Si bien el salario percibido por Cubillos se enmarcó en un contrato legal, esto no significa que dicho salario sea justo.
Marcela Cubillos está en el ojo del huracán tras haber sido criticada por el abultado sueldo que recibió después de haber ejercido labores académicas en una institución privada de educación superior. Ante esto, Cubillos se defendió públicamente señalando que la remuneración de 17 millones de pesos brutos que recibía estaría justificada, puesto que aquellos pagos se hicieron en el marco de un contrato pactado entre ella y una institución privada que tiene el derecho legal de fijar el monto de las remuneraciones. No obstante, ¿es suficiente este argumento para justificar este abultado sueldo? Ciertamente, no.
Por un lado, lo legal y lo justo son cosas distintas. Si bien el salario percibido por Cubillos se enmarcó en un contrato legal, esto no significa que dicho salario sea justo.
¿Es justo acaso que una docente sin doctorado y sin una trayectoria en investigación relevante perciba un salario bruto entre cuatro y seis veces superior al de académicos que se han doctorado en universidades reputadas y que poseen publicaciones periódicas en revistas académicas indexadas y en editoriales exigentes? ¿Es justo que un individuo con un contrato de docente/académico reciba un sueldo superior al de muchos decanos, miembros de juntas directivas y rectores en Chile? La respuesta a estas interrogantes es un rotundo no.
Por otro lado, desde un punto de vista meramente mercantil, se podría argüir que la institución de educación superior involucrada en esta controversia estaría pagando el valor de mercado por los servicios prestados por Marcela Cubillos. Empero, ¿realmente el valor de dichos servicios es superior al valor de los prestados por académicos con mejores antecedentes curriculares? Obviamente, no.
En tal sentido, si bien una institución privada tiene el derecho legal de determinar el monto de las remuneraciones, la pregunta relevante aquí es otra: ¿con qué justificación se determina que los servicios de Cubillos valgan 17 millones de pesos brutos? ¿Acaso el mercado valora más sus antecedentes que los de cientos de académicos con sólidas credenciales en investigación y docencia? La respuesta nuevamente es que no.
Con todo, la justificación esgrimida por Marcela Cubillos agrava la falta. El salario que ella recibió por sus servicios no lo justifica ni el argumento legal ni el mercantil. De hecho, el monto de tal salario podría usarse para contratar entre cuatro a seis (o más) investigadores y docentes de excelencia en cualquier institución de educación superior. Esto, sobre todo en un país donde las universidades están constantemente buscando mejorar la calidad de la docencia y la producción de conocimiento.