¡Vamos adelante, que se puede! Que nuestra propia historia artística visual deje de ser un misterio
Si queremos mejorar la ética y la tolerancia en nuestro país, es fundamental reinyectar las humanidades. Entre ellas, las artes son fundamentales porque que nos permiten desarrollar con mayor fuerza –como la literatura- lo que se llama “pensamiento empático”, aquel que es capaz de imaginar, ver y comprender el mundo desde la perspectiva del otro, y a respetar a la otra persona como un fin en sí misma y no como un medio.
Cuando cualquiera viaja al extranjero casi nunca deja de visitar los Museos Nacionales de Bellas Artes. El Louvre en París, el Rijksmuseum en Ámsterdam, el Metropolitan Museum en Nueva York, el Museo del Prado en Madrid, la National Gallery en Londres, el MNBA en Buenos Aires, etc. ¿Por qué? Porque en ese espacio concentrado podemos ver y disfrutar la mejor selección de arte que ese país haya podido producir y coleccionar en cientos de años. También las obras de arte expuestas en esos museos nos enseñan la historia, la cultura y parte de la identidad de la respectiva nación.
Haciendo una metáfora que no le hace justicia al arte, pero si al vino, visitar un Museo Nacional de Bellas Artes que exhiba una buena colección permanente, es como catar los mejores vinos, de las viñas de mayor excelencia de un país, en un solo lugar, gratis o por un mínimo precio. ¿Qué mejor?
Es sorprendente que en el caso de Chile el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) no tenga una exhibición permanente de su colección, pese a que tiene en sus bodegas ¡nada menos que 5.000 obras maestras! de artistas chilenos de todas las épocas, que duermen el sueño de los justos ¿Por qué los ciudadanos, los escolares y los amantes del arte no pueden conocer y apreciar directamente esa tremenda y valiosa colección que nos pertenece a todos y que se ha formado en casi dos siglos con tanto esfuerzo, inversiones y donaciones?
No basta con conservar las obras, también es misión del MNBA difundirlas, democratizando así el arte y la cultura. Ya se dijo hace dos milenios, que “nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz”. Pues bien, el arte se hace para ser revelado y darnos luces también, no para mantenerlo guardado en bodegas.
Nuestro MNBA en general ofrece exposiciones itinerantes y semipermanentes de arte contemporáneo que, con gran ingenio, logran presentar una amplia selección de obras bajo narrativas curatoriales coherentes. Pero ¿No sería razonable que tengamos una muestra permanente dedicada exclusivamente al progreso y evolución del arte chileno en su historia? Estas son problemáticas que han sido abarcadas muy parcialmente en exposiciones recientes, como en “Luchas por el Arte” y “Miradas Sobre el Wallmapu”.
La actual directora Varinia Brodsky, junto a todo el equipo del museo está impulsando nuevas visiones de narrativas para una futura posible exhibición de la colección permanente, tarea en la que se han empeñado varios directores del MNBA durante 30 años, sin éxito, un tiempo excesivo para no concretar algo tan importante para la educación, la cultura y las artes del país, en que las obras ya están disponibles.
En Santiago, contamos con otros espacios de exhibición de colecciones permanentes, pero paradojalmente son mayoritariamente de arte extranjero. Por ejemplo, el Museo Chileno de Arte Precolombino, es una joya de prestigio internacional, pero abarca desde México hasta el sur de América, y es de arte etnográfico anterior a la conquista; o el pequeño Museo Ralli, que también tiene una colección permanente focalizada en arte latinoamericano más que chileno.
¿Qué pasa con la exposición de obras de arte chilenas? Tenemos básicamente buenos y grandes espacios de exhibición pero sólo de arte contemporáneo y de manera temporal. Por ejemplo, el MAC, el GAM, el MAVI, el Centro Cultural La Moneda (CCLM) y galerías independientes, que hacen solo exhibiciones temporales. ¿Y qué hace el MNBA? Paradojalmente hacer lo mismo, principalmente exhibiciones temporales de arte contemporáneo.
Entonces surge la pregunta: ¿Por qué no hay en Chile una exhibición permanente que reconozca específicamente el enorme talento de los artistas chilenos no contemporáneos? Tenemos obras maravillosas, de gran categoría. Dado este rico acervo, una exposición permanente podría poner en valor nuestro patrimonio y abrir nuevas posibilidades para el disfrute y el aprendizaje de las futuras generaciones. Sería una enorme contribución del MNBA a nuestra educación y cultura.
Asimismo, en una época en la que los conceptos de nacionalismo y patriotismo están distorsionados y alienados, es difícil adscribirse a una imagen identitaria clara. Crear vínculos de pertenencia, historia e identidad compartidos entre los miembros de la comunidad nacional es importante, la fortalece, genera cohesión social y le permite ser más resiliente para sobrevivir a grandes crisis como la que transitamos hoy. Pero necesitamos desafiar las narrativas simplistas sobre lo que significa ser chileno. El MNBA podría ayudar –a través de la exhibición permanente de su colección- a generar una identidad visual y cultural de Chile.
Una muestra permanente de arte chileno podría actuar como un espejo cultural, que refleje y reafirme las múltiples facetas de la identidad nacional, al destacar las obras de artistas de diferentes periodos y contextos. Esta exposición permitiría al público conectar con sus raíces y comprender la evolución de los valores y preocupaciones colectivas en Chile a través del tiempo, permitiendo mostrar la pluralidad de narrativas que existen en nuestro país. Sería un recordatorio tangible y concreto de la gran riqueza y diversidad de las expresiones artísticas del país. También una forma muy efectiva y práctica para enseñar y conocer la historia de Chile, acompañando el aprendizaje con las obras de pintores ilustres que van desde los inicios de Chile, incluyendo la obra de artistas indígenas de todas las épocas, arte de la colonia y de la República, hasta lo más contemporáneo.
¿Recibiría menos visitas el museo con una buena colección permanente? Al contrario, nuestra hipótesis es que recibirá más. Normalmente los MNBA con colecciones permanentes reciben millones de visitas anuales.
El actual espacio disponible del MNBA para exhibir una colección permanente es muy limitado. Parece de toda lógica que el MNBA reciba en dominio o en comodato el edificio del MAC en el Parque Forestal, integrando dos cuerpos arquitectónicos muy homogéneos y físicamente conectados. El MAC ya tiene desde 2005 una nueva sede en el Parque de Quinta Normal junto a otros museos, y puede expandirse desde allí.
¡Vamos adelante, que se puede! Que nuestra propia historia artística visual deje de ser un misterio. Que los chilenos miremos a nuestros artistas antepasados y podamos sentir orgullo, identidad, cohesión y curiosidad, descubriendo que sus obras abordan problemáticas que pueden ser más cercanas y relevantes de lo que esperamos.
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