A pesar de que somos el proveedor número uno de cobre, molibdeno y yodo, aún no se han dado pasos concretos en torno al litio. Al igual que otros países, India necesitará proveerse de litio y será importante posicionarse como su proveedor principal ante otras alternativas.
Se podría decir que el momento para ampliar nuestro comercio con India está en un excelente momento. Ese país se está abriendo progresivamente al mundo, de la mano de una política comercial y de captación de inversiones más asertiva. Es uno de los grandes beneficiados con las relocalizaciones de las cadenas globales de suministro y, solo en la última década, ha firmado 14 tratados de libre comercio (TLC), todos bien distintos en naturaleza y alcance. Desde el lado de las inversiones ocurre algo similar. India muestra números notables en materia de IED (inversión extranjera directa).
Entre 2021-2022 recibió US$ 83.570 millones, un aumento substancial, por ejemplo, frente a los US$ 60.220 entre 2016-17. Aunque subsisten algunos aspectos por mejorar, como la fuerte caída en la tasa corporativa (desde 30% en 2014), o las quejas de la comunidad de negocios por un esquema tributario complejo, o las dificultades para la adquisición de tierras (para desarrollar proyectos greenfield), o leyes laborales aún algo rígidas –por mencionar algunos–, India se presenta como una gran oportunidad.
Si agregamos, además, que estamos en un contexto de una situación económica mundial a la baja y tensiones geopolíticas al alza que disparan los riesgos de fragmentación, es estratégico que nos diversifiquemos y la India se presenta con una economía cada vez más dinámica y diversificada que crece a un ritmo cercano al 6% anual desde hace dos décadas (7,6 % en 2023, y se proyecta en 7% para este año, según el ADB) y un PIB de más de US$ 3.500 billones (millones de millones). De la mano de una clase media emergente de más de 220 millones de personas que buscan nuevas experiencias y productos, India ofrece una oportunidad única para nuestras exportaciones.
A nuestro favor, se puede decir que Chile posee una estrategia enfocada en la India más que cualquier otro país de Latinoamérica, ya que, entre otras cosas, poseemos un Acuerdo de Alcance Parcial (AAP) vigente, algo que ningún otro país de la región ha suscrito, lo que nos posiciona como first movers. Fuimos los primeros, así como con China hace más de 10 años, y los esfuerzos por profundizar este acuerdo se han transformado en una decisión con sentido estratégico.
La oportunidad es ahora. Tal es así que, al primer trimestre de 2024, ese país representó el sexto mercado más grande para nuestras exportaciones. Ahora necesitamos consolidarnos como first movers. Por ejemplo, ser los primeros en ingresar de lleno al mercado del retail, donde se nos presenta una gran oportunidad si consideramos que la tasa de crecimiento del consumo indio es de alrededor del 20% anual. Esto se extiende a los productos agropecuarios.
A pesar de que somos el proveedor número uno de cobre, molibdeno y yodo, aún no se han dado pasos concretos en torno al litio. Al igual que otros países, India necesitará proveerse de litio y será importante posicionarse como su proveedor principal ante otras alternativas. Nuestro Gobierno ya lo ha entendido así y se encuentran previstas visitas de nuestras autoridades a ese país en los próximos meses, así como una visita oficial del Presidente Boric para el próximo año.
La condición privilegiada que poseemos hoy como first mover no durará mucho más. La oportunidad es ahora.