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La seguridad: un desafío urgente para el comercio establecido Opinión

La seguridad: un desafío urgente para el comercio establecido

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Carlos Concha
Por : Carlos Concha Presidente Asociaciòn Gremial Turismo, Comercio del Centro Histórico de Santiago TUCHS
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Necesitamos mayor presencia de guardias municipales, más dotación de Carabineros, cámaras de vigilancia y alarmas en los puntos estratégicos. Solo con estas medidas podremos comenzar a restaurar la confianza en el casco histórico de Santiago.


En enero de este año, nuestra asociación gremial realizó la primera encuesta sobre percepción de seguridad entre los comerciantes y trabajadores del casco histórico de Santiago. Los resultados fueron claros: el 77% de los encuestados identificó la inseguridad como el principal problema en la zona. Seis meses después, al repetir la encuesta, la percepción no ha mejorado. El 79% sigue considerando la delincuencia común como uno de los mayores desafíos, y el comercio ambulante no regulado alcanzó preocupantes niveles de inquietud con un 80%.

A lo largo de este tiempo, hemos intentado captar la atención de las autoridades comunales. Nos hemos reunido en diversas mesas de seguridad, donde lamentablemente las respuestas han sido escasas y las propuestas de solución, insuficientes. El sector público no ha invertido nuevos recursos, como si lo ha hecho el privado con inversión y recursos frescos directos.

Mientras tanto, ha seguido invirtiendo en el centro de Santiago, abriendo nuevos locales y atrayendo marcas importantes para mejorar la experiencia de los visitantes y trabajadores en la zona. No obstante, a pesar de estos esfuerzos, seguimos sintiendo una falta de compromiso por parte de las autoridades para abordar la inseguridad que afecta tanto a los comerciantes como a los transeúntes.

Los datos son alarmantes. Las personas que trabajan y transitan diariamente en el centro siguen sintiéndose vulnerables, sin percibir avances significativos en materia de seguridad. Desde nuestro gremio, no hemos cesado en la búsqueda de soluciones. En las últimas semanas, hemos logrado establecer un diálogo constructivo con el Delegado Presidencial, quien ha asumido el compromiso de avanzar en la protección de puntos críticos como las salidas del metro y sectores sensibles como el Barrio Mapocho.

Sin embargo, creemos que para encarar de manera efectiva el cierre de este año, es fundamental que las autoridades adopten este tema como una prioridad compartida. Necesitamos mayor presencia de guardias municipales, más dotación de Carabineros, cámaras de vigilancia y alarmas en los puntos estratégicos. Solo con estas medidas podremos comenzar a restaurar la confianza en el casco histórico de Santiago.

La reactivación económica de la zona también debe ser parte de la agenda. Actividades de promoción del comercio, incentivos para las tiendas y oficinas, ajustes a las ordenanzas que afectan al sector y el regreso de oficinas al sector son pasos necesarios para revitalizar la zona. Además, fomentar eventos culturales y potenciar el turismo contribuirá de manera crucial a la reactivación.

En la próxima encuesta que realizaremos a comienzos del próximo año, esperamos ver una mejora en estas cifras desalentadoras. Sabemos que el diálogo y los acuerdos son esenciales para devolverle el dinamismo al centro de Santiago. No bastan las promesas; necesitamos hechos concretos que generen un verdadero impacto en la vida de quienes transitan y trabajan en esta zona emblemática de la ciudad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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