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Violencia contra los periodistas en México: ¿prioridad para Claudia Sheinbaum? Opinión Latinoamérica21

Violencia contra los periodistas en México: ¿prioridad para Claudia Sheinbaum?

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Claudia Pérez Flores/Latinoamérica21
Por : Claudia Pérez Flores/Latinoamérica21 Doctora en Investigación de la Comunicación por la Universidad Anáhuac, México. Profesora de la Universidad Anáhuac y de la Universidad Panamericana, Ciudad de México.
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En la región de las Américas, los líderes políticos estigmatizan cada vez más a los periodistas y a los medios de comunicación en sus discursos. Esto, junto a las campañas de desinformación, las acciones judiciales abusivas y la propaganda estatal, fomenta la desconfianza hacia la prensa.


Garantizar la libertad de expresión e información y acabar con la violencia contra los profesionales de los medios debe ser una prioridad de la presidenta de México. ¿Qué es lo que Claudia Sheinbaum hará para garantizar el pleno ejercicio periodístico? Su próximo sexenio representa una oportunidad única para detener la violencia contra los periodistas.

En el sexenio que está por terminar, más allá de una ideología o tendencia partidista, no hubo avances significativos para los periodistas, lo cual es lamentable toda vez que en los últimos 30 años 156 periodistas han sido asesinados, y 31 se encuentran desaparecidos a fecha de 17 de abril de este año, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF), sin sumar los casos de los últimos meses.

Por ejemplo: el 21 de agosto, Ariel Grajales Rodas, periodista y editor, fue baleado dentro de su vivienda en el Barrio de Esquipulas, en el estado de Chiapas. En el mismo mes, el periodista Alejandro Martínez Noguez, administrador de noticias en Facebook, fue asesinado en Celaya, Guanajuato.

En julio, el periodista Víctor Alfonso Culebro Morales, director del portal de noticias Realidades, fue asesinado. El periodista Federico El Wero Hans, del medio Art. 7mo. El Observador, sufrió un ataque en la puerta de su domicilio mientras subía a su auto en Caborca, Sonora, y, 24 horas antes, César Guzmán, del medio Código Rojo, fue atacado en Cancún, Quintana Roo.

En dos meses, cinco periodistas fueron atacados: tres fueron lesionados y dos perdieron la vida. Estos hechos suceden cada 14 horas en nuestro país, de acuerdo con el Informe sexenal sobre libertad de expresión y derecho a la información del organismo Artículo 19 México y Centroamérica.

“El organismo destaca que este sexenio los periodistas han sido blanco de diversos tipos de agresiones. 880 han sufrido hostigamiento (un 25,82% del total de los periodistas del país), 682 han recibido amenazas (20,01%) y 432 han sido víctimas del uso ilegítimo del poder público (12,68%). En total, más del 58,51% del colectivo han sido víctimas de estas prácticas”

El informe integra las conferencias de prensa matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador, conocidas como “mañaneras”, y reporta 179 agresiones que se replicaron en 20 entidades de la República repitiendo 62 veces el discurso estigmatizante mediante frases tales como “hampa del periodismo”, “hipócritas”, “prensa fifí”, “conservadores”, “fantoches”, “doble cara” y “corruptos”.

Esta narrativa coincide con los datos de RSF que señalan que, en la región de las Américas, los líderes políticos estigmatizan cada vez más a los periodistas y a los medios de comunicación en sus discursos. Esto, junto a las campañas de desinformación, las acciones judiciales abusivas y la propaganda estatal, fomenta la desconfianza hacia la prensa y favorece la polarización.

Ante este panorama, todos perdemos. Pierde la sociedad su derecho a estar informada, a contar con medios plurales e independientes del poder del estado; pierde el periodismo al limitar su función en la búsqueda, la verificación y la comunicación de la verdad; pierde la democracia al tener una esfera pública débil en donde el debate y la deliberación se restringe. Por ello es crucial la pregunta: ¿será prioridad para Claudia Sheinbaum la violencia contra los periodistas?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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