Si bien ante Brasil hubo algunos leves indicios de presentaciones personales que podrían generar un nuevo aire, no alcanza. Y no alcanza porque se ve poco trabajo en cancha. Es un equipo monótono, sin ideas y poca profundidad. Con esos argumentos es muy difícil competir.
Otra derrota más. Estaba en los cálculos perder ante Brasil. Claro que sí, pero nos estamos acostumbrando a esto hace rato. Lo estamos normalizando y eso es muy nocivo.
Los números para Ricardo Gareca son absolutamente fatales. Desde que asumió, entre amistosos y por los puntos, el Tigre ha logrado dos triunfos (Albania y Paraguay), dos empates (Perú y Canadá) y cuatro derrotas (dos con Argentina, Bolivia y Brasil). El tema es que, en términos de puntos, de 18 posibles, solo ha conseguido dos. No ha sumado triunfos en partidos oficiales y eso comienza a generar muchas dudas e inquietudes.
¿Pasa todo esto solo por Gareca? No. El entrenador tiene mucha responsabilidad, ya que hace las nóminas y decide quiénes van a la cancha. Su conducción ha sido errática y no se ven señales claras de que todo este camino se puede enderezar. ¿Pasa la solución por sacarlo? No, pero uno esperaba –a lo menos– que con su arribo se vieran cosas distintas en el funcionamiento y oportunidades de dar un giro.
“El Tigre” fue claro cuando llegó en febrero. “Vengo a clasificar al Mundial. No vengo a hacer el recambio”. Tras la derrota ante Brasil señaló que le gustaría estar en un proceso. En seis meses, los objetivos y el discurso cambiaron radicalmente. Todo el mundo del fútbol sabe que hoy la mesa de la ANFP no tiene recursos para despedir al técnico y él tampoco da señales de querer dar un paso al costado. Resultado… una agonía lenta y dolorosa.
Tras la caída, Gareca habló de que él no tiene la intención de rotar o hacer grandes cambios, pero se contradice, ya que para esta doble fecha nominó a once nuevos jugadores. Es su potestad absoluta, pero el discurso que trata de colocar es distinto a lo que hace. ¿Por qué jugadores como Isla, Arias o Brereton no estuvieron, si no estaban suspendidos o lesionados, solo por citar algunos ejemplos?
Gareca está extraviado y golpeado. No ha logrado recuperarse de la eliminación de Copa América, donde estaba seguro que avanzaba a la siguiente fase. El palo de la derrota histórica ante Bolivia lo dejó al borde del nocaut.
Si bien ante Brasil hubo algunos leves indicios de presentaciones personales que podrían generar un nuevo aire, no alcanza. Y no alcanza porque se ve poco trabajo en cancha. Es un equipo monótono, sin ideas y poca profundidad. Con esos argumentos es muy difícil competir y el líder del grupo se ve abatido y sin mucha fuerza.
Por eso ya está. No hay mucho más que hacer, salvo tratar de no terminar últimos, porque en lo que resta de este año tenemos tres partidos bravos: Colombia en Barranquilla; Perú en Lima; y Venezuela en Maturín.