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Delirante Opinión

Delirante

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Tomás Jocelyn-Holt
Por : Tomás Jocelyn-Holt Candidato presidencial liberal independiente
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Chile en su propia burbuja. Los alumnos que acampaban en la Casa Central de la Universidad de Chile la abandonaron, exigiendo un plebiscito vinculante. Ni los conmovieron las alzas en transporte, electricidad o canasta de alimentos, pero Palestina motivó dos meses de toma.


Un amigo chileno que vive en España me dijo, antes de la elección francesa e inglesa, “Tomás, no te pierdas. Le Pen va a arrasar en Francia y Farage será el líder de la oposición”. No ocurrió. Nadie me saca de la cabeza que Marine Le Pen no advirtiera cómo la perjudicaba el ballotage francés y cómo solo usaba una esperanza de triunfo para aumentar su competitividad electoral. Total, su hermana postuló y perdió un escaño en las cercanías de París, donde no tenía por dónde ganar. Aunque Macron tenga una Asamblea trabada, tendrá la tranquilidad de que derrotó ya dos veces a Le Pen. 

Los europeos han salido bien de este ciclo electoral. Meloni apachada. Orbán aislado. Le Pen, AfD y VOX en España derrotados. Un tecnócrata en Holanda para evitar a Geert Wilders. Los parlamentos de Alemania, Francia, Reino Unido y España controlados por la misma trenza que maneja los principales cargos comunitarios en la UE, el BCE y en la OTAN. 

Pero el delirio de Farage fue peor. Ganó solo 5 escaños con el 14,3% del voto. Starmer, con la misma cuota electoral de Jeremy Corbyn 2017, obtuvo un landslide equivalente al de Tony Blair en 1997. No hubo votos nuevos. Sin Farage no hay Labour landslide, como no hubo Boric sin Kast el 2021. Dos tercios de los escaños que los tories perdieron a favor de los laboristas fueron por culpa de Farage. Ahora la disputa interna durará años y Farage seguirá como el culpable. Enoch Powell 2.0. 

Los iraníes haciendo un acomodo con Masoud Pezeshkian, preocupados por su aislamiento, agresividad militar y protestas internas contra el régimen. Un país hostil y que cree apelar a la buena fe reformista europea y de una América Latina que ha sufrido dos bombazos en Argentina, el contrabando con chárteres desde Venezuela, drones en Bolivia y el par de peones en Chile en HispanTV y el Centro Islámico.

En América Latina, Milei distrae de su manejo monetario visitando a Bolsonaro. Desprecia a Lula y a Mercosur, pero usa a CPAC, una plataforma gringa asociada a Trump, Bannon y Orbán. Kast lo acompaña y destaca cómo Bolsonaro “recupera su país”, habiendo perdido la elección y estando inhabilitado hasta el 2030. Petro solidariza con Daniel Jadue, mientras la Cancillería chilena no sabe cómo evitar desaires de gobiernos amigos de Boric.

Pedro Castillo y Alberto Fujimori (a los 88) anuncian volver a la política peruana el 2026, con un Congreso desprestigiado y que solo deroga leyes que afectan a sus intereses. Bukele amenaza a los mayoristas con controles de precio.

El atentado a Trump deja como mártir a quien tan solo el día previo era un criminal convicto. Elige como vicepresidente al senador por Ohio, quien lo comparó con Hitler el 2016 y 2020 (“I’m a never Trump guy”), en una señal de que los republicanos sienten la elección ya ganada. Un ticket duro que apela a una lógica amigos-enemigos. Kamala Harris acepta un debate con JD Vance en lo que será su todo o nada, ante demócratas que no saben qué hacer con Biden ni parecen hacerse eco de cómo caminan a su derrota. 

Chile en su propia burbuja. Los alumnos que acampaban en la Casa Central de la Universidad de Chile la abandonaron, exigiendo un plebiscito vinculante. Ni los conmovieron las alzas en transporte, electricidad o canasta de alimentos, pero Palestina motivó dos meses de toma.

Constanza Martínez inaugura su conducción del Frente Amplio con una competencia por quién siente más, un feto o un pez. Votaron poco menos de 13 mil personas, con el mismo relato del 18-O. Fernando Atria agita a su feligresía con que Chile hubiera compensado su forro económico y social habiendo aprobado el Mamarracho rechazado el 2022. Jackson, desde Barcelona, instalando a un desconocido en su partido. Miguel Crispi acumulando una nueva querella y Gonzalo Winter enredándose con volver al voto voluntario, eliminando las multas por no votar. ¿Para qué tener dos días de votación para una elección voluntaria? Una izquierda que más parece apostar por Boric 2030 que por el próximo año.

La derecha haciendo gala de no pretender ganar la elección en octubre y con una plancha de candidatos que más parece correr a la parlamentaria que la municipal. Dos ministros de la Suprema en rebeldía de su propia Comisión de Ética. Javier Macaya, que se mantiene en la UDI sin medir cómo su papá condenado se vuelve una prenda de una reforma judicial. Con una exdefensora de la Niñez (excandidata a Fiscal Nacional y abogada integrante de la Corte de San Miguel) cuestionada por defender a las víctimas, mientras su pareja es abogado del papá. Pollsters tratando de pintar la papeleta presidencial como si estuviera cerrada entre Matthei y Bachelet.

Me encuentro a la salida de El Bosque con un amigo que aprecio mucho, antiguo asesor de Lavín. Me dice “me interesa tu opinión, ¿qué crees que va a pasar?”. Trato de no atosigar, ni parecer pitoniso. “Lo mismo del 2021… La oferta no satisface a la demanda”, le digo. Me volvió el alma al cuerpo cuando su mujer asintió.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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