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Los costos de perder un data center Opinión

Los costos de perder un data center

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Mailyn Calderón
Por : Mailyn Calderón Directora Magíster en Gestión de Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones Facultad de Ingeniería UNAB
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La implementación de un sistema más ágil de evaluación, que incluya plazos máximos para decisiones, podría ser un paso hacia adelante.


La decisión de Google de pausar su proyecto de data center en Cerrillos ha puesto de manifiesto no solo la preocupación por el impacto ambiental, sino también las complicaciones relacionadas con los procesos de aprobación en Chile.

El proyecto de Google fue anunciado en 2021 y, tras su presentación al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), en marzo de 2022, la evaluación se alargó considerablemente. Según datos del SEIA, el tiempo promedio de evaluación de proyectos en Chile puede oscilar entre 6 y 18 meses, dependiendo de la complejidad y el nivel de oposición. En este caso, el proceso se extendió más allá de los 12 meses, generando un ambiente de incertidumbre para la empresa y los potenciales trabajadores.

Es importante reconocer que la comunidad local expresó inquietudes legítimas sobre el impacto ambiental del proyecto. Los data centers requieren un consumo elevado de recursos, especialmente agua y energía, y esto es complejo en un país que ya enfrenta desafíos de escasez hídrica. Esto ha generado un debate sobre la necesidad de equilibrar el desarrollo económico con la protección del medio ambiente y la importancia de agilizar los procesos de aprobación para atraer inversiones. La pausa del proyecto de Google expone la necesidad de optimizar estos procesos.

De acuerdo con el informe de la Cámara de Comercio de Santiago, la burocracia y los tiempos de espera prolongados son citados como una de las principales barreras para la inversión extranjera. En un análisis realizado en 2022, el 57% de las empresas encuestadas mencionó que los tiempos de aprobación son un factor determinante al decidir dónde invertir.

Por otra parte, según estimaciones previas al anuncio, el proyecto iba a generar alrededor de 1.000 empleos directos durante la construcción y, posteriormente, unos 200 empleos permanentes en su operación. Esto representa una inyección significativa en el mercado laboral, especialmente en una región que enfrenta desafíos de desempleo. En 2022, la tasa de desocupación en Cerrillos alcanzó un 8,3%, por encima del promedio nacional.

La llegada de Google prometía no solo empleo directo, sino también la creación de trabajos indirectos en sectores como la construcción, la logística y los servicios. Además, este proyecto representaba una oportunidad significativa para impulsar la industria tecnológica en Chile, ofreciendo no solo trabajos directos, sino también formación y capacitación en áreas clave como la ingeniería y la ciberseguridad.

La llegada de un gigante tecnológico como Google podría haber posicionado a Chile como un referente en innovación en América Latina. Los data centers son el corazón de la infraestructura digital moderna, y su construcción podría haber fomentado la creación de un ecosistema que atrajera a otras empresas del sector tecnológico, generando un efecto multiplicador en la economía.

En resumen, esta pausa ofrece la oportunidad de repensar cómo se gestionan los proyectos de infraestructura en Chile. La implementación de un sistema más ágil de evaluación, que incluya plazos máximos para decisiones, podría ser un paso hacia adelante. Agilizar estos procesos es esencial para garantizar que Chile siga siendo un competidor en la atracción de inversiones, mientras se protege el bienestar de las comunidades y el medio ambiente.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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