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Violencia contra NNA: la importancia del Servicio Nacional de Protección Especializada Opinión

Violencia contra NNA: la importancia del Servicio Nacional de Protección Especializada

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Francisca González y Manuela Sylleros
Por : Francisca González y Manuela Sylleros Centro Justicia y Sociedad UC
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La sobrecarga es evidente en muchos programas, especialmente cuando los efectos del trauma conllevan y se combinan con comorbilidades como el consumo de sustancias o trastornos de salud mental que requieren tratamientos especializados.


En este mes que se celebra el Día del Niño(a), vale la pena recordar algunas cifras que como país debieran llamarnos la atención. Nos referimos a los altos niveles de violencia que viven niños, niñas y adolescentes (NNA), 62.5% de los cuales recibe métodos violentos de disciplina aplicados por los adultos del hogar (ELPI, 2017), es decir, alrededor de 2.600.000 es víctima de violencia en nuestro país en sus propios hogares.

Las situaciones más graves de violencia deben ser intervenidas por el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia (SNPE). Cabe recordar que este servicio atiende a NNA que han sido gravemente vulnerados en sus derechos, algunos(as) de ellos(as) víctimas de violencia sexual, maltrato físico y negligencia, muchas de estas graves vulneraciones cometidas por quienes tienen un deber especial de cuidado, como lo son padres y madres. Ante estas situaciones, se hace necesario entonces asegurar la restitución de derechos vulnerados y el actual SNPE es central en esta tarea. Es por ello que como país, además de trabajar en la prevención de las vulneraciones a NNA, se deben poner todos los esfuerzos para que la protección especializada sea del más alto nivel posible.

En este sentido, es crucial comprender el impacto profundo que el trauma recurrente desde la temprana edad tiene en el sistema nervioso de los NNA, así como la complejidad que implica para las organizaciones encargadas de su recuperación. El Enfoque Informado del Trauma, que el SNPE ha ido incorporando, reconoce que la exposición a traumas complejos en la niñez altera los sistemas de regulación, incrementando la hipervigilancia y el estado de alerta, lo que lleva a reacciones involuntarias como la desregulación emocional y dificultades en la memoria y el aprendizaje (Delahooke, 2021).

La sobrecarga es evidente en muchos programas, especialmente cuando los efectos del trauma conllevan y se combinan con comorbilidades como el consumo de sustancias o trastornos de salud mental que requieren tratamientos especializados. Según el Sistema Integrado de Información, Seguimiento y Monitoreo (SIS), un 64% de los usuarios del SNPE tiene un diagnóstico de salud mental en su último ingreso, y un 8% presenta algún tipo de discapacidad, siendo la deficiencia intelectual la más prevalente (73%) (Centro Justicia y Sociedad, 2023).

Este grupo específico debe ser abordado y priorizado mediante un trabajo intersectorial permanente y continuo en el tiempo, que asegure la atención oportuna y efectiva en todos los dispositivos de salud a nivel nacional, garantizando la continuidad de los cuidados tanto dentro de la red de salud como en el Sistema de Protección. Es por ello que es esencial contar con equipos especializados, mejores herramientas técnicas y un trabajo intersectorial mucho más intenso y eficaz.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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