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Naturaleza y cultura deben ir de la mano para conservar los humedales del Altiplano Opinión Imagen: @AndesPeat

Naturaleza y cultura deben ir de la mano para conservar los humedales del Altiplano

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Es importante destacar que la nueva ley hace un importante reconocimiento a las labores ancestrales de comunidades dentro de las áreas protegidas, cuando ellas mantengan la biodiversidad y la protección de los ecosistemas.


En el proyecto Núcleo Milenio sobre Turberas Andinas, AndesPeat, estamos investigando casos de afectación de varios bofedales –un tipo de humedales altoandinos– en la Región de Arica y Parinacota. Entre los casos más emblemáticos están numerosos derrames por hidrocarburos en el Parque Nacional Lauca, y el desarrollo minero en el Monumento Natural Salar de Surire (el cual también es un sitio Ramsar). Ambos sitios son parte de la Reserva de la Biosfera Lauca, una de las 10 Reservas de la Biosfera presentes en Chile.

Lamentablemente, estos hechos y otros similares se repiten en las demás reservas del país, lo que las hace parecer una designación más bien de papel, sin un marco institucional sustantivo que les dé una protección robusta. Sin embargo, la nueva Ley SBAP (2023), que entrará en pleno régimen en septiembre del año 2026, representa una valiosa oportunidad de proteger y respetar estas reservas, incluyendo reglamentos específicos sobre ellas, como la creación de comités y planes de gestión, asesoramiento técnico desde el SBAP y promoción de prácticas sustentables, entre otros.

Es importante destacar que la nueva ley hace un importante reconocimiento a las labores ancestrales de comunidades dentro de las áreas protegidas, cuando ellas mantengan la biodiversidad y la protección de los ecosistemas. Esto es especialmente importante para el caso de reservas que han sido habitadas desde tiempos prehispánicos, y quienes tienen legítimas reclamaciones sobre los territorios sobre las que se han constituido.

El caso de los bofedales es un buen ejemplo: muchos de estos ecosistemas han sido manejados –e incluso producidos– por los pueblos originarios que practican la ganadería camélida. Mientras los modelos de conservación tradicionales, basados en la exclusión, podrían declarar como ilegales estas prácticas, la nueva ley abre un espacio para el reconocimiento del manejo los bofedales como una práctica necesaria para la conservación de estos ecosistemas de altura.

Si bien esto es un avance, entendemos que es necesario ir más allá. El rol de la ganadería camélida es tan relevante para la Reserva de la Biosfera Lauca (así como para el sustento de los ecosistemas del altiplano en general), que es necesario avanzar en la promoción de este tipo de actividad productiva, en la cual naturaleza y cultura se entrelazan de manera indisoluble.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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