Publicidad
La banca pagó todo al Banco Central de Chile Opinión

La banca pagó todo al Banco Central de Chile

Publicidad
Alfonso Vergara Oliva
Por : Alfonso Vergara Oliva Ingeniero Comercial U de Chile.
Ver Más

Quedó demostrada de hecho –sin renegociaciones, comisiones de expertos ni aplazamientos- la solvencia interna y externa de las finanzas nacionales y que el país está preparado para shock imprevistos, que pudieran generar eventos derivados de la actual situación geopolítica y electoral mundial.


La banca pagó en tiempo, forma y hasta diría con elegancia – sin ruidos de mercado- la línea de crédito denominada “Financiamiento Condicional al Incremento de Colocaciones” (FCIC) otorgada por el Banco Central de Chile (BCCH) en 2020. Esto sucedió de manera impecable entre abril y julio del 2024, sin trastornos monetarios ni de créditos, demostrando la solidez y liquidez de la banca y la pericia del BCCH. Esta línea de crédito fue otorgada por el consejo del BCCH a la banca nacional dada la situación de emergencia vivida en 2020.

La línea de crédito a la banca, FCIC, por US$40.000 millones del año 2020, es desde luego el mayor crédito privado o público, interno o externo, jamás otorgado en el país a cualquier entidad, incluido el propio BCCH o la Tesorería de la República.

Dicha línea de crédito fue otorgada en pesos fijos -sin reajuste y sin cuotas-, a un solo vencimiento a los cuatro años de otorgada entre abril y julio de 2024, con una tasa de interés de 0,5% anual, que era la TPM del momento de otorgamiento, y que se otorgó con inflexibilidad al alza esperada de la TPM, que estaba en mínimos no conocidos.

El FCIC siempre tuvo garantías prendarias, que al inicio eran básicamente carteras de créditos de los propios bancos. Un año y medio antes del vencimiento se fue modificando por parte del BCCH, sustituyendo el stock de cartera de créditos prendados por instrumentos financieros elegibles para el resto de las operaciones habituales de liquidez del Banco Central. Finalmente, este emitió -desde octubre 2023 en adelante- depósitos de liquidez remunerados a la TPM vigente del  momento, con fecha de vencimiento a abril y julio 2024, coincidiendo con las dos únicas cuotas de repago de la línea FCIC.

El cambio de garantía no cambió el subsidio implícito en la línea de crédito, producto de su no reajustabilidad por inflación y por su tasa de interés fija.

Ese premio recibido se puede evaluar por distintos caminos, todos los cuales llevan a la misma conclusión: fue un enorme traspaso de riqueza hacia la banca, el que mayoritariamente quedó allí, ya que los objetivos de “incremento de colocaciones” hacia la clientela bancaria sencillamente no se vieron, según todas las estadísticas del sector. ¿De qué monto implícito de premio estamos hablando?

  • Evaluando el crédito FCIC a la TPM promedio del periodo de cuatro años y al tipo de cambio promedio de igual periodo de $831,4, menos el interés pagado de 0,5%anual, da un monto de US$7.200.000.000 (TPM promedio -0,5% cobrado)
  • Evaluando la línea de crédito, con la devolución a pesos de igual poder adquisitivo –dada la inflación de 30,7% habida en los 4 años desde abril y junio 2020- menos el interés pagado, da US$10.000.000.000
  • Evaluando al menor costo de fondos en bonos a mediano plazo que la banca logra del mercado UF+3,2%, menos el interés pagado, da US$11.000.000.000.

La forma utilizada con rigidez de precios y no el fondo u objetivo de la línea “FCIC” es – a mi entender- el mayor error económico en cuatro décadas -ya que implicaba desde el inicio – no expost como se ha argumentado, un contrasentido con las propias proyecciones de la TPM de los IPOM del BCCH.

El BCCH fue muy trasparente respecto de esta línea de crédito, no así la comisión mercado financiero CMF y la asociación de bancos ABIF, que en sus reportes y evaluaciones prácticamente no mencionaron nunca este crédito.

