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Innovación tecnológica para los desafíos de sostenibilidad Opinión

Innovación tecnológica para los desafíos de sostenibilidad

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Nicolás Westenenk
Por : Nicolás Westenenk Senior Manager de Sostenibilidad y Cambio Climático de PwC Chile.
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El camino está pavimentado para seguir fomentando la innovación climática mediante programas de inversión y colaboraciones tanto público-privadas como entre grandes empresas y emergentes. Ahora más que nunca, estamos en una posición única para aprovechar las nuevas tecnologías.


El cambio climático es una realidad que está afectando diversas industrias y transformando la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo. Según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Chile es uno de los países más vulnerables a los impactos del cambio climático y, actualmente, está experimentando de manera aguda consecuencias de este fenómeno, como escasez hídrica, desertificación, aumento en la frecuencia e intensidad de incendios forestales y alteraciones en los patrones de precipitación y temperatura.

Estos efectos, cada vez más evidentes para todos, tienen repercusiones significativas en diversas actividades económicas, desde la gran minería hasta la mediana producción agrícola y los servicios turísticos a lo largo y ancho del país. A su vez, la crisis climática ha fomentado el crecimiento exponencial del desarrollo de soluciones para aumentar la comprensión de los efectos del clima, la descarbonización de nuestras economías y el aumento de la resiliencia ante eventos climáticos extremos.

A nivel corporativo, la comprensión del cambio climático y la sostenibilidad ha evolucionado, especialmente desde la perspectiva de riesgos y oportunidades: disrupción de operaciones, vulnerabilidad en las cadenas de suministro, aumento en el costo de las materias primas, alza en las primas de seguros, entre otros, son consecuencias que están comenzando a ser reconocidas y requieren ser evaluadas y abordadas de manera más precisa y efectiva. Por otro lado, los recientes cambios regulatorios y las nuevas tendencias en el comportamiento de los consumidores han permitido a las empresas diversificar y transformar su oferta de productos y servicios a unos más bajos en emisiones.

La innovación y las posibilidades que abren nuevas tecnologías juegan un papel crucial en la comprensión, la acción y la resiliencia climática. A nivel global, el desarrollo de capacidades y soluciones disruptivas y escalables enfocadas en estos objetivos se ha convertido en un eje central tanto para los negocios como para la inversión. Incluso, según la Agencia Internacional de la Energía, el 60% de las tecnologías climáticas críticas están listas para su expansión comercial, mientras que un 30% está en desarrollo y solo un 10% aún no se ha inventado.

Desde 2020, PwC elabora el reporte global anual State of Climate Tech, que analiza el estado del mercado y la inversión en soluciones climáticas de base tecnológica, identificando brechas y desafíos en este sector. Las cifras disponibles para Latinoamérica son acotadas y, sin duda, están muy por debajo de los volúmenes observados en mercados más desarrollados. Un hallazgo clave detrás de esto es que el mercado local aún no ha internalizado el concepto de climate tech y, por ende, no lo reconoce como una vertical de su estrategia de inversión. Por lo mismo, desde PwC Chile, en colaboración con la Asociación Climatech Chile, estamos trabajando para impulsar este tema en la agenda y en la mentalidad empresarial local, a través de la educación y la articulación de redes y espacios de intercambio.

En los últimos años, Chile ha cosechado éxitos y reconocimientos por sus esfuerzos en promover exportaciones, atraer inversión extranjera y desarrollar ecosistemas de innovación y emprendimiento basado en el intercambio con redes internacionales. Lo anterior ha permitido crear marcas, productos disruptivos y founders que han abierto fronteras, expectativas y posibilidades. Nos hemos consolidado como pioneros y líderes en la región en finanzas sostenibles, con una alianza público-privada cuya agenda ha trascendido a los gobiernos. Lo que comenzó con una política energética enfocada en mitigar el cambio climático mediante las energías renovables ha evolucionado a un marco regulatorio clave al alero de la Ley Marco de Cambio Climático que nos permite generar una planificación institucionalizada de acción climática en todos los sectores.

El camino está pavimentado para seguir fomentando la innovación climática mediante programas de inversión y colaboraciones tanto público-privadas como entre grandes empresas y emergentes. Ahora más que nunca, estamos en una posición única para aprovechar las nuevas tecnologías y liderar el cambio hacia un futuro sostenible.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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