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Versiones cruzadas: las contradicciones que complican en el caso Monsalve PAÍS AgenciaUno

Versiones cruzadas: las contradicciones que complican en el caso Monsalve

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Claudio Pizarro Sanguesa
Por : Claudio Pizarro Sanguesa Periodista Unidad de investigación de El Mostrador.
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El caso que ha desatado una tormenta política de proporciones aún posee una serie de vacíos que generan muchas dudas, como –por ejemplo– la retirada de su escolta, algo que Neftalí Carabantes, exsubsecretario de Carabineros, califica como algo anómalo.


Incertidumbre, dudas y contradicciones. Eso es lo que ha dejado hasta hoy el fuerte remezón político que ha provocado la denuncia por violación en contra del ahora exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, presentada por una funcionaria que trabajaba en la misma cartera de quien fue el encargado de la seguridad pública hasta el jueves pasado.

La denuncia realizada ante la PDI, el lunes 14 de octubre, no solo desnudó problemas de estrategia política por parte del Gobierno, sino también un manejo comunicacional con múltiples vocerías incluida la del propio Presidente de la República–, que terminó por sembrar más dudas que certezas.

La primera información al respecto fue que el propio director general de la Policía de Investigaciones, Eduardo Cerna, informó a la ministra del Interior, Carolina Tohá –al otro día de haberse interpuesto la denuncia–, sobre el tenor de las acusaciones en contra de Manuel Monsalve. Un hecho que, aseguró ayer el jefe de la PDI, tampoco comunicó al fiscal a cargo del caso, Xavier Armendáriz.

Esa misma tarde, Tohá le avisó al Mandatario sobre la denuncia en contra de Monsalve. Boric le envió un mensaje por Signal al subsecretario, preguntándole si volvería a La Moneda. “Cerca de las 19:00 horas”, le respondió Monsalve, quien se encontraba en la Comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados.

Alrededor de las 20:00 horas de ese mismo día, el Presidente Boric recibió a Monsalve en su oficina. Según lo que el Jefe de Estado indicó dos días después, en una interrumpida conferencia de prensa, el subsecretario le informó que “no estaba en conocimiento de que existía una denuncia” en su contra y que “ese martes en la noche él (Monsalve) había revisado las cámaras del hotel, para ver en qué condiciones habían entrado”.

“Respecto de si hubo alteración de prueba, de si hubo obstrucción a la justicia, no tengo conocimiento de aquello. Entonces, eso es lo que se tiene que investigar”, dijo el Mandatario el viernes, respecto de la investigación que ya estaba en curso en la Fiscalía por obstrucción a la investigación e infracción a la Ley de Inteligencia.

Tiempos y versiones

Para entonces, ya se conocían antecedentes de la denuncia en contra de Manuel Monsalve, que daban cuenta de una reunión el domingo 22 de septiembre en el restaurante peruano “El ají seco místico”, de calle Mac-Iver, lugar donde acudió la víctima, quien aseguró que tras beber dos piscos sour y medio, tamaño “catedral”, despertó en la habitación del hotel donde residía su jefe, con una lesión en su muñeca y sin recordar lo sucedido. “Esta escena me paralizó y no atiné a nada”, denunció.

En la denuncia realizada por la trabajadora a la PDI, se indica que esta se presentó a trabajar al día subsiguiente de la agresión –24 de septiembre– y que les contó a dos compañeros lo que le había sucedido. “Me alentaron a dar a conocer los hechos de los cuales fui víctima”, dijo.

La querella presentada este fin de semana, en tanto, vuelve a ratificar los comentarios de la víctima, pues en el documento se asegura que luego de que ella recibiera atención médica y psiquiátrica, “se enteraron varias personas del gabinete del subsecretario y su familia”, lo que se contradice con lo que dijo la ministra Tohá (en conferencia de prensa del jueves 17) en orden a que “ni Monsalve ni las autoridades de Gobierno conocemos la denuncia, sabemos una información muy general”, señaló.

En la conferencia del día viernes, en tanto, el Presidente Boric aseguró que había sido Monsalve quien le “contó que había visto las cámaras del hotel para ver en qué condiciones había entrado al hotel”. Este lunes, sin embargo, la ministra Tohá afirmó que fue el director de la PDI quien mandó a revisar las cámaras de seguridad del lugar donde residía en Santiago.