El costo de los fondos

Hasta el 2019 la banca obtenía sus recursos fuera del Banco Central. Se financiaba internamente con el público y las AFP y externamente con sus bancos corresponsales. Al acceder a la línea de crédito FCIC esto cambió y se redujo notablemente el fondeo -el costo de fondos para la banca-, lo que ha redundado en que no obstante la estrechez económica general y el mayor riesgo de crédito, los bancos en este periodo han obtenido mejores utilidades que en períodos “normales” y han repartido más dividendos de los que repartían habitualmente, en un ambiente en que las colocaciones reales al público sencillamente no subieron.

A la fecha el mercado de fondeos alternativos para operaciones de mediano y largo plazo para la banca están en pesos a tasas 6% a 7% y en UF a tasas 2,8% a 3,5%; comparen esas tasas con el 0,5% en pesos nominales. Con dicha situación de tasas, la banca ocupo íntegramente y hasta el último día la línea FCIC, como era de conveniencia elemental hacerlo.

Los bancos aumentaron sus activos financieros, por supuesto del propio BCCH y de la tesorería. El BCCH subió su colocación de PDBC pagando tasas de interés de mercado, de un stock de $10 billones a más de $41 billones  -millón de millones-, y que hoy después del pago de la banca se ha reducido a $22 billones, achicando drásticamente el tamaño del balance del BCCH en relación al PIB desde un peak de 34,25% el tercer trimestre de 2021 a 19,7% el segundo trimestre de 2024, habiendo partido desde un 16,6% el cuarto trimestre de 2019. La normalización está básicamente hecha y bien hecha, ya que al mismo tiempo están subiendo las RRII.

Como referencia sepamos que las empresas de primera línea del país se financian a mediano y largo plazo con tasas de interés de UF 3,0% a 4,0% y en US$ al 4,5% a 5,0%.

¿Qué va a pasar?

El pago de la línea FCIC demostró que la Banca no tiene problemas de liquidez ni de solvencia y tampoco de rentabilidad, ni de stress sistémico: Todos los bancos pagaron. Sin embargo, quizás sí hay bastante por hacer en innovación y productividad.

Esta demostración de fortaleza, credibilidad y confianza, creo que activará la emisión de bonos bancarios de largo plazo, en distintas monedas y plazos y quizás hasta de bonos perpetuos, impulsando a la banca a una verdadera banca de capitales, ya que actualmente los proyectos de desarrollo de largo plazo y las Startup dinámicas no se financian en la banca nacional.

Lecciones

Esta opinión fundamentada busca lograr un aprendizaje y que a futuro no se vuelvan a cometer los graves errores no forzados en que se cayó voluntaria o involuntariamente -no lo sé, pero tiendo a pensar que fue voluntario- al crear y definir esta importante línea de crédito por parte de autoridades económicas que están actualmente en pleno ejercicio.

Quedó demostrada de hecho –sin renegociaciones, comisiones de expertos ni aplazamientos- la solvencia interna y externa de las finanzas nacionales y que el país está preparado para shock imprevistos, que pudieran generar eventos derivados de la actual situación geopolítica y electoral mundial.

La perseverancia en la infraestructura económica y la recuperación de la confianza ciudadana, pivote de una sociedad sana  permitirá que algún día no tan lejano se superen los problemas reales del público, manteniendo y ajustando la base de políticas que permiten un horizonte de planeamiento más largo como:

  • La flexibilidad cambiaria con un tipo de cambio relativamente alto.
  • Una tasa de interés TPM neutral relativamente baja.
  • La mantención de una leve o nula inflación.
  • Las reservas internacionales y otros fondos sobre el exterior en alza.
  • Una permisología bastante más rápida, expedita y con menos recursos legales.
  • Un manejo mucho más fino y productivo de las partidas del gasto público, con incremento global moderado.
  • La internacionalización regional y más allá de las principales empresas.
  • El IPSA en 6500 puntos y más.
  • Un acceso más expedito a la patente bancaria.
  • El término de la usura por ley, de la burocrática tasa máxima convencional de hasta 55% de interés anual.
  • Seguir con un arancel efectivo de menos de 1% y no entrar en conflictos con los socios comerciales.
  • Exportaciones anuales en el rango de los US$100.000 millones con algún crecimiento a pesar de la tendencia a la des globalización del comercio.

Con ello, es a mi parecer tonto o derechamente de mala fe o catastrofista no ser más bien optimista que pesimista del próximo futuro, obviamente sin las ilusiones de kindergarten de los ’90, de ser un tigre y dejar América.

¿Será mucho pedir?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias