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La centralidad del lenguaje en los aprendizajes: propuesta curricular de lengua y literatura Opinión

La centralidad del lenguaje en los aprendizajes: propuesta curricular de lengua y literatura

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Carmen Sotomayor E
Por : Carmen Sotomayor E CIAE Instituto de Educación, Universidad de Chile
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Se abren nuevas perspectivas para la enseñanza del Lenguaje en nuestro sistema escolar, que recogen el conocimiento disponible.


El Ministerio de Educación ha presentado para consulta pública una nueva propuesta de actualización curricular para todas las áreas disciplinarias, desde Primero Básico hasta Segundo Medio.

Se trata de un esfuerzo importante, que ha contado con varias etapas que van desde el análisis comparado de documentos curriculares, la revisión de estudios de seguimiento y monitoreo curricular, el análisis de los currículos priorizados durante la pandemia y de los resultados de las pruebas estandarizadas tanto nacionales como internacionales, hasta la puesta en marcha de diversos procesos de participación que han involucrado a las universidades, docentes de aula y especialistas disciplinares. 

Uno de los elementos más novedosos del nuevo currículo de Lenguaje es, en primer lugar, su cambio de nombre: se pasa de “Lenguaje y Comunicación”, muy centrado en un enfoque comunicativo y funcional, a “Lengua y Literatura”, dando una mayor visibilidad –al menos nominal– a las disciplinas de Lengua (Gramática) y Literatura. 

También hay otras novedades que cabe analizar, porque reflejan el estado del conocimiento en esta asignatura e intentan responder al desafío de mejorar los aprendizajes en esta área tan fundamental para todas las demás materias escolares. 

Primero, se aumenta la complejidad de las habilidades de comprensión y producción oral y escrita en los primeros niveles de Educación Básica y, además, se articulan mejor con la Educación Parvularia. Esto es importante, porque existe sobrada evidencia de que las habilidades de lectoescritura pueden estimularse ya desde la Educación Parvularia a través de, por ejemplo, la conciencia de los sonidos de las palabras, la escucha comprensiva de narraciones o la valoración de la escritura emergente de los niños pequeños.

Segundo, se asume la relevancia de la enseñanza explícita de los procesos de decodificación en lectura y de codificación en escritura, y de favorecer su automatización, al mismo tiempo que se propicia la comprensión y producción de diversos textos. Esto es fundamental, porque se han evidenciado graves problemas de decodificación en nuestro país, luego de la pandemia, que dificultan la comprensión lectora, así como también problemas en la codificación o transcripción de la escritura, que obstaculizan los procesos de composición escrita. Habría que agregar a esto la importancia de una enseñanza sistemática, esencial para que estos aprendizajes sean efectivamente logrados.

Tercero, se propone un desarrollo transversal de las habilidades comunicativas en todas las asignaturas del currículum. Esta idea hace suyo el enfoque de la “lectura y escritura a través del currículum”, implementado desde hace décadas en muchos países desarrollados. Así, no es solo en la clase de Lenguaje que se desarrollan las habilidades de lectura, escritura y oralidad, sino que en todas las materias los docentes pueden reforzar estas habilidades comunicativas que son la base para aprender en cualquier disciplina. 

Cuarto, se incorpora el conocimiento gramatical como un recurso que los estudiantes pueden usar para producir textos de mejor calidad y para sortear problemas de comprensión lectora. Este planteamiento se alinea con las tendencias internacionales de la mayoría de los países anglófonos que han vuelto a enseñar la gramática y a incluirla en sus currículos, relacionándola con los problemas de escritura y comprensión lectora. En este enfoque, la gramática sirve para pensar sobre el lenguaje y comprender cómo este funciona, lo cual permite a los estudiantes enriquecer sus textos y tener una mejor comprensión cuando se está frente a textos complejos.

Por último, se incorporan la interpretación y el conocimiento literario para desarrollar en los alumnos su apreciación estética y ética. Dar visibilidad y preeminencia en el currículum a la lectura e interpretación de obras literarias que representan la diversidad de la experiencia humana puede ser un factor que contribuya a recuperar la motivación y el gusto de los niños y jóvenes por la lectura, uno de los predictores más importantes de la comprensión lectora. 

Se abren nuevas perspectivas para la enseñanza del Lenguaje en nuestro sistema escolar, que recogen el conocimiento disponible. Sin embargo, “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Viene ahora un largo camino para la revisión detallada de estas bases curriculares y su aprobación de acuerdo a la institucionalidad que nos hemos dado, el Consejo Nacional de Educación y, aún más importante, deben venir políticas serias de formación y actualización de los docentes, que hagan posible su apropiación y desarrollo en la sala de clases.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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