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Proyecto de ley sobre inteligencia artificial y el fin de los derechos de autor Opinión

Proyecto de ley sobre inteligencia artificial y el fin de los derechos de autor

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Mario Rojas
Por : Mario Rojas Presidente Unión Nacional de Artistas.
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La vaguedad y amplitud del lenguaje utilizado en la propuesta de nueva excepción, de concretarse, abrirá una puerta que difícilmente podremos cerrar, para la total desprotección de los derechos de nuestros creadores.


El pasado miércoles 14 de agosto, tuvimos la oportunidad de presentar nuestra posición ante la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados respecto del proyecto de ley que regula los sistemas de inteligencia artificial (IA). Nuestra participación se centró en una preocupación fundamental: la protección de los derechos de autor y la defensa del patrimonio cultural en un contexto donde la IA está transformando aceleradamente múltiples aspectos de la sociedad, incluida la creación artística.

Es innegable que la IA tiene el potencial de revolucionar la manera en que se generan, distribuyen y se accede a bienes y contenidos culturales. Sin embargo, la propuesta legislativa actual omite abordar los profundos desafíos que esta tecnología plantea para la autenticidad, la originalidad y la diversidad cultural. En lugar de garantizar un marco protector para los creadores, el proyecto abre una peligrosa puerta al uso indiscriminado de obras protegidas bajo el pretexto de análisis estadístico y minería de datos.

El artículo 31 del proyecto propone introducir una nueva excepción en la Ley N° 17.336 sobre Propiedad Intelectual, para permitir la reproducción, adaptación, distribución o comunicación de obras lícitamente publicadas, sin necesidad de autorización ni remuneración a sus autores, cuando estos actos se realicen para ” la extracción, comparación, clasificación, o cualquier otro análisis estadístico de datos de lenguaje, sonido o imagen, o de otros elementos de los que se componen un gran número de obras o un gran volumen de datos, siempre que dicha utilización no constituya una explotación encubierta de la obra o de las obras protegidas”.

Resulta evidente que la vaguedad y amplitud del lenguaje utilizado en la propuesta de nueva excepción, de concretarse, abrirá una puerta que difícilmente podremos cerrar, para la total desprotección de los derechos de nuestros creadores, afectando gravemente la sustentabilidad de las industrias creativas y desincentivando la creación artística.

En nuestra intervención, subrayamos que esta excepción carece de consenso y no ha sido debatida con los principales afectados, en particular los artistas y creadores, que atenta contra los principios fundamentales de los derechos de autores y es contraria a los acuerdos internacionales sobre la materia a los que Chile ha concurrido.

Además, resaltamos que la propuesta no se hace eco de las experiencias internacionales, donde marcos regulatorios como los de la Unión Europea y el Reino Unido han establecido mecanismos explícitos para proteger a los titulares de derechos de autor frente al uso de sus obras por parte de la IA.

Durante nuestra intervención, también manifestamos nuestra profunda molestia por la evidente ausencia del Ministerio de las Culturas en la elaboración de esta iniciativa, que es suscrita por otros 11 ministros, incluyendo carteras cuyas materias no se encuentran claramente incorporadas en el proyecto.

Es alarmante que, a pesar de que la nueva excepción propuesta sitúa a nuestro sector como un protagonista clave del proyecto, el Ministerio de las Culturas no haya sido considerado. No obstante, la asistencia de la ministra Carolina Arredondo a la sesión del 14 de agosto nos genera la esperanza de que el Gobierno enmiende esta imperdonable omisión, tanto en forma como en contenido, que ha sido percibida como una afrenta a todo el sector creativo y cultural.

Finalmente, señalamos lo inexplicable de observar que en la concepción de este proyecto se haya obviado un hecho fundamental, que detrás de la inteligencia artificial, además de sus beneficios tecnológicos, existe un negocio global de enorme magnitud, como lo demuestran las cifras que solo en 2023 habrían superado los US$ 150 mil millones. Este negocio se basa en gran medida en la utilización de creaciones humanas, las cuales se propone ahora utilizar sin costo para los desarrolladores.

No podemos permitir que, bajo la bandera del progreso tecnológico, se invisibilice a todo un sector que es esencial para la identidad cultural y el desarrollo integral de nuestro país. El proyecto actual no solo representa una amenaza directa para los derechos de los artistas, sino que también pasa por alto el valor económico y cultural de la creación artística, un valor que debe ser protegido y promovido, no erosionado.

Esperamos que la acogida que tuvieron nuestros planteamientos entre las y los integrantes de la comisión y la presencia también de integrantes de la Comisión de Cultura, se plasme en un cambio sustancial en los contenidos del proyecto y se incorporen mecanismos efectivos para resguardar los derechos de autor, asumiendo de manera integral los desafíos que la IA impone para el desarrollo artístico y cultural de Chile.

La legislación sobre inteligencia artificial que el país adopte será recordada por las futuras generaciones no solo por su capacidad para impulsar la innovación, sino también por su visión y compromiso con la protección de la creación cultural. Por lo mismo, reiteramos nuestro llamado a los legisladores a enmendar el rumbo, integrando una perspectiva cultural robusta y mecanismos claros que garanticen que el trabajo de los creadores sea respetado y justamente compensado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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