Opinión
De acuerdo con cifras entregadas por la OMS, la inactividad física es un factor de riesgo alarmante a nivel global, causando entre el 6% y el 10% de los casos de infarto, diabetes, cáncer de colon y de mama, entre otros trastornos.
En línea con la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Cámara de Diputadas y Diputados de Chile ha despachado al Ejecutivo un proyecto que modifica la Ley 20.422, impulsando la accesibilidad universal en recintos deportivos para personas con discapacidad. Esta iniciativa busca que tanto instituciones públicas como privadas realicen los ajustes necesarios para garantizar la inclusión y la igualdad de oportunidades en algo tan fundamental como el acceso, ya sea como espectador o practicante, a actividades deportivas.
El proyecto, que contó con un apoyo transversal, subraya que muchas familias en Chile aún enfrentan limitaciones para disfrutar de su derecho a la recreación, especialmente cuando alguno de sus miembros vive con discapacidad física, cognitiva o sensorial. La falta de infraestructura adecuada, como rampas de acceso y baños adaptados, es un problema recurrente en los recintos destinados a la actividad física y deportiva, lo que impide una participación plena. Según las cifras del III Estudio Nacional de Discapacidad (Endisc 2022), esta situación afecta a poco más de 3.300.000 personas solo en Chile.
Sin duda, esta iniciativa representa un avance significativo, ya que, hasta hace poco, la práctica deportiva o su disfrute solo consideraba a personas sin discapacidad o neurotípicas. De hecho, para quien escribe, era común pasar todas las clases de educación física sentado, viendo cómo sus compañeras y compañeros practicaban algún deporte, ya que la suspensión de la asignatura era la única respuesta a mi discapacidad visual.
Beneficios del acceso al deporte
Es sabido que la práctica del deporte, tanto para personas con discapacidad como sin ella, va más allá de los beneficios físicos y de salud; es una herramienta poderosa para promover una sociedad diversa e inclusiva. Al participar en actividades deportivas, las personas demuestran sus capacidades, experimentando de primera mano lo que significa el trabajo en equipo. En el caso de las personas con discapacidad, el deporte nos permite romper estereotipos y desafiar las limitaciones que a menudo se nos imponen. El deporte se convierte en una plataforma donde lo que realmente importa son los talentos y habilidades, dejando de lado cualquier prejuicio o percepción.
De acuerdo con cifras entregadas por la OMS, la inactividad física es un factor de riesgo alarmante a nivel global, causando entre el 6% y el 10% de los casos de infarto, diabetes, cáncer de colon y de mama, entre otros trastornos. De ahí la importancia de permitir que, independientemente de su condición, cualquiera pueda acceder al disfrute de la actividad física. A medida que se conocen deportistas y disciplinas, eventualmente surgirán los deseos de practicarlas. Esto se evidenció en los últimos Juegos Olímpicos y Paralímpicos, donde todos y todas se unieron bajo un solo objetivo: el triunfo acompañado del disfrute. Muchos de nosotros sentimos la inquietud de practicar alguna disciplina que pensábamos fuera de nuestras posibilidades físicas o intelectuales.
Por ello, es necesario que los avances promovidos por esta ley, en cuanto al uso y acceso a recintos deportivos, se extiendan también a la difusión del deporte en los medios de comunicación. Esto incluye, por ejemplo, la implementación de relatos alternativos para personas con discapacidad visual o la incorporación de lengua de señas para la comunidad sorda.
En el continente, la cadena deportiva estadounidense ESPN ha estado a la vanguardia, transmitiendo una serie de partidos de tenis, baloncesto y fútbol con audio secundario (SAP) para personas con discapacidad visual. La final de la Champions League en este formato es uno de sus principales eventos. Es increíble escuchar cómo, integrado en el relato, se describen las camisetas y el apoyo en las gradas. Sin duda, es una medida que debe imitarse e impulsarse desde el Estado, ya que el deporte es algo que nos une. En el caso del fútbol, aunque sea por 90 minutos, nos hace sentir parte de un solo corazón. Los medios tecnológicos ya existen, la audiencia también; ahora solo falta saber si contamos con la voluntad de quienes llevan el deporte a nuestros hogares.
