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El diálogo como forma de gobernar Opinión

El diálogo como forma de gobernar

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Ximena Rivillo Oróstica
Por : Ximena Rivillo Oróstica Directora Ejecutiva ChileValora.
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Contar con un espacio permanente de encuentro, diálogo y confianza entre el gobierno, los trabajadores y el empresariado permitirá siempre abordar con altura de miras los desafíos económicos y sociales de nuestro país.


Los desafíos que Chile tiene en sus manos sólo llegarán a buen destino si van de la mano con la fuerza del diálogo social.

En mi experiencia he constatado que cuando hay voluntad de conversar todo es posible. Así lo vemos a diario en el directorio tripartito de ChileValora, servicio público que este 2024 cumple 15 años y que, junto a los máximos representantes de la CPC, la Conapyme, la CUT y los Ministerios de Trabajo, Economía y Educación, celebraremos on el lanzamiento de un libro que recoge la historia institucional, desde su creación en 2008.

En estos años hemos aprendido que, en el tejido económico y social de un país, la colaboración efectiva entre el gobierno, los trabajadores y el empresariado es esencial para avanzar en cambios que favorezcan un desarrollo sostenible y equitativo. Estos tres actores juegan un rol crucial, aportando a la elaboración de políticas públicas, a la implementación de estrategias y a la promoción del crecimiento económico. Lo anterior se sustenta en incentivar y mantener relaciones sólidas para generar un entorno de cooperación y confianza, que permita enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades con mirada a corto, mediano y largo plazo.

Los trabajadores son el motor que debe impulsar la productividad y la innovación en cualquier economía. Su bienestar y motivación son fundamentales para asegurar un desempeño óptimo y una alta calidad de los productos y servicios ofrecidos. Mantener un canal de comunicación fluido con el gobierno y los empresarios les permitirá levantar y canalizar necesidades y preocupaciones, contribuyendo al diálogo y a la toma de acuerdos que beneficien al país en su conjunto. Además, la participación activa de los trabajadores en las decisiones claves puede llevar a soluciones más innovadoras y eficaces para los problemas que enfrentan.

Los empresarios, quienes aportan la inversión y el emprendimiento necesarios para el crecimiento económico, también juegan un papel crucial. Su visión y capacidad para generar empleo y fomentar también la innovación son factores clave para el desarrollo del país. La colaboración con el gobierno y los trabajadores permite a los empresarios adaptar sus estrategias a las condiciones cambiantes del mercado y a las necesidades de la fuerza laboral. Además, un entorno de negocios estable y predecible, facilitado por una comunicación efectiva entre estos tres grupos, puede atraer inversiones y estimular la economía.

Por su parte, el gobierno en su rol garante, impulsa políticas públicas que benefician a todos los sectores. Su rol es promover que leyes y regulaciones se cumplan, con protección y fomento a la igualdad de los derechos laborales, que fomenten un ambiente de crecimiento competitivo y que incentive la colaboración y el diálogo sostenido con trabajadores y empleadores. Por ejemplo, la implementación de reformas laborales o incentivos fiscales, se beneficia enormemente de la retroalimentación de quienes están directamente involucrados en el mercado laboral y en la creación de empleo. Y así ha sido demostrado en este período, en el fuerte impulso a leyes laborales relevantes, que han contado con el respaldo transversal de trabajadores y empleadores. La ley N° 21.666, que moderniza ChileValora, es un contundente ejemplo de aquello.

Mantener relaciones tripartitas sólidas y vigorosas es esencial para el desarrollo de un país. Contar con un espacio permanente de encuentro, diálogo y confianza entre el gobierno, los trabajadores y el empresariado permitirá siempre abordar con altura de miras los desafíos económicos y sociales de nuestro país, asegurando un avance equilibrado, sostenible y productivo. Así lo hemos visto en ChileValora, donde todos los actores, que representan organizaciones, instituciones y visiones distintas, mantienen y propician ante todo un clima de entendimiento, donde ponen los propósitos que los unen, sobre las diferencias, a la hora de resolver cuestiones institucionales.

Lo público no se agota en el Estado, por ello al fomentar la cooperación y el diálogo, se crean las bases para un entorno en el que todas las partes puedan contribuir y beneficiarse mutuamente, impulsando así acuerdos que son necesarios para construir no sólo el Chile del futuro, también el del presente.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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