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Chile y las estrellas: en busca de una política astronómica para el desarrollo Opinión Imagen referencial. Registro ESO, Observatorio La Silla.

Chile y las estrellas: en busca de una política astronómica para el desarrollo

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Gabriel Artaza Venegas
Por : Gabriel Artaza Venegas Magíster en Desarrollo y Cooperación Internacional Núcleo Milenio Impactos de China en América Latina y el Caribe (ICLAC) Coordinador de Investigación Revista Tarpán
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La organización de la Asamblea de 2030 nos da esta oportunidad de discutir con miras al futuro y de apostar por la diplomacia científica para lograr que observatorios y proyectos astronómicos no sean solo burbujas vanguardistas en el desierto.


Hace semanas se dio a conocer la noticia de que nuestro país fue elegido como sede de la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional, el evento astronómico más importante del planeta, para el año 2030, anuncio que nos da la oportunidad perfecta para discutir nuestra política astronómica y el rol que puede cumplir la ciencia de los astros para el desarrollo económico y social de Chile.

La diplomacia científica es un concepto que ha adquirido relevancia en los últimos años y que se entiende de forma amplia como “la intersección entre ciencia, tecnología y política exterior”. Gracias a nuestras condiciones geográficas, que convierten a nuestro país en un verdadero “laboratorio natural” en una gran variedad de ámbitos, Chile tiene la oportunidad de utilizar estas ventajas con el fin de incentivar el desarrollo de capacidades industriales y científicas propias a través de estrategias de transferencia tecnológica desde actores de economías desarrolladas, el desarrollo de la imagen país y la promoción de la internacionalización de nuestras universidades y empresas.

Uno de estos ámbitos es la astronomía. Gracias a nuestras condiciones geográficas y a la certeza jurídica brindada por nuestras normas e instituciones, Chile se ha convertido en el centro de la ciencia astronómica internacional, y su participación continuará aumentando a medida que se inauguren importantes proyectos que hoy se encuentran en construcción.

Sin embargo, queda pendiente el desafío de convertir a nuestro país no solo en el corazón de la ciencia astronómica, sino utilizar nuestra ventaja de laboratorio natural de la astronomía con el objetivo de dinamizar las capacidades tecnológicas y productivas de nuestro país, potenciando así nuestro desarrollo económico y social. 

Una de las discusiones necesarias trata sobre la conservación o reforma del marco normativo que guía la instalación de proyectos astronómicos extranjeros en Chile.

La Ley 15.172, que data de 1963 y que entrega una serie de incentivos tributarios y diplomáticos a las instituciones científicas extranjeras que firmen convenios de colaboración con la Universidad de Chile, rige a la gran mayoría de los principales observatorios existentes en nuestro país (salvo en el caso de los administrados por ESO, regulado por tratados firmados con el Estado) y ha cumplido con éxito la misión de incentivar la proliferación de proyectos astronómicos de vanguardia que disfruta Chile y de impulsar el desarrollo de una importante y excelente comunidad astronómica nacional a través de la cláusula de 10% de reserva del tiempo de observación para la astronomía chilena presente en dichos convenios. 

Sin embargo, la normativa ha mostrado limitaciones en lo que refiere al rol que el desarrollo de la ciencia astronómica debe cumplir en materia de impulsar el desarrollo económico, tecnológico e industrial de nuestro país y en donde, salvo iniciativas valiosas pero aisladas de impulso al desarrollo de instrumentación astronómica y de astroturismo, no ha existido una discusión a nivel nacional sobre la necesidad de dar un nuevo paso al respecto, ni se han definido estrategias sistemáticas de inclusión de estos ámbitos en la negociación de nuevos convenios. 

La organización de la Asamblea de 2030 nos da esta oportunidad de discutir con miras al futuro y de apostar por la diplomacia científica para lograr que observatorios y proyectos astronómicos no sean solo burbujas vanguardistas en el desierto, sino de vincularlos de manera efectiva como herramientas de desarrollo y creación de empleo en Chile.    

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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