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Celebrando la cultura y el patrimonio: creando vínculos Opinión

Celebrando la cultura y el patrimonio: creando vínculos

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George Monyemangene
Por : George Monyemangene Embajador de Sudáfrica en Chile.
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La importancia del intercambio cultural entre Chile y Sudáfrica no puede subvalorarse. Ambos países comparten un profundo orgullo por sus raíces y tradiciones.


Debo confesar que a medida que nos aproximamos al último trimestre del año, y cuando la mente se desplaza gradualmente hacia el período festivo de Navidad, desearía que septiembre se hubiese demorado un poco más en dar paso a octubre, simplemente por todos los acontecimientos culturales arraigados en el patrimonio. Tengo plena conciencia de que es un deseo irrealizable y que tiene su origen en intereses personales y una nostalgia instantánea. ¿Por qué un septiembre prolongado? Bueno, septiembre trae consigo muchos eventos auspiciosos y es un período importante para la historia y el patrimonio de Chile, mi país anfitrión.

¿Qué despierta estos sentimientos? Me ha embargado siempre un gran sentido de alegría y admiración tener el privilegio y el honor de participar en eventos del mes de septiembre propios de la vibrante cultura y patrimonio de las Fiestas Patrias en Chile. Las celebraciones encapsulan la esencia de la identidad y la nacionalidad de este país, y son reflejo de una gran conexión social, orgullo y patriotismo.

El “dieciocho” es anunciado anticipadamente por la orgullosa bandera chilena que flamea en las calles, viviendas, plazas, vehículos, y diversos sitios en esta tierra. Desde las fondas y ramadas tradicionales hasta la música folclórica, la cueca con su diálogo de pañuelos y miradas, las humeantes empanadas y el refrescante mote con huesillos, cada rincón del país se une en esta celebración. Es un caleidoscopio de colores y poesía en movimiento.

Ello me recuerda las palabras poéticas de Pablo Neruda, hijo de esta patria: “La poesía es como el pan, debe ser compartida por todos, por los eruditos y por los campesinos, por toda nuestra vasta, increíble, extraordinaria familia de la humanidad”. Así debe cumplirse también en el caso de la cultura y el patrimonio, en sus formas tangibles e intangibles, y en sus facetas físicas y abstractas que enriquecen a todos.

Durante este período mencionado anteriormente, no puedo evitar traer a colación sus paralelismos con las celebraciones que tienen lugar en mi país, Sudáfrica, aunque por un motivo distinto, ya que celebramos el Mes del Patrimonio (septiembre) y el Día del Patrimonio (24 de septiembre) bajo el lema: “Celebrando a nuestros héroes y heroínas que dieron la vida por nuestra libertad” y la consigna adicional: “Nuestra Historia, Nuestra Tradición, Nuestro Patrimonio”.

Es un momento en que la diversidad multicultural de Sudáfrica se reúne para ofrecer múltiples actividades y festividades. Es un momento para honrar el patriotismo, el heroísmo y los sacrificios de quienes lucharon por la libertad de nuestra nación y que ocupan un lugar preponderante en la historia y el patrimonio de la liberación de nuestra nación. Es una oportunidad para enfatizar y acrecentar los esfuerzos destinados a continuar construyendo el país, trabajando juntos para erradicar las divisiones e injusticias del pasado. Es un momento para reflexionar sobre nuestras raíces y celebrar el rico tapiz cultural que define nuestra nación.

En su carta semanal a la nación del 24 de septiembre de este año, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, se refirió al Día del Patrimonio en Sudáfrica con una reflexión sentida sobre la importancia de recordar y celebrar nuestras tradiciones. Señaló que “habiendo emergido de un doloroso pasado de apartheid donde las costumbres, tradiciones y lenguas originarias fueron denigradas y marginadas, el Día del Patrimonio es uno de los eventos más importantes de nuestro calendario nacional. Es una valiosa oportunidad para el intercambio intercultural y para construir puentes de tolerancia y comprensión entre razas y diferentes grupos étnicos”.

El presidente Ramaphosa también valoró que “más allá de los beneficios para la autoexpresión cultural, el orgullo y la construcción de la nación, la preservación del patrimonio es un importante impulsor del crecimiento económico, la creación de empleos y el desarrollo sostenible. La preservación del patrimonio está, por tanto, reconocida en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible”.

El famoso autor y activista Marcus Garvey opinaba que “un pueblo que desconoce su historia pasada, sus orígenes y su cultura es como un árbol sin raíces”. Esta frase resuena profundamente tanto en Chile como en Sudáfrica, donde el patrimonio y la cultura son pilares fundamentales de la identidad nacional. Sudáfrica, a menudo referida como la “Nación del Arcoíris”, o expresado de otra manera -–“Unidad en la Diversidad”– es un vibrante ejemplo de multiculturalismo. Este concepto refleja la rica diversidad del país y su compromiso con la aceptación de diferentes culturas, especialmente en la era post-apartheid.

La importancia del intercambio cultural entre Chile y Sudáfrica no puede subvalorarse. Ambos países comparten un profundo orgullo por sus raíces y tradiciones. Estos intercambios no solo enriquecen nuestras culturas, sino también fortalecen los lazos de amistad y entendimiento entre nuestras naciones.

Cuando individuos de diversas culturas se relacionan, descubren cómo valorar y respetar tanto las similitudes como las diferencias. Al compartir y celebrar su cultura y patrimonio con los demás, fortalecen su identidad y orgullo nacional. De igual manera, al reconocer y valorar la humanidad compartida, las naciones pueden colaborar para resolver conflictos y promover la armonía.

En resumen, las Fiestas Patrias en Chile y el Mes del Patrimonio en Sudáfrica son más que meras celebraciones; reafirman identidades y nos recuerdan la importancia de nuestras raíces culturales. Son instancias que demuestran un amor compartido por el patrimonio y las tradiciones.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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