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El interés nacional chileno: China o USA Opinión

El interés nacional chileno: China o USA

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Richard Kouyoumdjian Inglis
Por : Richard Kouyoumdjian Inglis Experto en Defensa y Seguridad Nacional
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Vivimos durante un largo periodo conocido como la Pax Americana, con los americanos del norte como única potencia, que se da desde la caída del Muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética hasta tiempos recientes, en que China comienza a hacerse presente en la realidad global.


Equivocadamente muchos indican que Chile, producto de la rivalidad que existe entre China y los Estados Unidos de Norteamérica, se debe definir por uno u otro bando. Yo soy de la postura de que Chile debe hacer lo que es mejor de acuerdo con sus intereses nacionales, lo cual obviamente implica saber que es lo que nos importa y qué es lo mejor para nosotros como país tricontinental, soberano e independiente, ubicado en un barrio complejo, y que comercia con todo el mundo.

Vivimos durante un largo periodo conocido como la Pax Americana, con los americanos del norte como única potencia, que se da desde la caída del Muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética hasta tiempos recientes, en que China comienza a hacerse presente en la realidad global, algo que era esperable dado el ritmo al que venía creciendo.

Junto con ello, se produjo un cansancio de la población norteamericana respecto de lo que implicaba ser los policías del mundo, ya que durante esos años intervinieron con la ayuda de sus aliados en la primera Guerra del Golfo, y posteriormente después del ataque a las torres gemelas en Irak, Siria y Afganistán, conflictos para los cuales no necesariamente estaban preparados, que implicaron costos humanos y materiales significativos.

Ese desgaste fue una de las causas que trajo como consecuencia tanto el primer gobierno de Trump como el segundo pronto que está pronto a arrancar, en donde la prioridad se pone dentro y no fuera, y se da en momentos en que tenemos conflictos en desarrollo en el medio oriente, Ucrania y un alto nivel de tensión en Asia, producto de la forma en que China está haciendo ver su peso.

Hay potencias regionales, que dependiendo de su ubicación geográfica e intereses económicos van tomando posiciones. Por un lado, Rusia, Irán y Corea del Norte se ven cercanos a China, mientras el Reino Unido, Canadá, Australia, Japón y Corea del Sur -independiente de que sus economías dependan en buena parte de China- están alineados con los americanos. Otros, como la India, Brasil, México y buena parte de Europa y Turquía navegan la situación evitando tomar posiciones muy claras, ya que no está en su interés nacional desgastarse por el conflicto entre las superpotencias.

Los que no entienden mucho cómo funcionan las cosas entre países y piensan que uno se debe alinear con quien tiene afinidades ideológicas o valóricas aplauden que la Argentina de Milei esté cercana a la América de Trump, o se espantan por el hecho de que los peruanos hayan aceptado la construcción del puerto de Chancay por parte de China, la que se queda con el control del puerto.

Lo importante en ambos casos es que tanto la Argentina como el Perú estén tomando decisiones pensando en lo que es mejor para ellos y que entiendan los costos y beneficios de las decisiones que toman. Es muy posible que Chancay tenga algún impacto en la relación de la Marina de Guerra del Perú con la de Estados Unidos, y está por verse si les aplican algún tipo de sanción económica, lo cual dudo, porque en nada va a afectar a la economía del país del norte. Lo mismo aplica a la Argentina, país en que China ha hecho múltiples inversiones y, que se sepa, nada les ha pasado producto del amor de Milei por lo norteamericano.

Lo importante para entender como funcionan las cosas es tener a la vista dos aspectos: la forma en que China se ve en el mundo y, por otro lado, que implica un Estados Unidos que busca mirarse el ombligo y hasta donde puede evitar entrar en conflicto con China, evitando la llamada trampa de Tucídides. Teniendo claro lo anterior Chile puede decidir qué hacer, pero teniendo en consideración que no somos potencia en lo económico y en lo militar, por lo que a lo más podemos evitar meternos en problemas y, si somos inteligentes, buscar pasar desapercibidos y sin llamar la atención. Así, lo ideal es que todo siga igual, ya que China es por lejos nuestro principal socio comercial y los Estados Unidos junto a sus principales aliados, también socios comerciales, son principalmente los proveedores de sistemas armas y todo lo que ello conlleva.

Hasta ahora China no ha buscado tener dominación global y todo indica que no va por ahí la cosa. Para ellos es muy importante asegurar que nadie más los invada nuevamente, como también mantener sus puertos y accesos marítimos abiertos, de modo de su economía no se va afectada. Lo primero lo hace buscando que nadie pueda usar los mares de Japón, Amarillo, el del Sur de la China y el de las Filipinas para atacarlos y/o invadirlos. Son y piensan como una potencia terrestre, que busca generar distancias con aquellos que los puedan amenazar.

El control de los mares circundantes les asegura el flujo comercial, como también lo hacen al poseer puertos ubicados en lugares estratégicos, como podría ser el caso de Gwadar, que además está unido por vía férrea con China, y que ayuda evitar el cierre del Estrecho de Malaca si este se llegara a cerrar. Podríamos asumir que algo similar buscan con Chancay en Perú, ya que como negocio aún no está claro que vaya a demostrar números positivos.

China posee unas muy potentes fuerzas armadas, pero que a pesar de su tamaño no están diseñadas para operar globalmente o proyectar su poder más allá de los mares que la rodean. Invadir Taiwán ya es un desafío para ellas, pero dicho eso, tienen capacidades superlativas para impedir que los invadan o se acerquen a ellos.

China hoy por hoy no es una amenaza militar para el mundo. No es la Unión Soviética o la Alemania nazi, que tenían ambiciones territoriales hegemónicas producto de las ideologías que abrazaban. Por otro lado, durante la Pax Americana los Estados Unidos sí actuaron como el jefe del planeta tierra, hasta que se cansaron. Dudo que quieran volver a serlo a no ser que alguien coloque en riesgo su estabilidad, cultura y estilo de vida.

Es poco probable que Estados Unidos salga a defender a Taiwán u otros que están cerca de China si es que ellos no se ven en riesgo, lo que solo podría suceder si es que el liderazgo Chino evoluciona a uno de tipo ideológico hegemónico, lo que es poco probable que suceda producto de su propia cultura y forma de ver las cosas.

¿Cómo nos deja lo anterior a nosotros los chilenos? Como dije antes, nos deja buscando mantener las cosas como están, comerciando con todos los países, defendiendo nuestro territorio y soberanía de la criminalidad compleja que busca tomar el control, muy atentos a lo que sucede en Bolivia, un cuasi estado fallido, no olvidando que allende los Andes hay quienes insisten en empujar sus fronteras más al sur y más al oeste, y por cierto, no buscando aleonar a China y los Estados Unidos al meternos en donde no corresponde, dejando la pelea de perros grandes a los perros grandes.

Igual hay cosas que revisar, como son los regímenes de inversiones extranjeras, aplicándoles algunas exigencias para las industrias estratégicas, como es el caso de la infraestructura de distribución eléctrica, en donde China tiene mas del 50%, y cosas de ese estilo, o la participación en ejercicios como RIMPAC, cuyo fin actual es estar preparados para asegurar la estabilidad del Pacífico, algo que Estados Unidos declara está en riesgo por China y en donde claramente hay beneficios navales por participar, pero también costos que algún día China podría hacernos pagar.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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