deuda, especialmente las mujeres más que los hombres y los pertenecientes a familias de altos ingresos. De aquí surge la pregunta: el “perdonazo”, ¿cómo favorece a quienes cumplen con sus compromisos?
Según el subsecretario de Educación, el Gobierno mantiene la condonación pero parcial y por etapas, agregando otra postergación. Se haría como parte de una transformación general del sistema de financiamiento para modernizar la ES, en que se buscarían “consensos transversales”, ya que “el sistema no es fiscalmente sostenible” y “un componente importante de la deuda no es cobrable”.
Las razones esgrimidas por la autoridad son que los desembolsos no fueron previstos en el Presupuesto Fiscal y los salarios han sido inferiores a lo esperado.
No cabe duda de que se trata del ofrecimiento presidencial de una condonación de las deudas, ratificado varias veces, a pesar de la imposibilidad fiscal de cumplirlo.
El próximo anuncio del Ministerio de Educación no dejaría alegre a una masa importante de deudores, ya que sus aspectos centrales serían una nueva etapa para modernizar la ES y sacar a los bancos de la nueva estrategia.
La situación actual obedece al sentimiento muy generalizado que pone el énfasis en los derechos sociales, olvidando las obligaciones cuando existen compromisos a cumplir. Este cambio moral y cultural aleja al país del progreso.
Un ejemplo de lo anterior es el incremento de las peticiones de subsidios en numerosas necesidades grupales, no solo en la electricidad, el agua potable, la vivienda, la locomoción colectiva y otras no financiables en su conjunto. Ahora, estamos a la espera de una solicitud adicional para la conservación “a lo humano” de la inteligente fauna marina.