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Extender el acceso a armas de fuego va en contra del bienestar de la población Opinión

Extender el acceso a armas de fuego va en contra del bienestar de la población

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Estela Blanco
Por : Estela Blanco doctora en Salud Pública Académica de College UC y Escuela de Salud Pública Pontificia Universidad Católica de Chile
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¿Qué se sabe sobre las políticas de armas de fuego y su relación con la salud pública?


Leí con alarma el informe de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) que evidenció un aumento del 18,6% en la compra de armas de fuego con el fin de “defensa personal”. De hecho, mi preocupación se acrecentó al enterarme que un concejal, en la comuna de Lo Barnechea, propuso concretar convenios con clubes de tiro, hecho que aumentaría el acceso a lugares de este tipo.

Pero ¿qué se sabe sobre las políticas de armas de fuego y su relación con la salud pública? La evidencia muestra claramente que al implementar políticas que reduzcan el acceso a la compra de armas de fuego, estas reducen el riesgo de homicidios cometidos en situaciones de violencia doméstica, de muertes accidentales en niños y niñas y suicidios en adolescentes. Es tan simple como esto: al tener un arma de fuego en la casa, aumenta el riesgo de que pase lo peor con ella.

El suicidio es un caso extremo, pero altamente importante en un momento en que la depresión es la condición de salud mental más frecuente en Chile. Al tener un arma de fuego en la casa, a pesar de que se declare su uso para “defensa personal”, es más probable que esa arma sea usada para un intento de suicidio, ya que estas son sumamente letales, entonces su “tasa de terminación” es alta.

La evidencia también muestra que los beneficios para la población son mayores al tener varios tipos de políticas actuando a la vez: la restricción en la compra, la penalización del mal uso, la regularización del almacenamiento y la restricción de su venta, son algunas medidas utilizadas en otros países.

En 1996, Australia vivió una tragedia con armas de fuego en la cual fallecieron 36 personas. En respuesta a lo acontecido, dicho país implementó una serie de reformas, incluyendo la prohibición de la compra de armas de fuego para uso de defensa personal. En los años posteriores, el total de muertes, los suicidios y homicidios realizados con dicho tipo de armas disminuyeron. Además, en la década después de la masacre, no hubo ningún tiroteo masivo. No es necesario esperar que pase una tragedia de estas magnitudes en Chile para tomar acción al respecto.

Estoy de acuerdo en que las políticas restrictivas para la compra de armas de fuego afectan a los compradores legales. También que muchos ciudadanos están preocupados por el alza en la violencia, pero la respuesta no es bajar las restricciones para la compra. La solución no es promover la adquisición de armas de fuego para defensa personal, lo que hace falta son otras políticas que apunten a la compra ilegal, como al aumento de la penalización de esa transacción o del uso de un arma de fuego no registrada y a la destrucción de estas.

Ruego reflexionar sobre el futuro a que como sociedad aspiramos. ¿Queremos más armas de fuego circulando en el país? Para cuidar de la seguridad y bienestar de todos los miembros de la comunidad el aumento de armas no es la respuesta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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