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El terremoto político que se avecina Opinión

El terremoto político que se avecina

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Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Las esquirlas que podrían llegar a la UDI y al pasado Gobierno de Piñera encendieron las alarmas en la derecha. El exministro del Interior había logrado “resucitar” políticamente con la muerte de su primo, sin embargo, sus lazos con Hermosilla son indesmentibles.


Sórdido. No sé si existe un calificativo mejor para describir lo que el país conoció durante las audiencias de formalización del otrora poderoso Luis Hermosilla. Ya sabíamos que el abogado se jactaba de su nivel de contactos, de “colocar” ministros, fiscales y jueces, de codearse con el Presidente Piñera, de eludir impuestos, de pagar propiedades en efectivo, de intentar coimear a funcionarios públicos o amenazar con quemar oficinas del SII. Sin embargo, durante la semana pasada, añadimos al prontuario de Hermosilla dos ángulos nuevos que hacen que el caso parezca el guion truculento de una serie gansteril.  

En primer lugar, su vida de lujo, derroche y excesos pereciera ser el reflejo de un sector de la elite ligada al poder, decadente, hedonista, sin principios ni valores, obsesionada con enriquecerse y buscar placeres sin importarle cómo. Fiestas en yate, con abundante alcohol, drones y aviones privados. Peticiones de mujeres de todo tipo de nacionalidades para cobrar favores, como si se tratara de simples mercancías.

Pero quizás la arista más delicada que quedó en evidencia, durante las audiencias de formalización, fue cómo incluía en sus redes a actores políticos. Algunos conscientemente, otros como simples instrumentos para alcanzar objetivos. Era lo que conocemos como un operador político, pero de la elite. Transando cargos, “vendiendo” información, jactándose de sus contactos. El expresidente Piñera, Sichel y Chadwick formaron parte de la trama, al menos de la trama de Hermosilla. Si bien en el entorno del fallecido exmandatario y del candidato a alcalde por Ñuñoa salieron rápidamente a desmentir cualquier vínculo con el abogado, el daño ocasionado es el más difícil de revertir: el de la duda que queda instalada. 

Pero las esquirlas que podrían llegar a la UDI y al pasado Gobierno de Piñera encendieron las alarmas en la derecha. El exministro había logrado “resucitar” políticamente con la muerte de su primo, sin embargo, sus lazos con Hermosilla son indesmentibles.

¿De dónde salieron los casi 30 mil euros unos $30 millones con que Hermosilla le pagó a un abogado alemán para la defensa del entonces ministro del Interior, vía un depósito desde la cuenta internacional de Sauer otro formalizado y del que no se tiene respaldo? Si sumamos los $14 millones que recibió Jean Pierre Matus, que luego se convertiría en ministro de la Corte Suprema y los $19.6 millones pagados al también UDI Arturo Fermandois exembajador y designado por Piñera para el primer acuerdo constitucional de 2019–, llegamos a que Chadwick recibió más de 63 millones para su defensa, a través de los “sobrecitos” de Hermosilla. Este giro del caso Audios podría provocar un verdadero terremoto político en la derecha y en particular para el piñerismo.

Sin duda, estamos frente a la punta del iceberg, porque de seguro el método Hermosilla se convertirá en el peor caso de corrupción, malas prácticas y manejo oscuro del poder de nuestra historia, debido a las aristas insospechadas que se van abriendo a diario.

Pero lo más amargo de este sórdido caso, que involucra al exabogado top de la plaza, al “señor de los pasillos” bautizado hace más de una década así por El Mostrador–, es que se derrumba esa creencia, esa falsa convicción, de que somos un país correcto. Queda mucha agua por pasar bajo el puente, quedan muchos “honorables”, políticos, empresarios, abogados, fiscales, rostros de TV y miembros de la elite que se jactaron por años de ser amigos del poderoso, del hombre fuerte, del ganador de juicios, y hoy están aterrados porque saben que están en la agenda telefónica de uno de los celulares de Hermosilla, tratando de recordar qué mensajes, pedidos, depósitos o favores le tuvieron que pagar al Padrino de la política chilena.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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