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La persistente subrepresentación de las mujeres en la competencia electoral (II) Opinión AgenciaUno

La persistente subrepresentación de las mujeres en la competencia electoral (II)

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Queda por ver cuál será el porcentaje de mujeres electas en el cargo de gobernador regional. En las regiones donde este cargo se definió en primera vuelta no hay mujeres electas, y entre las regiones en que se pasó a segunda vuelta, en cuatro hay una mujer compitiendo.


Las elecciones del pasado 26 y 27 de octubre nos han vuelto a mostrar que la subrepresentación de mujeres en cargos de elección popular sigue siendo uno de los principales desafíos de nuestra democracia. La semana pasada comentábamos en este mismo medio que las mujeres enfrentan dos grandes obstáculos para llegar a cargos de elección popular. En cuanto a la nominación de candidaturas, esta elección ya mostraba datos preocupantes y nos daba luces del techo al que las mujeres podían optar el pasado fin de semana: 1 de cada 4 candidatos a alcalde era mujer.

Los resultados que conocimos el pasado domingo nos muestran un dato aún más preocupante: del total de 345 sillones alcaldicios, solo el 16.2% corresponde a mujeres electas, lo que representa un retroceso en comparación con la elección de 2021 en que 17.1% fueron mujeres.

Este retroceso de 0.9 puntos porcentuales –es decir, tres mujeres menos en el cargo de alcaldesa con respecto a la elección anterior–, puede ser una señal de alerta. Durante 15 años la representación de mujeres en este cargo estuvo estancada en un porcentaje cercano al 12 por ciento, estancamiento del que salió solo en la anterior elección.

Los datos del fin de semana pasado evidencian que el avance no está asegurado. En términos territoriales, en la Región de Arica y Parinacota no tendremos ninguna alcaldesa, ya que el 100% de los candidatos electos en esa zona son hombres.

Estos resultados vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de retomar la discusión sobre medidas de acción afirmativa para las elecciones subnacionales, buscando, por una parte, asegurar que los partidos nominen en proporciones equitativas a candidatos y candidatas a lo largo del país, pero también que esto se traduzca en posibilidades reales de resultar electas.

Esta necesidad va en sintonía con la recién adoptada recomendación general de la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que busca la representación igualitaria e inclusiva de las mujeres en la toma de decisiones, proponiendo un estándar a alcanzar por los Estados miembros.

Para la ciudadanía, los municipios constituyen la cara más cercana del Estado, por lo que las decisiones y la gestión de alcaldes y alcaldesas impacta directamente en la calidad de vida de las personas. De ahí la importancia de contar con más mujeres en estos cargos que puedan aportar visiones diversas, pero al mismo tiempo recoger los intereses y las necesidades de toda la ciudadanía, especialmente de aquella que suele estar invisibilizada, tal como lo muestra la evidencia del PNUD en estas materias, como, por ejemplo, el estudio Paridad de Género y Representación Sustantiva de las Mujeres de 2022.

Queda por ver cuál será el porcentaje de mujeres electas en el cargo de gobernador regional. En las regiones donde este cargo se definió en primera vuelta no hay mujeres electas, y entre las regiones en que se pasó a segunda vuelta, en cuatro hay una mujer compitiendo, por lo que el máximo porcentaje al que se podría llegar es un 25%, muy lejos de la paridad de género.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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