Con realismo, sin dejar de enfatizar los riesgos y amenazas, el informe se distancia del puro catastrofismo y la depresión sobre el futuro, según el resultado que surge de la “inteligencia colectiva” que participa en su elaboración.
El “Índice del Estado del Futuro” (SOFI, por sus siglas en inglés) del Informe “Estado del Futuro 20.0” del Millennium Project –una asociación global voluntaria de académicos y profesionales con 72 nodos en todo el mundo– busca determinar en qué estamos perdiendo y en qué estamos ganando con respecto a 15 desafíos globales para la humanidad, con sus oportunidades, riesgos y amenazas estratégicas y existenciales.
Desafíos globales que están interconectados e interdependientes: cambio climático y desarrollo sostenible; agua limpia; crecimiento demográfico y recursos; democracia; prospectiva y toma de decisiones; convergencia global de las nuevas tecnologías; brecha ricos-pobres; sanidad; educación; paz y conflictos; situación de las mujeres; crimen organizado transnacional; energía; ciencia y tecnología; ética global.
Muy en convergencia con los ODS, Nuestra Agenda Común y el Pacto para el Futuro recientemente adoptado por la ONU, se trata de un análisis prospectivo que se viene emitiendo periódicamente desde 1997 a partir de un primer proyecto de la Universidad de las Naciones Unidas. Con metodologías prospectivas, investigación continua, estudios Delphi, entrevistas y la participación de más de 4 mil expertos voluntarios de todo el mundo, genera un marco para evaluar futuros posibles globales y locales.
Con realismo, sin dejar de enfatizar los riesgos y amenazas, el informe se distancia del puro catastrofismo y la depresión sobre el futuro, según el resultado que surge de la “inteligencia colectiva” que participa en su elaboración.
La actualización de los datos muestra que año tras año, desde 1996, el futuro, en general, está mejorando. El SOFI señala que la humanidad está ganando más de lo que está perdiendo, pero donde está perdiendo o donde hay poco progreso los resultados podrían ser muy graves. Globalmente somos más saludables, hay más riqueza, estamos mejor educados, la mayoría de la población vive en paz, vivimos más y mejor conectados, gran parte del conocimiento mundial ya está disponible de forma gratuita para más del 60% de la humanidad, pero todo esto a expensas del medio ambiente, el aumento del calentamiento global y las concentraciones de riqueza.
En 1980, la mayoría de la población mundial vivía en extrema pobreza; hoy, esa tasa es inferior al 10% y un tercio del mundo pertenece a la clase media. Es cierto que esto se debe principalmente al progreso de China y la India, pero se espera que el resto de los países de bajos ingresos se beneficien de los rápidos cambios tecnológicos. La esperanza de vida en todo el mundo en 1980 era de poco más de 60 años, hoy es en promedio de poco más de 73 años, pero en el caso de América Latina es de 79 años, en Europa 81 años, en el Asia 74 y en África es de 68 (de 64 en el África subsahariana).
La alfabetización mundial ha mejorado del 67,6% en 1980 al 88% en la actualidad. Más del 90% del mundo tiene acceso a la electricidad. Casi nadie tenía acceso a Internet en 1980; en abril de 2024, casi 5.500 millones de personas lo tienen. La economía mundial está creciendo alrededor del 3,2% y se espera que alcance los 115 billones de dólares en 2025, y casi se ha triplicado en los últimos 20 años, aunque todavía muy mal repartida, el ingreso per cápita aumentó de 2.588 dólares en 1980 a 13.840 dólares en 2024.
Hay más datos de este tipo. Pero debemos tener en cuenta que, si bien el presente está mejor que lo que los pesimistas destacan, el futuro puede ser peor que lo que los optimistas creen, si no abordamos los desafíos de manera franca y eficaz, como lo propone el secretario general de las Naciones Unidas y señala el Pacto por el Futuro.
Algunos de los temas eje del informe:
El calentamiento global: las temperaturas globales siguen batiendo récords, el costo de los desastres naturales aumentó a 280 mil millones de dólares en 2023 y es probable que se duplique en los próximos diez años. Si a partir de ahora no se liberara a la atmósfera ni una sola molécula más de gases de efecto invernadero, de todas maneras estas condiciones seguirán empeorando durante décadas antes de que se alcance un nuevo equilibrio ambiental.
La población mundial no está preparada para la gravedad de los cambios climáticos futuros. De 2.500 millones en 1950 ahora supera los 8 mil millones y podría aumentar en otros 2 mil millones al 2050. Si no se invierte en combatir el calentamiento global, además de los graves efectos en la salud de las personas, en la agricultura, la seguridad alimentaria, la energía y las infraestructuras, son inevitables las migraciones masivas de las regiones más pobres a las más ricas.
Prevención de las pandemias: la pandemia del COVID-19 provocó el primer “tiempo muerto” global para la humanidad, un espacio para la reconsideración de todo. Probablemente mató a más de 15 millones de personas, redujo la clase media mundial en 54 millones y aumentó la pobreza extrema en aproximadamente 100 millones. También redujo las emisiones de CO2 y la dependencia de los combustibles fósiles, pero también cortó las cadenas de suministro de todo, desde los chips de computadora hasta el petróleo.
Ha aumentado nuestra conciencia colectiva de las interdependencias planetarias, la necesidad de utilizar la previsión global como insumo para la estrategia nacional y transnacional y la toma global de decisiones, acelerando la implementación de muchas aplicaciones de IA y teletodo, desde la educación, el trabajo, las conferencias y la atención médica.
