Opinión
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Es poco atractivo el cuadro para los hinchas, en cuanto a nuevos nombres. En realidad, hace rato que los dirigentes del fútbol chileno no están interesados en potenciar los equipos, sino más bien en vender rápido a sus mejores figuras y nada más.
Este fin de semana vuelve nuestro alicaído torneo, con un mercado de pases bastante pobre, algo que en los últimos años se ha hecho una tradición, dado que los equipos deciden hacer sus inversiones fuertes en el verano.
Por ahora, lo más “espectacular” es el arribo de Javier Correa, delantero y ex Estudiantes de La Plata, que viene del campeón argentino y por el cual Colo Colo invirtió casi 2 millones de dólares. Es un jugador vigente, pero se lesionó y estará fuera de carrera por varias semanas. Los albos aún intentan dar otro golpe al mercado, tratando de cerrar el fichaje de Mauricio Isla.
Los azules, por el momento, solo cuentan con la incorporación de Antonio Díaz, lateral proveniente de O’Higgins y que llega en medio de una crisis respecto de la continuidad y momento de Marcelo Morales, quien está “cortado” por no querer extender su contrato con los universitarios. Se espera con ansias el posible retorno de Charles Aránguiz, pero por ahora pareciera una alternativa distante.
Los cruzados tienen dos nuevos nombres para este segundo semestre. El retorno de Valber Huerta y la llegada de Fernando Zuqui, volante argentino. Se especula que podrían llegar Rodrigo Piñeiro y Diego Valencia. Los de San Carlos vendieron a Alexander Aravena a Gremio de Porto Alegre.
El resto de los equipos han logrado sumar algunos nombres para completar sus planteles, con opciones a su alcance.
La partida de Cabral desde Coquimbo fue, sin duda, uno de los movimientos más resonantes. El talentoso volante trasandino, que era pretendido por albos y azules, terminó arreglando con el León de México.
Así y todo, es poco atractivo el cuadro para los hinchas, en cuanto a nuevos nombres. En realidad, hace rato que los dirigentes del fútbol chileno no están interesados en potenciar los equipos, sino más bien en vender rápido a sus mejores figuras y nada más.
Hay poca preocupación por los horarios y medidas para atraer nuevamente a los fanáticos a la cancha. Nuestro fútbol está cada día más en crisis y nadie hace nada.
