No dejemos que la revancha política, que la miseria de ganar minutos en los medios, dejen a miles de familias, niños y niñas, sin el soporte que hoy el Estado hace presente.
Hace pocos días, la Cámara de Diputados rechazó el presupuesto para el programa intersectorial “Chile Crece Contigo”, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, dañando a aquellas familias más pobres que durante casi dos décadas han visto que el Estado se ha hecho presente, desde lo más esencial que es lo material (la entrega del ajuar) hasta el acompañamiento multidimensional y profesional de equipos a nivel de la red comunal.
Este programa atiende a miles de familias, niños y niñas de los sectores más vulnerables, entregando acompañamiento parental, prestaciones universales y seguimiento desde el primer control de embarazo, cambiando en casi veinte años de historia el patrón habitual de las políticas sociales desde la asistencia a la dignidad.
Hablar de “Chile Crece Contigo” es trazar una ruta que parte con el Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), con la instalación del “Chile Solidario”, donde cambia conceptual y operacionalmente la forma de abordar las políticas sociales en el país, colocando el acento en la dignidad y la igualdad de las personas de los sectores más pobres del país como objetivos del Estado.
Más tarde, es fortalecido con el Gobierno de Michelle Bachelet (2006-2010), donde se continuaron los procesos ya en curso, culminando en una implementación y puesta en marcha del “Subsistema de Protección a la Primera Infancia”, conocido como “Chile Crece Contigo”.
Es aquí, en este momento de la historia, donde se concreta la idea de avanzar en aquel sector de la población más débil e indefenso: la primera infancia.
Para ello, y de una manera como nunca antes se había realizado en la historia de las políticas sociales en Chile, equipos técnicos, políticos, organizaciones de la sociedad civil y expertos, contribuyeron para delinear una ruta que atendiera a este segmento de la población. Porque existen problemas públicos que son tan graves que no podemos esperar por resolverlos. Ese mensaje fue desde el origen el corazón de “Chile Crece Contigo”.
La principal virtud del subsistema de protección a la primera infancia es su modelo de gestión sistémica, inherente a su propia naturaleza multidimensional asociada al desarrollo infantil. Es acá donde el trabajo en redes con profesionales multidisciplinarios desde los territorios a nivel comunal ha mostrado con los años la consolidación de una forma de entender la realidad de las familias, niños y niñas, con una épica detrás que ha sido capaz de avanzar en promover la importancia de trabajar con la primera infancia, como también de profundizar en la prevención de riesgos desde los propios contextos sociales y económicos, además de diagnosticar de manera precoz posibles problemas de desarrollo de niños y niñas.
En suma, “Chile Crece Contigo” ha cumplido cabalmente con el principio que lo inició hace casi veinte años, “porque justamente hay problemas públicos tan graves como la pobreza y la desigualdad de la cuna, que simplemente no pueden esperar”. No dejemos que la revancha política, que la miseria de ganar minutos en los medios, dejen a miles de familias, niños y niñas, sin el soporte que hoy el Estado hace presente.