Inteligencia artificial (IA): será muy diferente en 2050 de lo que es hoy y mucho más en 2100. La mayoría de la población actual vivirá con una IA muy avanzada en 2050 y los bebés que nazcan hoy vivirán en un mundo dominado por un tipo de IA general aún mucho más avanzada. Gobernar la Inteligencia Artificial General (IAG) podría ser el problema de gestión más complejo y difícil al que jamás se haya enfrentado la humanidad, y sería un grave error no ocuparse de esto oportunamente.
Miles de IAG no reguladas que interactúan y dan origen a una superinteligencia artificial plantean una amenaza existencial para la humanidad. Dado que la IAG podría llegar en esta década, deberíamos empezar a crear sistemas de gobernanza nacionales y supranacionales para gestionar esa transición, de modo de asegurarnos de que la forma en que evolucione beneficie a la humanidad.
La proliferación de la IA parece inevitable, ya que la civilización puede estar volviéndose demasiado compleja para manejarla sin la ayuda de la IA. A este respecto, el informe incluye una evaluación internacional realizada por 299 futuristas y expertos relacionados, sobre 40 posibles regulaciones y temas relacionados y cinco modelos de gobernanza global.
Según este extenso informe de 500 páginas, en los años 1970 y 1980 hubo muy pocos debates sobre las cuestiones éticas en los inicios de Internet. Ahora hay muchos más debates en todo el mundo, un indicio de que la humanidad se está volviendo más responsable a la hora de evaluar, pronosticar y dar forma al futuro.
Guerra, paz y seguridad, carrera armamentista nuclear y la información: la guerra en Ucrania contribuye a la inflación mundial al reducir los suministros de cereales y fertilizantes, si bien aumentó las inversiones en energía renovable y aceleró los esfuerzos para reducir la dependencia europea del carbón y el petróleo.
Lamentablemente, también está llevando al mundo al límite de la amenaza nuclear por primera vez en 35 años. Las armas nucleares han vuelto a la geopolítica, y la naturaleza de la guerra se ha transformado. Las muertes por terrorismo transnacional y local aumentaron un 22% durante 2023, el nivel más alto desde 2017. Prolifera la intervención externa, incluidos ejércitos privados, en guerras internas en Etiopía, Gaza-Israel, Haití, Malí, Siria y Yemen; y la guerra cibernética y de información es una realidad.
La guerra está siendo potenciada en los escenarios en que se desarrolla y se manifiesta globalmente, en formas importantes por la carrera por la IAG y la computación cuántica avanzada entre Estados Unidos, China, la Unión Europea, Japón, Rusia y varias corporaciones, creando un nuevo tipo de paisaje geopolítico.
Las necesidades de energía son crecientes, a menos que se encuentren mejores estrategias que los grandes modelos de lenguaje (LLM, según sus siglas en inglés) y los grandes modelos multimodelo (LMM, según sus siglas en inglés). Mientras que la guerra de la información en los conflictos bélicos o no declarados, mediante noticias falsas a través de millones de bots habilitados por IA, videos deepfake y otras formas de engaño, están manipulando cada vez más las percepciones de la verdad, intensificando la polarización social, difamando a las instituciones, refutando la confianza en las noticias, mientras que el público no sabe cómo defenderse.
La Universidad de Oxford identificó 28 países que experimentaron campañas coordinadas de manipulación en las redes sociales en 2017; esa cifra aumentó a 70 dos años después y hoy prolifera en las redes sociales de todo el mundo.
La reforma del Consejo de Seguridad sigue siendo imprescindible y urgente, tanto en cuanto a su membrecía y facultades como en la incorporación de estos nuevos temas que atentan contra la estabilidad, la paz y la seguridad global.
Nuevo terrorismo de lobo solitario: dadas las tendencias en biología sintética, ciencias de los materiales e inteligencia artificial, un individuo que actúe solo podrá fabricar y utilizar un arma de destrucción masiva. Para evitar esta posibilidad, se podrían desarrollar medios técnicos nacionales, una mejor integración de las aplicaciones de la ciencia cognitiva en la educación y la salud pública para reducir las enfermedades mentales y programas para la familia, la comunidad y el público destinados a fomentar conductas saludables.
La democracia: la profundización, preservación y avance de la democracia ha disminuido durante los últimos 17 años. Las disminuciones netas en los indicadores de democracia superaron en número a los avances netos por sexto año consecutivo. El porcentaje de la población mundial gobernada por autocracias o regímenes autoritarios ha aumentado del 49% en 2011 a cerca del 70% en 2023. La democracia se ve amenazada por el crimen organizado, cada vez más sofisticado, el terrorismo, la corrupción, la desinformación y la manipulación de las elecciones y del electorado.
El Banco Mundial estima que se pagaron 2,6 billones de dólares en sobornos a funcionarios públicos durante 2022. Urge generar estrategias de fortalecimiento de la democracia, apoyándose en el Pacto Digital Global de la Cumbre del Futuro de las Naciones Unidas, y poner de relieve la importancia de los partidos políticos.
Una de las conclusiones del informe es que la competencia geopolítica de suma cero por el poder impide las relaciones de cooperación entre las naciones, las empresas, las ONG, las universidades y los sistemas de las Naciones Unidas, que son necesarias para abordar adecuadamente estos desafíos. Se invierte demasiado en la disputa geopolítica en lugar de invertir en sinergias entre las naciones.
Es de esperar que los compromisos asumidos en la reciente Asamblea General de la ONU se cumplan, para superar el momento de inflexión estratégica en que nos encontramos globalmente y dar lugar a un moderado optimismo con el futuro.