No hay ningún flanco donde el Presidente pudiera haber obstruido la justicia porque él sabía que estaba en manos de la investigación. Se lo había dicho yo”, comentó la ministra del Interior en una entrevista en CNN.

A su vez, el ahora subsecretario del Interior, Luis Cordero, señaló en otra entrevista televisiva este fin de semana, en TVN, que la “PDI actuó estrictamente ajustada a la Ley de Inteligencia y a los protocolos”, agregando que “no hay ningún antecedente que dé cuenta de que existan imágenes adulteradas. Por el contrario, existen esas imágenes para efectos de la investigación”, garantizando que los registros se encontraban en manos del Ministerio Público.

Anoche, en tanto, Mega dio a conocer imágenes captadas por las cámaras ubicadas en el acceso del Hotel Panamericano (donde residía Monsalve durante la semana), en calle Teatinos, las cuales muestran a detectives de la Jefatura de Inteligencia de la PDI (Jenainpol) revisando las cámaras de seguridad del establecimiento, el 11 de octubre, es decir, tres días antes de que la mujer estampara la denuncia.

De acuerdo con la tesis del Gobierno, dicha actuación estaría amparada en la Ley de Inteligencia, dado que Monsalve habría comunicado a Cristina Vilches (la jefa de Jenainpol) que tenía varias horas “borradas” y que temía ser objeto de algún intento de extorsión.

Neftalí Carabantes, exsubsecretario de Carabineros y actual secretario general de la Universidad Central, explica al respecto que la revisión de cámaras está regulada por la Ley de Inteligencia, específicamente en el acápite sobre los “procedimientos especiales de obtención de información”, delimitando su uso en procedimientos destinados a resguardar la seguridad nacional y proteger al país de las amenazas del terrorismo, el crimen organizado y el narcotráfico.

Un caso paradigmático al respecto, puntualiza Carabantes, es la denominada “Operación Topógrafo”, la trama de espionaje en el Ejército en contra de exmilitares denunciantes de corrupción y del periodista Mauricio Weibel, caso que en el cual se determinó que se realizaron actuaciones fuera de los márgenes permitidos por la Ley de Inteligencia, entre otras, la justificación de la interceptación del celular de Weibel.

“La Corte Suprema las calificó como maniobras ilegales, que no se trató de casos vinculados a actividades de inteligencia y contrainteligencia, ni correspondió a casos que tuvieran por objeto resguardar la seguridad nacional, proteger al Estado de Chile (…) y detectar, neutralizar y contrarrestar las acciones de grupos terroristas nacionales o internacionales”, apunta el catedrático.

En el entorno de Monsalve, sin embargo, han manifestado que el exsubsecretario nunca solicitó revisar las cámaras del hotel, sino que, tras relatar los hechos a la PDI, fue el propio organismo policial el que recomendó realizar la búsqueda.

Otro punto controvertido es la orden de Monsalve para que sus escoltas (todos de la PDI) se retiraran la noche del 22 de septiembre, a lo cual estos habrían accedido, dejando al encargado de la seguridad del país sin protección, razón por la cual se inició un sumario al interior de la Policía de Investigaciones.

Al respecto, Carabantes califica lo sucedido como algo “absolutamente anómalo”, explicando que es importante entender cómo funciona el sistema de Protección de Personas Importantes (PPI). “En primer lugar, el centro de preocupación de esta unidad es el objeto protegido, es decir, la autoridad a la cual tienen que resguardar”, precisa.

Ante el evento de que una autoridad decida ordenar a sus escoltas que se retiren detalla, existe un protocolo específico previsto en la directiva de funcionamiento del servicio. En un caso de este tipo, agrega, los escoltas deben informar la situación a su mando y evitar polemizar con la autoridad.

Acto seguido, la jefatura de la unidad de protección de personas debe ordenar que la guardia se quede a la espera de la llegada de una nueva guardia, del relevo, de lo cual puede que ni siquiera se entere la autoridad protegida, realizando un resguardo perimetral, por ejemplo, a 30 o 40 metros de proximidad, pero siempre atentos a los movimientos, en este caso, del subsecretario del Interior”, explica.

No hay que olvidar asegura el experto que “en este tipo de cometidos de seguridad no existen horarios, jornadas regulares de trabajo, sino turnos rotativos y cambios de guardia, es decir, estamos frente a una función altamente demandante: 24/7”.

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