El regreso de Simone Biles es la gran victoria de la resiliencia. Es el triunfo de la importancia de la salud mental. Es la expresión de un ser humano que necesitaba una pausa importante para volver a brillar como nunca.
La enorme Simone Biles está de regreso con todo. La gimnasta norteamericana, quien ya suma dos medallas de oro, tiene un sueño, que es lograr cinco preseas doradas en París 2024.
Y entre este fin de semana y los días venideros la atleta tiene las finales de salto de potro, barra de equilibrio y final de suelo.
Pero este presente hermoso de Biles viene de un episodio duro y complejo en su vida, ya que en Tokyo 2020 su salud mental le dijo “no más”. Llegaba como la gran superestrella que es, pero su cabeza le dijo “basta”. Fue una polémica enorme, donde incluso Biles llegó a ser atacada en Estados Unidos por “abandonar” a su equipo en medio de la competencia.
Sin embargo, el caso de Simone no hizo más que colocar en pauta el tema de salud mental de los grandes deportistas, porque la presión a la que están sometidos en enorme. Es tan grande que los lleva a cuestionarse a muchos y muchas si vale la pena ese esfuerzo. Anteriormente la tenista Naomi Osaka ya había colocado el tema en el tapete.
Biles necesitó casi dos años de oxigenación para poder volver a su máximo esplendor. Fue un proceso de mucho dolor, tal como ella misma lo relató en su historia, que está disponible en Netflix. Escucharla y tener la empatía que requiere esta historia implica pensar en cómo estos atletas, que parecen ser sobrehumanos son –al contrario– tan humanos como cualquiera de nosotros.
Una vez que comenzó a recuperar su confianza y tranquilidad, en el Mundial de Amberes, comenzó a demostrar gran parte de su arsenal de talento. La reina volvía en gloria y majestad, alejada de las presiones, empoderada y dominando sus expectativas, más allá de los que el mundo le reclamaba.
Por eso, en esta edición de París, Biles está brillando más que nunca e independientemente de si logra obtener las cinco medallas posibles, ya marcó su impronta, al retornar con toda la elegancia y calidad que ha mostrado a lo largo de su carrera. Ya se colgó dos preseas de oro y podría llegar a cinco.
Por eso, el regreso de Simone Biles es la gran victoria de la resiliencia. Es el triunfo de la importancia de la salud mental. Es la expresión de un ser humano que necesitaba una pausa importante para volver a brillar como nunca.